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Era martes y, aunque no lo recuerda «muy bien», cree que «hacía bastante frío». Aquel 3 de abril de 1979, Lucas Aguado Fernández (PP) acudió al Ayuntamiento de Roturas a votar acompañado de su mujer en las que eran las primeras elecciones libres en democracia. «Antes, el voto se llevaba doblado de casa para que nadie lo viera», pero Lucas sabía que en cuestión de horas se convertiría en el nuevo alcalde de este pequeño municipio vallisoletano de tan solo 32 habitantes. Sus propios vecinos, a los que conocía «de toda la vida porque he nacido allí», le animaron para que se presentara como regidor. «Al principio», rememora Lucas Aguado, «no lo tenía nada claro», pero el «amor» que siente hacia su pueblo al final fue determinante: «quería lo mejor para mis vecinos y mi municipio» y, bajo las siglas de la extinta Unión de Centro Democrático (UCD), presentó una candidatura para encabezar el Consistorio rotureño. Hoy, cuarenta años después, Aguado, jubilado de 70 años, continúa con un bastón de mando del que previsiblemente se desprenderá «cuando acabe la siguiente legislatura», en 2023. «Creo que dentro de cuatro años ya toca dejar paso a las nuevas generaciones», desvela.
Pero no es el único en la provincia que pertenece a la generación de regidores que estrenaron la democracia y que aún a día de hoy continúa ejerciendo como tal. Junto a él, otros tres municipios han respaldado a sus dirigentes políticos hasta diez veces en las urnas. Es el caso de Marzales, Cuenca de Campos y Bercero. Si hay algo que estos alcaldes tienen en común, además de una «continua lucha contra la despoblación», como lo califica el regidor de Cuenca de Campos, Faustino González Miguel (PP), es que llegaron a la Alcaldía prácticamente «por casualidad» y han permanecido por las exigencias que plantea el medio rural. «Siempre queda algo por hacer».
En su caso, sus convecinos también fueron determinantes. Fueron los que le «empujaron» por los «problemas que había en el pueblo». Por entonces, Faustino, «de unos treinta años», vio cómo cerraban a sus hijos las puertas hacia el aprendizaje. «Suprimieron la escuela» y reabrirla fue el primer «reto importante» que González abordó una vez ganó aquellas elecciones.
El segundo, exhibe «muy contento», fue repoblar Cuenca, enclavado en plena comarca de Tierra de Campos y con 226 habitantes censados en 2018, según el INE. Faustino «siempre» había tenido una fijación especial por los árboles. Cuando veraneaba en esta localidad «desde pequeño», «soñaba con que alguien plantara muchos árboles». Pero estos «deseos» no se cumplieron hasta que él mismo tomó las riendas en 1979. «Ahora hay más de 26.000 árboles plantados, está precioso».
Sin embargo, no considera que los cuarenta años que este miércoles cumple al frente del Consistorio conquense sean una «mochila cargada de piedras». Todo lo contrario. «Cada mañana», asegura, se despierta «con una ilusión tremenda» por trabajar «por y para» sus vecinos. «Siempre hay otras candidaturas y pueden elegir. Es el pueblo el que decide con su voto;esto no es una dictadura», apostilla.
Estos cuatro alcaldes son «un ejemplo fundamental de la verdadera política». Así lo considera el presidente de la Diputación de Valladolid, Jesús Julio Carnero, quien asegura «quitarse el sombrero» por su capacidad de servicio público durante la «friolera de cuarenta años». «Son unos servidores públicos fundamentales en la provincia, que dan lo mejor de sí mismos para representar y ayudar a sus vecinos», afirma.
De la siguiente corporación dependerá que se lleve a cabo un homenaje. Carnero, por su parte, destaca que ya reconocieron su labor en 2015. «Tiempo habrá».
El regidor de Marzales, José Luis Rico Hernández (PSOE), también forma parte de este selecto 'club de los cuatro'. Cuando llegó al poder, en 1979, en la localidad «no había nada de nada». Tenía tan solo 24 años, pero la situación de «abandono» que padecían era insostenible. «Dijimos 'venga, hay que afrontarlo'». Su «enorme» compromiso con los vecinos fue evidente a los pocos días de jurar el cargo. José Luis, ante la nefasta situación económica que atravesaban, decidió ponerse el mono de trabajo y convertirse en un «empleado más» del Consistorio. «Me tocaba hacer de todo un poco: fontanero, carpintero, electricista... No había dinero y no era capaz de llamar a una empresa a sabiendas de que no iban a poder cobrar», incide.
Ahora, cuatro décadas después, aunque «no tenemos todo lo que queremos», se muestra satisfecho por los servicios con los que «poco a poco» han ido dotando al pueblo. «Ha cambiado absolutamente todo, pero lo primero que nos hace falta es un internet que no nos falle. A los políticos se les llena la boca con el medio rural pero luego no cumplen nada».
Por su parte, José Antonio González González (PP) aterrizó en la Alcaldía de Bercero de manera «momentánea». «Nunca antes» se planteó dedicarse a la política ni tampoco «si estaría un día o catorce». A lo largo de estos cuarenta años se ha planteado «varias veces» si volver a presentarse o no, pero mientras «nadie se apunte», este agricultor jubilado seguirá «entregándome a mi pueblo». «En pueblos donde somos tan pocos es muy difícil encontrar a alguien que quiera presentarse».
Los protagonistas
José luis rico, alcalde de marzales
faustino gonzález, alcalde de cuenca de campos
josé antonio gonzález, alcalde de bercero
lucas aguado, alcalde de roturas
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
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