Gane quien gane las elecciones al Rectorado, la fisonomía de los equipos será diferente. En el caso de Daniel Miguel, ya sabe que habrá vicerrectores con los que no podrá contar, en todos los casos por decisión propia. «Mi equipo está publicado en el Bocyl ... y en la web de la UVA», dijo ayer en el debate celebrado en el Aula Mergelina. Sin embargo, todos los vicerrectores, la secretaria general y el gerente han puesto sus cargos a disposición del rector desde que comenzó la campaña electoral. Tres de esos vicerrectorados apuntan a una renovación: Ordenación Académica (Valentín Cardeñoso), Profesorado (Laura Palacio) e Investigación y Política Científica (José Ramón López). «Algunos me han comunicado que no van a seguir, porque la gestión desgasta y obliga a dejar de lado otras tareas, aunque todos cuentan con mi máxima confianza», matizó.
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Si el candidato ganador es Antonio Largo habrá cambios de nombre, por supuesto, pero también de funciones dentro del organigrama. Y es que Largo tiene previsto contar con un equipo de trece personas.
Esto implica algún cambio en los vicerrectorados, ya que Daniel Miguel cuenta con 12 vicerrectorados, además de la Secretaría General y la Gerencia de la Universidad de Valladolid, lo que suma 14 personas en su equipo. Antonio Largo anunció la creación de un Vicerrectorado de Comunicación que recaería, según algunas fuentes, en Helena Castán, catedrática de la Escuela de Ingeniería Informática.
Tres de los miembros de su equipo se harían cargo de los campus periféricos. En ese mapa podrían encajar las negociaciones que ha emprendido con Agustín García Matilla, candidato eliminado en la primera vuelta perteneciente al campus de Segovia. Hay que recordar que Daniel Miguel se impuso con holgura en Soria y Palencia, por lo que el voto de Segovia es el único que parece en liza entre ambos aspirantes. García Matilla, que ya es decano de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales, podría ver con buenos ojos ocupar el vicerrectorado segoviano.
En este caso, la labor de oposición a Daniel Miguel puede jugar a favor de Antonio Largo. El geógrafo Luis Carlos Martínez, que se postulaba como vicerrector de Segovia en el caso de que Ángel Marina hubiera sido elegido rector, mantuvo en conversación con El Norte que la postura del equipo de Marina es de «neutralidad», a pesar de hacer suya la carta de agradecimiento que en su momento publicó Marina, en la que el catedrático de Mercantil insistía en que «la Universidad de Valladolid necesita de un cambio de rumbo».
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Martínez insistió en que el cambio necesario puede provenir de un candidato como Largo o bien del propio Daniel Miguel, que a su juicio mostró en el último debate una intención de matizar algunas de las decisiones tomadas en los últimos tiempos.
Largo desgranó algunos de los profesores que forman parte de su equipo, como Javier de Frutos, Paloma Castro o Abel Calle, «y una persona de Historia Moderna, Contemporánea y América y otra de Económicas» a los que no quiso identificar por petición expresa de ellos.
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A por el voto estudiantil
El voto estudiantil cotiza al alza en las elecciones al Rectorado de la Universidad de Valladolid. El resultado avasallador de Antonio Largo en la primera vuelta, 1.500 a 700 ante el actual rector, Daniel Miguel, abre un escenario impensado. Entre los dos candidatos derrotados , Marina y Matilla, sumaron otros 1.300 votos de estudiantes que ahora podrían repartirse, pero con unos matices que han convertido a los alumnos en un remedo del señor Cayo de Delibes. Aunque sean ajenos a la política universitaria, esto les afecta. Un 18,12% del censo estudiantil depositó su voto en la primera vuelta. Ahora, el equipo de Largo teme la abstención. «Pensamos que el respaldo que tenemos se debe a que somos profesores y hemos hecho propuestas que les han llegado, y no a las asociaciones, ADDE o Alternativa Universitaria, sino a los estudiantes normales y corrientes. El riesgo que tenemos es que se desmotiven para la segunda vuelta», explicaban ayer desde la candidatura de Largo.
La campaña de Daniel Miguel, mientras, está enfocada a contrarrestar ese apoyo que recibió su contrincante en la primera vuelta. La diferencia de votos fue tan grande, sin embargo, que incluso una eventual movilización de las asociaciones sería insuficiente para doblegar a su rival en voto estudiantil.
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ADDE, oficialmente, no se ha pronunciado sobre qué candidato merece sus simpatías. Parece claro que en la primera vuelta, como hizo en 2014, no se pronunció a favor de uno u otro, aunque entonces inclinó la balanza estudiantil hacia Daniel Miguel en la segunda ronda. Alternativa Universitaria, mientras tanto, ha dejado claro en las redes que apoya a Antonio Largo, con mensajes de descontento hacia la labor del actual equipo rectoral.
Durante los últimos días, las agendas de los candidatos y de sus equipos apenas han dejado un hueco para respirar. Debates en radio, televisión y en el propio Aula Mergelina de la Universidad han acabado por colapsar los pocos espacios libres que tenían. En el caso de Daniel Miguel, el rector ha visitado todos los centros de la Universidad para recalcar su mensaje. Sabe que, tras la exigua ventaja de la primera vuelta, con tan solo una centésima más a su favor, el aspirante cuenta con una inercia muy fuerte. Se le suma la posible corriente por el cambio que también representaban, en cierto modo, Marina y García Matilla.
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Desde el primer debate electoral, celebrado en El Norte el pasado 27 de marzo, Daniel Miguel y Antonio Largo se han vuelto a enfrentar dialécticamente en varias ocasiones. En los últimos dos días, estos debates se han multiplicado en la radio, en la televisión y el jueves en el Aula Mergelina, organizado por el Consejo Social y retransmitido por Internet. Las doscientas propuestas del programa de Largo contra las cifras y réplicas de Miguel. La apuesta por el cambio de Largo contra la definición de Miguel de que el cambio era él y que un triunfo de su rival sería «el cambio del cambio y la vuelta a épocas anteriores a 2014». Esto es, la vuelta al equipo de Marcos Sacristán, a cuyos componentes se quiere situar en la órbita del apoyo a Antonio Largo.
Por eso el aspirante a desbancar a Daniel Miguel hizo hincapié en que en su equipo rectoral «no habrá ninguna persona vinculada a equipos anteriores» e insistió en recalcar el «carácter académico» de su candidatura. Ambos aspirantes al Rectorado dejaron claro que comparten diagnóstico en cuanto a muchas de las necesidades que tiene la UVA. Incluso hay propuestas que podrían encajar en ambos bandos.
Sin embargo, Antonio Largo insistió en que se han perdido cuatro años claves para resolver algunas cuestiones que se antojaban urgentes, como la docencia 'online', el rejuvenecimiento del profesorado o la reforma de los estatutos. Daniel Miguel replicó que debe haber paciencia con la formación 'online' para no dar pasos en falso; que se ha seguido una política de profesorado encaminada a estabilizar plantillas y que es necesaria una figura de contratación laboral diferente para no hacer un uso perverso de la figura de asociado y para reformar los estatutos es preciso cambiar antes la normas que permite modificarlos.
Largo ha añadido a los encuentros previstos aquellas peticiones de entrevista que le llegaban a través del buzón de sugerencias habilitado por su equipo.
Apenas queda un día de campaña, ya que el lunes es festivo, y pronosticar un resultado se antoja imposible por la gran cantidad de condicionantes que existen, y a los que habría que añadir que la participación del profesorado, en unos comicios con cuatro candidatos, debería ser mayor en la segunda vuelta. Esto es, el próximo miércoles, día 25.
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