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Sus más que centenarios muros aún lucen el veterano cartel de piedra que otorgaba la categoría de plazuela a la hoy plaza de la Cruz Verde. El letrero, al igual que el conjunto del esquinazo histórico (aunque sin catalogación que obligue a conservarlo) de la confluencia de las calle Mantería y José María Lacort, pasará en los próximos días a formar parte de la memoria urbanística de la capital. Los operarios comenzaron hace unos días la anunciada demolición de este rincón, que durante tres decenios albergó tres negocios con solera (los bares Marbella y La Luna e Ibiza Piel), para dar paso sin respiro a la construcción de un edificio de nueva planta, con un máximo de tres alturas, en el que tendrán cabida nueve viviendas y un local comercial en la esquina de la Cruz Verde con Mantería y José María Lacort. En esta última vía se ganará espacio para los peatones cuando el futuro edificio se alinee con los existentes para ensanchar una acera que duplicará su espacio en su tramo final antes de la Cruz Verde.
El veterano inmueble, construido a finales del siglo XIX con tapial (barro prensado), acogió en sus orígenes viviendas y una taberna (El Segoviano) en el mismo local que dio cabida al bar La Luna hasta su cierre en julio de 2017, unos meses después de que los actuales propietarios del edificio recibieran la licencia de demolición (el 23 de noviembre de 2016) del conjunto arquitectónico con más sabor a añejo que conservaba la plaza de la Cruz Verde. Pasará a la historia en un par de semanas, cuando está prevista la conclusión de las labores de derribo.
El proceso de desalojo de los tres negocios del centenario esquinazo de la Cruz Verde concluyó en junio del año pasado, cuando cerró sus puertas el bar Marbella (llevaba allí 36 años) para mudarse a otro local a pocos metros, donde abrió el 10 de julio con el nombre de Mantería, 31, aunque dentro sí luce la que será su denominación: New Marbella. «Nos falta el rótulo», reconoce Chema, el camarero, antes de destacar que están «contentos con la respuesta de los clientes». Dos años antes, en julio de 2017, cerraron el bar La Luna (su dueño llegó a un acuerdo y se jubiló) y la tienda Ibiza Piel. «No nos dejaron estar más meses y tuvimos que mudarnos», explica Miguel, su propietario.Ahora tiene una tienda en Mantería (en el 17) y otra en la Bajada de la Libertad. «Teníamos una cláusula que permitía rescindir el alquiler, y así lo hicieron, a pesar de que acabábamos de reformar el local», recuerda.
Solo uno de los tres veteranos negocios que acogían sus muros, el bar Marbella, sobrevivió hasta junio de este mismo año, cuando se mudó a un local cercano, en el número 31 de la calle Mantería. Tanto sus dueños como los de Ibiza Piel (cerrada en julio de 2017), que también se trasladó a la calle Mantería, en el número 17 (y abrió una segunda tienda en la Bajada de la Libertad), tenían contratos de alquiler en vigor, aunque con distintas cláusulas, que la constructora que adquirió el inmueble tuvo que aplicar, o negociar su salida voluntaria, para que cerraran.
El Ayuntamiento, en cualquier caso, autorizó ya aquel 23 de noviembre de hace tres años tanto la demolición de este picón de la Cruz Verde, que no llegó a ser declarado en ruina pese al deteriorado aspecto de la planta de arriba (estuvo años vacía), como la construcción, que comenzará, en teoría, «en breve», de un edificio con nueve viviendas y un bajo comercial con una altura similar al que está situado justo detrás, entre José María Lacort y Mantería.
El espacio peatonal, que en estos últimos meses también vivió el cierre del quiosco, conservará, al menos, la fuente de piedra de 1952 (así lo atestigua su inscripción). Y el más moderno puesto de cupones de la Once.
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