«Resulta extenuante escuchar en boca muchos que la juventud no está preparada, nos acusan de ser la generación de cristal y eso no es cierto», reflexiona Daniel Moreno, vallisoletano desplazado a Valencia para ayudar con los trabajos de limpieza y acondicionamiento provocados ... por la DANA en Valencia. «La mayoría de voluntarios somos gente joven y la gente está muy agradecida con nuestra presencia. Cualquier ayuda es bienvenida, hacen falta muchas manos», confiesa el joven periodista vallisoletano.
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Daniel Moreno, de 24 años, cansado de «ver por televisión y prensa la necesidad de ayuda y voluntarios» no se lo pensó dos veces y se puso rumbo a Valencia. «Contacté con dos chicos que conozco de ser socios del Real Valladolid y nos vinimos los tres para Valencia. Alquilamos una habitación y vamos a estar aquí previsiblemente hasta mañana. 7 de noviembre», confiesa.
El joven vallisoletano de 24 años confiesa que a él también le gustaría que le ayudaran en su lugar, «siempre y cuando el trabajo y la vida personal lo permita» y añade, respecto al tiempo necesario para recuperar la normalidad en la zona: «Se va a necesitar ayuda durante meses o incluso años. Hay mucho por hacer».
Las labores de Daniel Moreno se han centrado en Aldaia y Masanasa, dos de los municipios afectados por la DANA. «Las labores son las mismas, sacar agua, lodo, muebles, que no tienen ninguna utilidad. El problema es que no hay coordinación, aquí nadie dirige a nadie, vas buscando a gente que necesite ayude por la calle», señala el joven periodista. Entre las labores de ayuda, las historias se cuentan por miles: «Nos contaba un señor que le han dado dos infartos y que él no podía hacer esfuerzo y le hemos ayudado a sacar los muebles. Les hemos tenido que romper».
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«Cada persona tiene una historia. Es muy duro escucharles a todos», confiesa Daniel Moreno, quien confiesa que pese a que «sí que ha habido bomberos de diferentes partes de España y la UME, tanto en Aldaia como en Masanasa. La ayuda sigue siendo escasa. Hay tantas calles anegadas que no se sabe por dónde empezar. Todavía estamos limpiando las arterias principales». «El trabajo que los voluntarios hacemos en 5 horas lo podría hacer un camión en 10 minutos», sentencia.
Lo más gratificante, explica Daniel Moreno, es «ayudar a la gente, te reconforta el hecho de saber que la gente ayuda, que nos volcamos con ellos. Cada mañana que venimos andando hasta los municipios afectados solo vemos gente, gente y más gente dispuesta a ayudar». Por el contrario, lo más duro «es la propia situación. Llegas a los lugares y parece que ha pasado ayer de cómo está todo. No parece que se avance, hay mucho trabajo por hacer», finaliza.
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