De pronto, la intervención de la popular Marta López pareció romper el tono sosegado del debate del primer Pleno ordinario. Fue al referirse a los retrasos de la Concejalía de Participación Ciudadana en abonar las subvenciones a las asociaciones de vecinos. «Es imperdonable. Es ... un retraso que demuestra la indolencia de la Concejalía de Participación Ciudadana», dijo. Y acto seguido añadió: «La frase es del concejal Vélez en 2011, cuando el PP no resolvió la convocatoria en junio, como ustedes, sino en marzo. Si eso pensaba el grupo socailista entonces no quiero imaginar qué piensa ahora», le soltó a Alberto Bustos, que era a quien iba dirigida la invectiva-pregunta.
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Bustos respondió con un dato, pese a que admitió los retrasos. «En 2011 lo que pasaba es que había muchos menos recursos para las asociaciones. En estos cuatro años se han aumentado el 50% los recursos para los asociaciones. Hablamos de más de doscientos mil euros que sirven para que no estén ahogadas», devolvió el edil de Toma la Palabra. Señaló, eso sí, que «se debería haber resuelto antes, en ocasiones los procedimientos son lentos y cuando algo se hace mal hay que corregirlo». A cambio, dejó caer que se «ha regularizado el proceso de los locales vecinales, que estaban en situación alegal, se hacen presupuestos participativos, asambleas en los barrios...».
Aunque a Marta López no le convencieron las justificaciones. «Pedimos al señor Bustos más interés, trabajo y rigurosidad», le había lanzado. «No sirve de nada que se convoquen si luego no se resuelven, frase que tampoco es mía, sino del señor Vélez». Otra vuelta de la crítica bumerán.
La que debía ser la cuestión más polémica, la de la aplicación de la sentencia del contencioso administrativo que anulaba dos puntos de la moción laicista aprobada en septiembre de 2018, quedó en un debate filosófico con poco contenido. Tan poco, que en el último turno de Pilar del Olmo la portavoz popular vino a decir que entendían que la sentencia solo anulaba dos puntos y que por tanto el resto de la moción quedaba tal cual, pero criticó que se explicitara con un«manteniéndose el resto inalterado» porque, señaló, «no era necesario». A efectos prácticos, nada. A efectos gramáticos y etimológicos, una discusión poco productiva sobre los matices entre laicidad y aconfesionalidad.
Vox pidió la retirada de la moción completa. Ciudadanos resumió la cuestión de modo pragmático:«No nos compete a nosotros declarar la nulidad de otros puntos, la sentencia es firme y no ha lugar a debates de si se acata o no. La sentencia se pronuncia sobre la nulidad de dos puntos y sobre la no nulidad del resto». Y el alcalde lo zanjó así: «Hay dos planos, el jurídico y el político. En el jurídico hay que cumplir la sentencia y en el político, cambiar la moción sería posible si presenta otra moción cualquiera de los grupos». Invitados están.
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