Un agricultor de Castroverde de Cerrato:

«Damos de comer al mundo, pero somos los últimos monos»

La marcha arrancó a primera hora de la mañana entre fuertes sonidos de claxon. Tractoristas de Fombellida, Torre de Esgueva, Villaco, Amusquillo, Piña de Esgueva, Villanueva de los Infantes, Villarmentero, Villafuerte, Esguevillas y Castroverde de Cerrato, entre otros pueblos del Valle Esgueva, se pusieron de acuerdo para poner rumbo, a marcha muy lenta, hacia la capital. Rodaron por la carretera de Renedo, la VA-20 y la Avenida de Burgos, lo que complicó el tráfico durante algunas horas. Llegaron a la Consejería, en la avenida Gloria Fuertes, y ello obligó a cortar durante un tiempo la avenida Salamanca, en sentido sur, además de la avenida Ramón Pradera, la calle Rigoberto Cortejoso y la propia avenida Gloria Fuertes.

Carlos Duque, de Castroverde de Cerrato, encabezaba la comitiva e hizo las veces de portavoz de todos ellos. «No queremos que la asfixia al campo continúe. Tampoco queremos que entren productos de otros países con legislaciones diferentes a las nuestras. Nos gustaría seguir dando de comer a la población, pero nos están exprimiendo tanto que no llegamos a final de cosecha», remarcó este agricultor de 28 años que lleva desde los 15 en el campo y ve cómo el sector ha producido por debajo de los costes en esta última cosecha. «Estamos cansados. Esto no es normal. Damos de comer al mundo y somos los últimos monos», lamentaba Duque, quien también se refirió a las subvenciones, «que, más que a los productores, a quienes benefician es a los consumidores, para que paguen los productos más baratos». Aseguró que los profesionales del sector no quieren ayudas, sólo unos precios razonables con los que poder vivir. No queremos hacernos ricos».

Esta tractorada se organizó «de forma espontánea» a través de grupos de Whatsapp, Telegram y por el boca a boca. «Queríamos que la Junta nos escuchara. Los sindicatos no se ponen de acuerdo entre ellos con las agrupaciones, así que nos hemos tenido que levantar los agricultores por nuestra cuenta», remarca Duque. Su colega David Escudero, también de Castroverde de Cerrato, subraya que «detrás de esta concentración no hay ningún partido político, ninguna plataforma ni ningún sindicato. Estamos solo nosotros, luchando por lo que creemos justo». Este agricultor con 20 años de trayectoria en el campo afirma que, hasta hace poco, su trabajo le ilusionaba. Sin embargo, ahora le entristece. «Veo que esto se hunde. Lo único positivo es el cariño y el apoyo de la gente, que al vernos pasar nos aplaude. Ellos han visto cómo la cesta de la compra ha subido el doble o el triple, pero nosotros no nos llevamos nada de esa subida», prosigue.

Los agricultores de la zona del Esgueva hicieron un alto en la marcha ante la Consejería y allí improvisaron una mesa con pan, vino y otros productos del campo. E incluso hicieron una fogata con ramas de sarmiento que prendieron sobre el asfalto para cocinar algunas viandas. Su intención era dirigirse a continuación hacia la calle Santuario, en pleno centro de la ciudad, donde se encuentra el Servicio Territorial de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural. Finalmente optaron por poner rumbo hacia el Polígono San Cristóbal, donde el Concesionario Agrícola Sapesa les cedió un espacio para aparcar los tractores que volverán a salir a la calle este martes, en una tractorada que se prevé masiva y de la que se desconoce la hora de salida y el recorrido.

Los del Valle Esgueva no fueron los únicos agricultores en salir con sus tractores a protestar. También lo hicieron los de Peñafiel, Langayo, Pesquera de Duero, Quintanilla de Onésimo, Olivares de Duero y otros pueblos de la comarca, que salieron sobre las 08:00 y provocaron importantes retenciones, de hasta 11 kilómetros, en la N-122.

Javier Niño, de Olivares de Duero, era uno de los manifestantes. Este joven de 26 años y ocho de experiencia en el campo, aseguraba que «ya no puede más» y que, si nadie lo remedia, «el campo se muere». Por eso ayer dejó sus labores en su explotación cerealista para sacar su tractor a la carretera. Entendía que había que protestar. «Hoy hemos salido para luchar por todos los agricultores de España. Este Gobierno no deja a la gente comprar nuestros productos. A nosotros nos obligan a pasar muchos controles, sin embargo ¿qué pasa con los productos que traen de fuera? ¿Pasan los mismos controles que nosotros?», se pregunta. «Teníamos que salir a reivindicar nuestros derechos, no sólo como agricultores, sino como personas que necesitamos un sueldo digno con el de vivir», subrayaba este joven.