Si el panorama sanitario es incierto, aún más lo es el escenario económico que está dejando la crisis del coronavirus. Muchas familias la están sufriendo de lleno en la provincia como consecuencia de la pérdida de su trabajo, y mientras llegan las ayudas aumentan las personas que piden comida y productos básicos a instituciones y entidades sin ánimo de lucro como Cáritas, Cruz Roja o el Banco de Alimentos.
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Prueba de ello es que en pueblos como Portillo han pasado de atender a cinco familias a casi 30, e incluso el Consistorio ha puesto en marcha iniciativas solidarias para recaudar fondos destinados a los que más lo necesitan. En Traspinedo los solicitantes de apoyo han pasado de unos ocho a cerca de 20. «Estamos doblando los repartos, ahora se hacen cada quince días y el Consistorio aporta además productos básicos que escasean en el Banco de Alimentos, porque no da más de sí», explica el alcalde, Javier Fernández.
En la zona del Valle del Esgueva el panorama no parece ser mejor. Cruz Roja ha registrado un crecimiento de la demanda de ayuda del 70,4% en los once pueblos de la zona que atiende. La ONG también ha notado en Tudela de Duero y su entorno «un aumento de una veintena de familias cuyo perfil es nuevo. Se trata de personas que no han necesitado nunca de estos servicios, pero que en esta situación se ven en la tesitura de pedir ayuda». El contrapunto son otros municipios como Montemayor de Pililla, Santibáñez de Valcorba o Viana de Cega, donde por el momento no han registrado cambios.
Por su parte y desde que se declarara el estado de alarma, el Ayuntamiento de Tordesillas ha contabilizado unas 30 familias más en situación de vulnerabilidad por falta de ingresos, según indica el regidor, Miguel Ángel Oliveira, lo que sitúa en 113 las que reciben apoyo municipal. El alcalde concreta que «el aumento es elevado, por lo que hemos puesto en marcha un Plan de Emergencia Social para dar respuesta a las demandas sociales de muchas familias en la crisis social que va a originar el coronavirus». Será financiado por el propio Consistorio y numerosas empresas de la localidad. Por el momento, desde la administración local se especifica que «seguimos desviando peticiones al 012 de la Junta para que canalice las ayudas a los CEAS de la Diputación y de Cruz Roja de Tordesillas».
Coronavirus en Valladolid
J. A. Pardal
Ricardo Sánchez Rico
Situación complicada también en Medina del Campo, donde las ayudas de emergencia social se han disparado de 30 a 88 desde febrero. «Muchas de las familias que han solicitado estas ayudas no han cobrado el salario por los ERTE y también procedían de un sistema de economía sumergida», apunta la concejala de Bienestar Social, Nadia González, que reconoce que «nos tememos que sean muchas más las que se soliciten». Asimismo, durante marzo y abril la administración local también ha concedido 88 vales de comedor escolar. «Damos vales de alimentación en mano si es muy urgente» detalla González, que indica que «se está generando un efecto llamada y esperamos aún más en estos meses».
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En la misma línea se manifiestan Cruz Roja de Peñafiel y la casa parroquial, que han recibido más solicitudes de alimentos en la localidad y la comarca coincidiendo con la alerta sanitaria. Desde la primera informan de que se han triplicado, pasando de las 19 que los necesitaban antes de la pandemia a las 71 actuales, sin descartar que según pasen los días sean más los vecinos que recurran a este apoyo. Asimismo, voluntarios de la ONG están realizando las compras y entregas de alimentos y medicamentos a las personas mayores o de movilidad reducida que se lo han pedido.
Las sucesivas prolongaciones del estado de alarma por el Gobierno de España, que ha implicado el confinamiento en los domicilios y el cese de un buen número de actividades productivas, ha llevado a los ayuntamientos, CEAS de zona, asambleas de Cruz Roja y Caritas parroquiales de la comarca Tierra de Pinares, donde se ubican municipios como Íscar, Mojados y Olmedo, a trabajar de forma más coordinada con el fin de poder prestar ayuda a las personas necesitadas en forma de alimentos, ropa, productos de limpieza, medicamentos, pago de alquileres, factura de luz, etc...
No se trata solo de familias en situación de vulnerabilidad que ya eran atendidas antes, sino de otras nuevas que se han sumado a ese grupo debido a la pandemia, que ha provocado una nueva crisis económica de la que algunos de los acuden pidiendo apoyo no se habían recuperado.
Y es que como señalan los presidentes de las tres asambleas comarcales de Cruz Roja y la trabajadora social que coordina las tres Cáritas parroquiales, es un hecho el aumento de más del 10% –en el caso de Íscar casi del 15%– de las familias demandantes de ayuda para comer en los CEAS. De la entrega se encargan ambas ONG, bien directamente, en el caso de los productos elaborados y envasados del Programa de Ayuda Alimentaria, bien mediante la entrega de vales de compra para los comercios locales. Un porcentaje que aseguran crecerá a medio y largo plazo.
Desde la parroquia peñafielense, que distribuye los productos que les hacen llegar desde el Banco de Alimentos vallisoletano, señalan que especialmente en la última semana las llamadas telefónicas solicitando comida han aumentado. Hasta ahora el reparto se realizaba en la casa parroquial, pero están buscando un espacio que reúna mejores condiciones de seguridad sanitaria.
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En Medina de Rioseco y un buen número de núcleos de su comarca la tónica es la misma. Cruz Roja y Cáritas Parroquial han visto crecer sustancialmente las peticiones, y vaticinan que lo que se avecina es aún peor. A las 45 familias a las que entregaba alimentos la primera ONG se han sumado otras 15 derivadas desde el 012, según la presidenta de la asamblea local, Ana María Rodríguez, que señala que «para evitar traslados y posibles contagios llevamos los alimentos a los pueblos».
Especiales coronavirus
Cáritas también ha notado el aumento, «con familias que han vuelto a pedirnos ayuda», indica su presidenta, María Celestina Santamaría, que se recupera tras pasar el coronavirus. Por ahora están tirando de los alimentos que recogieron en Navidad, pero prevén tener que comprar más con los donativos de los riosecanos.
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Información elaborada con textos de Sofía Fernández, Patricia González. Agapito Ojosnegros y Miguel G. Marbán.
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