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«La crisis sanitaria que hemos vivido este último año no solo se ha llevado a muchos de nuestros seres más queridos, sino que ha traído consigo un agravamiento de las condiciones sociales y económicas para aquellas familias gitanas que ya estaban en situación ... de pobreza y exclusión social», asegura Amparo Borja, portavoz de la asociación de mujeres gitanas feministas, durante la lectura del manifiesto que este jueves, a las 12:30 horas, en Portugalete, se convirtió en el acto central de las celebraciones en Valladolid del Día del Pueblo Gitano.
Una fecha señalada para reclamar «la garantía de la igualdad de oportunidades y de trato», como apuntó Emilio Jiménez, de la Fundación Secretariado Gitano, y para acabar con los estereotipos que desembocan en discursos de odio, como añadió Carmen Jiménez, concejala de Convivencia y Mediación.
La pandemia ha sido una zancadilla en el camino. «A muchas familias les ha impedido ganarse la vida a través de la venta ambulante o se han visto expulsados de un mercado laboral que viven desde la precariedad», asegura el documento institucional leído junto a la catedral.
«Partíamos de una tasa de paro altísima y eso se ha agravado estos meses, sobre todo entre las mujeres», consigna Enrique Jiménez, presidente de la asociación de Promoción Gitana. «El mercadillo es la base de la economía para muchos hogares. La primavera pasada, con el confinamiento, no se pudo trabajar. Luego, al 50%. Y ahora hay que hacer frente a los problemas de la economía y la caída del consumo. Y lo peor está por venir. Los colectivos más desfavorecidos, como el nuestro, en muchos casos viajaban en el furgón de cola. Ahora, muchos se han caído del tren», asegura Jiménez.
Y junto a la cicatriz laboral, otras. «El alumnado gitano, ya por detrás de la media, se ha visto en gran medida relegado por la digitalización de la enseñanza», asegura el documento también leído por César Escudero, quien recuerda que la crisis «ha sido especialmente dura para quienes todavía viven en asentamientos y barrios muy vulnerables. Y no podemos olvidar que el rechazo y la discriminación, y especialmente el discurso de odio en redes, se ha cebado con la comunidad gitana durante la pandemia, señalándola muchas veces como foco de transmisión o como incumplidora de las normas», añaden. Ante esto, y en su día mundial, reclamaron «medidas concretas para reducir la desigualdad, luchar contra la discriminación, y avanzar en derechos y ciudadanía del pueblo gitano», indicó Emilio Jiménez.
El Ayuntamiento de Valladolid anunció que avanza en su Plan Municipal de Convivencia Ciudadana, que contempla la creación de la figura de un mediador que trabaje en la prevención y resolución de conflictos interculturales. La Junta anunció el miércoles un programa que contempla 73 medidas y una inversión de 40 millones en los próximos diez años para «promover la inclusión social y laboral de la población gitana en situación vulnerable». La Plataforma Social de Valladolid ha criticado estos anuncios «vagos y sin financiación concreta». «Los principales problemas ya están diagnosticados (laborales, de absentismo y abandono escolar temprano), pero no se adoptan medidas para atajarlos. El documento no asume compromisos, solo tiene buenas intenciones», defiende Jorge Félix Alonso, portavoz de la plataforma.
El artista medinense Antonio Navas elaboró con 'spray' en Portugalete un mural que repasa la historia del pueblo gitano y recorrerá los centros cívicos de la capital las próximas semanas.
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