Los 'cosetodo' de Valladolid se llenan de encargos de ropa de Shein

El 'fast fashion' es tendencia, su atractivo es innegable debido a sus precios irresistibles, catálogos interminables e inmediatez. Con tan solo un clic puedes permitirte hacer un cambio de armario por menos de 50 euros. Sin duda, tiendas 'on line' como Shein o Temu se han ganado un hueco en el carrito de muchos de los consumidores cada vez más común no solo en los más jóvenes sino en cualquier franja de edad.

Con el auge del comercio online los pequeños negocios locales de costura podían haberse visto perjudicados ya que muchas personas podrían preferir renovar su ropa en vez de arreglar y reutilizar aquella que todavía tienen en sus armarios. Sin embargo, todo lo contrario, estos 'cosetodo' han visto cómo sus negocios se llenan de clientes que llevan a arreglar prendas compradas en páginas como Shein. Así lo vive José Rodríguez, propietario de Donatila Costura: «La parte de cosetodo ha aumentado mucho, casi el 90% de las personas que vienen son por las prendas que se compran 'on line', la gente no se las mide y las tienen que terminar arreglando para poder usarlas».

Pero customizar o arreglar este tipo de ropa puede no ser muy rentable «arreglar un vestido son 10 euros y estrechar la cintura 8 euros por lo que vale más que el propio producto», comenta José Rodriguez. Por otro lado, el material que se utiliza en estas páginas de moda 'on line' son muy pobres y de baja calidad, por lo que su duración es bastante efímera. «El material es de peor calidad, por lo que ropa dura muy poco y al final termina saliendo más caro porque se tienen que comprar 5 prendas iguales para que las puedan disfrutar».

En pleno corazón de Valladolid se encuentra el Cosetodo Larrueca, donde nada más entrar, se amontonan los diferentes pantalones, vestidos, faldas… Al fondo, una de las dependientas se encuentra tomando medidas para arreglar un conjunto de dos piezas a una clienta, un producto de Shein. Henar Amo Sacristán, costurera de Larrueca, cuenta que «la calidad de este tipo de productos es menor» y, por tanto, «cuesta más trabajarlos», aunque en este local están «acostumbradas a trabajar» con todo tipo de materiales

La cadena líder de ropa 'low-cost' del momento es una realidad visible en cada persona que pasea por las calles, Raquel Rivas, es una de ellas, aunque es consciente de su «puro consumismo» y de que muchas veces no sale rentable arreglar estas prendas: «Suelo comprar habitualmente en shein,pero es cierto que sale más caro arreglar el producto o incluso devolverlo. Al ser productos muy baratos no merece la pena arreglarlo. Te sale más rentable comprar uno nuevo».

A pesar de comprar en este tipo de páginas de ropa 'on line', Raquel también es partidaria de reutilizar prendas y de comprar en paginas de segunda mano, además para eventos más importantes, es partidaria de los comercios físicos como 'a la vieja usanza'. «Sí te lo quieres probar es mejor en tiendas físicas y el material es bastante mejor».

El 'fast fashion' 'on line' no muestra signos de debilidad, sus últimas tendencias a precios muy reducidos siguen atrayendo a las masas. A su vez, los negocios de costura y modistas se benefician de ello, reparando y adaptando estas prendas para los consumidores e intentando que aguanten un poco más en sus armarios. Un 'cruce de caminos' que enfrenta a dos sectores, aparentemente diferentes que, sin embargo, comparten muchas veces el mismo tipo de público. Por un lado el que ofrece el producto a las masas a un precio insignificante y por otro el que te lo arregla a tu gusto a un precio más razonable y personificado.

• Temas
• Moda