
El cubano agredido en Pamplona por llevar la bandera de España celebra en Valladolid la sentencia
Lázaro Pons, que trabaja en las obras de reforma del Ayuntamiento, se muestra «orgulloso por defender la bandera como lo hice»
Con el himno nacional como hilo musical, con el Ayuntamiento de Valladolid de fondo y ataviado con el mono de trabajo. Así se grabó este martes Lázaro Luis Pons Pérez, el cubano que el 12 de octubre de 2022 fue agredido en Pamplona por llevar una bandera de España, para 'celebrar' la condena de un año y nueve meses de prisión que el Juzgado de lo Penal número 3 de Pamplona ha impuesto a los dos agresores.
Desde la capital vallisoletana, donde está trabajando -concretamente, en las obras de rehabilitación de la Casa Consistorial-, Pons, que tiene la nacionalidad española, se ha mostrado «orgulloso por defender la bandera de España como lo hice y agradecido por la oportunidad que me ha dado este país de poder vivir dignamente y en libertad».
En una grabación de apenas un minuto y medio de duración, este cubano ha asegurado que «siempre defenderé a España como mi patria, como si fuera mi propio país». «Decirle a los jóvenes que es el momento de defender los valores de España; es una gran nación, un gran país, y todos tenéis que tirar adelante, sobre todo defender los valores del pueblo español», ha añadido.
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Pons aprovechó su presencia en el Consistorio vallisoletano por motivos de trabajo para visitar el Grupo Municipal de Vox, del que no oculta en sus redes sociales que es seguidor -ha compartido fotografías con el líder de la formación verde, Santiago Abascal, y vídeos en los que aparece-. En el vídeo, sin embargo, hace hincapié en la importancia de «no sentir vergüenza en salir y defender la bandera de España» porque, ha remarcado, «es del pueblo, no de ningún partido político».
En el Casco Viejo de la capital navarra, coaccionaron a un hombre que portaba la bandera de España con motivo de la celebración del día de la Hispanidad.
En la sentencia, que puede ser recurrida ante la Audiencia Provincial, la magistrada estima que los dos hombres, ambos vecinos de Pamplona de 31 años, le «coaccionaron» y se concurre en la comisión de los hechos la agravante de discriminación, «dado que la violencia física intimidatoria ejercida» contra la víctima -uno de los inculpados trató de darle un puñetazo y el otro de quitarle la enseña- «venía motivada por el hecho de portar la bandera española sobre sus hombros en un lugar donde se concentraban personas que iban a participar en una manifestación bajo el lema 'Indar Errepresiboak Suntsitu', de ideología diferente a la que representaba» el perjudicado.
Al respecto, según recoge la resolución judicial, la víctima declaró que se sintió «afectado y humillado» por no poder estar ni ir donde él quería. Señaló que «solo en España ocurre que alguien no pueda ir con su bandera». Además, los condenados deberán indemnizar a Pons de forma conjunta y solidaria con 900 euros y no podrán comunicarse ni aproximarse a él a menos de 50 metros durante 2 años y 9 meses.
«Forzado a marcharse contra su voluntad»
Los hechos juzgados ocurrieron sobre las 18:30 horas del citado día en la plaza Navarrería, donde se presentó el perjudicado, «de nacionalidad cubana y de raza negra», con una bandera de España sobre los hombros con motivo de la celebración del Día de la Hispanidad. Su presencia provocó malestar entre los presentes, lo que motivó que un varón comenzara a sacarle fotos, que una mujer entablara una discusión con él y otra persona se le acercara intercambiando escupitajos.
Según considera probado la jueza, «con ánimo de desprecio y rechazo hacia su persona por su color de piel y por el menosprecio y repudio a la ideología que consideraban representada por la bandera española que este portaba», y tras insistir el hombre que estaba en su país, con ánimo de que se fuera del lugar, uno de los procesados le lanzó un puñetazo que pudo esquivar, mientras que el otro inculpado intentó de forma violenta quitarle la bandera, todo ello acompañado de gritos de «fuera» e insultos de «beltza [negro]».
El agredido, prosigue la sentencia, «se vio forzado a marcharse contra su voluntad sintiéndose humillado, debiendo tomar el camino hacia la Plaza del Castillo sin poder subir hasta la calle del Carmen, que era su propósito inicial». Para la magistrada, los actos violentos de los dos encausados han quedado plenamente acreditados, ya que uno no solo le intenta agredir, sino que también mantiene la actitud de pelea. El otro, por su parte, «claramente no interviene para separar a los implicados. Va de lado e intenta arrebatar la bandera, pero es que, además, se observa en las imágenes como llega incluso a ponerse una capucha colocándose detrás del resto de personas que ya estaban interviniendo».
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