Valladolid

Cuatro de los seis acusados de vender droga en Parque Alameda pactan condenas

Pese a la huelga de funcionarios y la suspensión de numerosos juicios, en el presente caso está previsto que se celebre al tratarse de una causa en la que varios de los encausados se encuentran en prisión, con lo que los cuatro que ya han pactado sus respectivas condenas a la baja ratificarán ese día el acuerdo y el juicio seguirá entonces para los otros dos que siguen apelando a su inocencia, Jorge Javier V. y Albel de los R., según informaron a Europa Press fuentes jurídicas.

Con carácter provisional, el fiscal del caso solicitaba para los seis presuntos narcos penas que en su conjunto suman más de 37 años de cárcel, dos de ellos de origen rumano.

En el banquillo se sentará el principal acusado, David G. E., quien se exponía a un total de once años y tres meses de cárcel por delitos contra la salud pública, en la modalidad de notoria importancia, y amenazas, junto con una multa de 115.000 euros, si bien es uno de los que ha llegado a un acuerdo que consiste en seis años y un día por el primero de los delitos y multa de 32.500 euros, junto con 21 meses de privación de libertad por el segundo.

Junto a él, Antonio V. H., como cooperador necesario en el delito de tráfico de drogas, ha cerrado un acuerdo de dos años, frente a los seis años de prisión iniciales, mientras que Catalin O -le pedían seis años- se conforma con tres años; Georgica S., al que piden cuatro, ha cerrado también una pena inferior, y Jorge Javier V. y Abel de los R., a quienes se piden cinco años de prisión y 45.000 euros de multa, son los únicos que han rechazado acuerdo alguno y mantendrán su petición absolutoria.

El acusador público sostiene que la actividad delictiva relacionada con la distribución de sustancias, principalmente anfetamina, MDMA y Ketamina, pero también cocaína, cannabis y hachís, la desarrollaba David G. E. al menos desde diciembre de 2021 desde su vivienda ubicada en la Carretera de Rueda, en el Parque de Alameda, tanto en las inmediaciones como en otras zonas a las que acudía para hacer la entrega requerida.

En ocasiones, de forma puntual, cuando David no podía realizar la venta, la distribución corría a cargo, supuestamente, del también acusado Antonio V. H.

Uno de los proveedores del principal acusado era el ya fallecido Francisco Javier V. R., quien también contaba, siempre según el fiscal, con la colaboración de otros dos acusados, los rumanos Catalin O. y Georgica S., con los que compartía vivienda en la calle Vinos de Toro.

Ante la grave enfermedad que sufría Francisco Javier, que al final le llevó a la muerte, habría encargado a su hermano, Jorge Javier, la recogida de una entrega de 'coca' que se habría efectuado la tarde del día 6 de mayo de 2021 en un bar y que, supuestamente, realizó el sexto de los encausados, Abel de los R.

Las detenciones se produjeron el día 11 de mayo de 2022 después de que la policía registrara la vivienda de David G. E., en la Carretera de Rueda, y el domicilio de otros tres de los acusados en Vinos de Toro.

En la primera de las viviendas los agentes se incautaron de todo tipo de sustancias (se habrían traducido en 1.600 dosis) por valor de 38.349 euros, mientras que en el domicilio de los otros tres el valor de la mercancía se elevaba a 32.100 euros.

En ambos inmuebles la policía se incautó también de elementos para el pesaje y distribución de la droga, como básculas, bolsitas de autocierre, recortes circulares, carretes de alambre y trece teléfonos móviles y varias tarjetas utilizados, supuestamente, para las transacciones.

Además del delito de tráfico de drogas, David G. E. está acusado de un delito de amenazas sobre una prostituta a la que, al igual que a otras, habría suministrado sustancia para su consumo y que la distribuyera entre sus clientes.

En este caso, la acusación pública mantiene que el acusado, en fechas próximas al 9 de diciembre de 2022, entregó a la víctima seis envoltorios con un total de 5,18 gramos netos de cocaína y en vista de que la mujer no hizo la venta comenzó a exigirle la devolución con amenazas de muerte, tanto por vía telefónica como a través de mensajes escritos y de voz al teléfono móvil.

«¡Te vas a cagar, hija de perra. Tú no eres nadie para jugar con mi trabajo, pedazo de zorra...Te vas a reír de tu puta madre. Hija de puta...La has cagao pero bien, ahora sí que la has cagao bien, estás más muerta que viva, zorra puta», serían algunos de los mensajes recibidos por la prostituta.