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David Prieto, posa en su pueblo, Pesquera de Duero. José C. castillo

David Prieto: «Me asusté, no pensé que se me podía complicar hasta ese punto»

Tiene 28 años, está sano y en julio se contagió de coronavirus tras ser contacto estrecho de un positivo

Domingo, 10 de octubre 2021, 08:19

Tras casi año y medio esquivando al virus, la vida de este joven de Pesquera de Duero se frenó en seco cuando dio positivo. Un almuerzo con un compañero de trabajo fue, según cree, el foco de contagio y en ese momento comenzó su ... padecimiento. «Estuvimos juntos sin mascarilla muy poco tiempo, pero fue el suficiente para contagiarme», reconoce.

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El martes 13 de julio, al conocer el positivo de su compañero, se aisló en la habitación de la casa de sus padres que había abandonado para vivir con su pareja y su hija de un año. «Ya tenía algunos síntomas y me puse en lo peor, pero los médicos me dijeron que no tuviese contacto con nadie y así hice, aunque la prueba PCR me la tenían que hacer el lunes», recuerda David. Pasó ese fin de semana encerrado y sin ver a su familia más que cuando le acercaban la comida a la puerta de su habitación. Pero el virus también les alcanzó y resultaron contagiados, aunque sin complicaciones, sus padres, su hermana, su cuñado y su sobrina de dos años.

Una mancha en el pulmón

Dio positivo y su situación empeoró. En una revisión mientras padecía la enfermedad le comunicaron que tenía una mancha en un pulmón. «Me asusté porque soy joven, estoy sano y no pensaba que se me podría complicar hasta ese punto». David continuó con fiebres muy altas que no bajaban de 38 durante el día «ni siquiera con paracetamol», y su médica de cabecera le informó de un posible ingreso en el hospital para controlar la evolución. «Al estar tantos días con fiebre algo me rondaba en la cabeza; por una parte pensaba que podría pasarlo en casa pero también me hice a la idea de que, por la mancha del pulmón, podrían llegar a ingresarme para tenerme vigilado», explica. Y así fue.

El jueves 15 una ambulancia le trasladó hasta el Hospital Clínico de Valladolid. «Cuando llegué al hospital estaba muy mal, con mucha fiebre y sin poder moverme, pero a los dos días fui mejorando», precisa. En una habitación con aire acondicionado, David reconoce que tuvo suerte. «El primer compañero que tuve estaba conectado a varias máquinas y un día empeoró y se lo llevaron a la UCI para intubarle. Pasó lo mismo con el siguiente… Yo pensaba que de un momento a otro mi situación podría empeorar y acabar como ellos, aunque tenía la tranquilidad de que los médicos me decían que mientras no necesitase ayuda para respirar podía estar medianamente tranquilo», recuerda el joven. Los días pasaban y a David le pesaban cada vez más. «Al aburrimiento de estar en una habitación se le añadía la preocupación de saber que mi familia también estaba contagiada y el miedo de que les pudiera pasar algo». La batería de su móvil se agotaba antes de la hora de la comida porque «era lo único que hacía, mirar las redes y hablar por WhatsApp».

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«No supe la verdad»

Durante sus días en el hospital, aislado de su familia y con la información justa por parte de los sanitarios que le atendían, David explica que no conoció su estado de salud hasta que regresó a su casa. «A mí no me llegaron a decir la verdad en ningún momento, solo cuando salí mi madre me contó que el día que ingresé le dijeron que, si recibía una llamada del Clínico durante el fin de semana, sería para darle malas noticias. No quiero ni imaginarme lo que pasaron esos días… Ahora agradezco no haber sabido lo mal que estaba porque psicológicamente me habría afectado mucho estando encerrado en una habitación», recuerda. Su ingreso se alargó una semana, de jueves a jueves, y le dieron el alta pendiente de revisiones el día 22 de julio.

En su nueva normalidad, tras haber padecido el virus y permanecer ingresado sin llegar a entrar en la UCI, David Prieto ha vuelto a hacer deporte. «Me siento bien y, de momento, no tengo ni noto ninguna secuela. Los primeros días es cierto que me costaba respirar y cuando llegué a casa apenas podía andar sin fatigarme, pero he ido recuperándome poco a poco y ahora estoy bastante bien».

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Este joven pesquerano confía en que esta situación «acabe cuanto antes» pero insiste en que el virus «sigue entre nosotros, nos puede coger a cualquiera y lo peor es que nunca sabes lo que te puede pasar si te contagias».

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