Secciones
Servicios
Destacamos
«Se consideran elementos contrarios a la memoria democrática los escudos, insignias, placas y cualesquiera otros elementos u objetos adosados a edificios públicos o situados en la vía pública (incluidas referencias en el callejero) en los que se realicen menciones conmemorativas en exaltación, personal ... o colectiva, de la sublevación militar y de la dictadura, de sus dirigentes, participantes en el sistema represivo o de las organizaciones que sustentaron al régimen dictatorial», recoge el artículo 36 de la futura Ley de la Memoria Democrática, pendiente solo de su aprobación definitiva en las Cortes. Este artículo viene a reforzar lo ya recogido en su antecesora de 2007. Y a él se aferra de nuevo en la plataforma por la retirada de los símbolos franquistas, creada al calor de aquella ley, para «volver a reclamar la retirada del símbolo más evidente que conserva la ciudad, como es la laureada del escudo que concedió Franco a Valladolid el 18 de julio de 1939», anticipa el presidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH), Julio del Olmo, quien recuerda que la futura normativa «dotará de nuevas herramientas para retirar este y otros símbolos, así como monumentos y nombres de calles, que por decenas aún lucen edificios y vías tanto de la ciudad como de la provincia».
Más de medio millar de estos símbolos fueron recogidos en los últimos estudios realizados en 2010 (en la capital) y entre 2018 y 2019 (en la provincia). Algunos sí desaparecieron, pero en general «fueron una minoría», matiza el portavoz de la ARMH.
El caso más evidente en la capital, al margen de la laureada, se encuentra en el corazón del Cuatro de Marzo, donde aún se conserva un monolito de piedra de más de dos metros de altura, inaugurado el 11 de septiembre de 1957 (un mes antes de que Francisco Franco visitara el barrio), en un jardín un tanto descuidado situado en la plazoleta que forman las calles Falla, Granados y Félix Antonio. El monumento en cuestión, que ha sobrevivido a las últimas intervenciones urbanísticas en el barrio, muestra el reconocimiento de la 'ciudad' a Jesús Aramburu Olarán (Guipúzcoa, 1917-Madrid, 2000), quien fuera gobernador civil y jefe provincial del Movimiento en Valladolid entre 1954 y 1957 e impulsor de dicho barrio.
«Es el último monumento franquista de la capital –desde el derribo del erigido en honor a Onésimo Redondo en el cerro de San Cristóbal (2016)– y su destino no puede ser otro que su retirada», apunta el presidente de la ARMH, integrada en la plataforma creada en 2007, de la que formaba parte, entre otros, el PSOE. Y es precisamente al alcalde, Óscar Puente, al que dirigen de nuevo su reclamación de la retirada de la laureada, cuya permanencia impulsó él mismo en un pleno celebrado el 4 de octubre de 2017, con la única oposición de los concejales de Toma la Palabra y de la socialista Rafaela Romero. Aquel día, eso sí, se aprobó una reprobación formal del decreto, rubricado por Francisco Franco el 18 de julio de 1939, que aprobó la concesión de la distinción militar a Valladolid por su «decisiva aportación en los primeros momentos de la guerra de liberación de España».
«Es una cuestión simbólica, además de una obligación legal, que confiamos que cumpla el Ayuntamiento con la entrada en vigor de la nueva ley», reitera Julio del Olmo, quien recuerda que decenas de símbolos franquistas, además de algunos nombres de barrios y grupos de viviendas, aún lucen en infinidad de fachadas de la capital, en la que sí se cambiaron los nombres de 19 calles en dos oleadas en 2014 y 2017.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.