Secciones
Servicios
Destacamos
A las escuelas de ritmos latinos les ha tocado bailar con la más fea en la segunda fase de la desescalada. Los profesores y alumnos de las academias de baile de Valladolid se quejan de que son los grandes olvidados de la legislación aprobada ... por el Gobierno para regular las actividades de ocio durante la pandemia. De hecho, tienen pocas esperanzas en que prospere la moción que presentó el Partido Popular en el Senado el 26 de mayo con el fin de regular un sector variopinto, que ya estaba legislado con pinzas antes del coronavirus y que ahora se encuentra en el limbo de los decretos gubernativos. Solo en Valladolid, cada año danzan en escuelas y academias unos 10.000 alumnos. De ellos, 2.000 eligen bailes latinos, con una cuota mensual media de 25 euros en sesiones de dos horas a la semana.
El colmo del surrealismo, apuntan los afectados, casi todos autónomos, es que las discotecas abren sus puertas en esta fase, pero los clientes no podrán salir a la pista. Y son estos establecimientos, como ocurre en los templos salseros por excelencia, Sheraton y Porta Caeli, los escenarios donde muchas escuelas hacen nuevos alumnos y fidelizan a los antiguos en las fiestas que organizan los profesores viernes y sábados.
Para mantener viva la pasión durante estos meses de pandemia, las escuelas han optado por una variedad de cursos 'on-line' a través de distintas plataformas, donde enseñan pasos y figuras en directo o cuelgan vídeos de sus coreografías. Pero lo que diferencia a los bailes de salón y los latinos es que se practican en pareja y con cambios frecuentes entre los bailadores. Ese contacto, en la era del coronavirus, es lo que está prohibido por razón de salud pública y será muy difícil recuperar la normalidad y dejar el miedo fuera de los salones, auguran desde un sector que, por otra parte, nunca deja de reinventarse. «El problema es que nos meten a todos en el apartado de academias, pero nosotros no damos inglés ni un curso de cocina. ¿Te imaginas un tango o una bachata sin contacto entre los bailarines o una rueda de casino sin que cambien las chicas?», señala Óscar Pérez, de Bailasalsa, uno de los profesores veteranos de la salsa en Valladolid, organizador de eventos como el congreso familiar Salsaludable. «Si quitas el contacto físico, la parte social del baile, el futuro es muy oscuro. Hay bailes reglados como la danza bolera, la española o el folclore que se van a incorporar ya porque tienen sus sedes y son bailes individuales, pero a los de salón y latinos nos van a dejar para el final. Este curso está muerto y enterrado», se lamenta Pérez.
Algunos profesionales han comenzado a anunciar clases particulares de media hora o una hora para una o dos personas, «pero es poco viable», cree Marco Lorenzo, creador de Ritmolatino, una de las tres escuelas de bailes latinos que más alumnos tiene en Valladolid y que todos los años organiza encuentros con escuelas de otras provincias de la comunidad. Lleva 15 años en la profesión y este curso daba sus clases en Balandro y los salones del Hotel Feria con su pareja de baile, Alina Nemes. «La enseñanza no reglada está en un vacío legal, y si sumas que además se reduce el aforo de las salas al 30% y el contacto físico está prohibido...Necesitamos ya un protocolo específico, porque nadie lo tiene claro», señala Lorenzo desde su confinamiento en El Bierzo. Es desde allí donde prepara los videos que sube a las redes para refrescar pasos y figuras a sus alumnos. Estudia, de cara al próximo julio, probar con veinte alumnos por clase y arrancar en septiembre con un «pre-curso, a ver como reacciona la gente». Marco tiene claro que las mascarillas «van a quedarse por bastante tiempo» y que «si no puedes mantener las distancias, habrá que acostumbrarse a ellas, todo es mental, como la moda de las gorras». Pero reconoce que «cada escuela es un mundo» y no se encuentra en la misma situación un profesor que tiene convenios con las salas para dar clase que quienes se metieron el año pasado en una inversión para montar su propia academia y ahora está cerrada.
En el aire también siguen los multitudinarios congresos SBK (salsa, bachata, kizomba), todos cancelados, como el Burgosalsón, que reúne cada primavera a más de un millar de participantes y bailarines de primera fila de todo el mundo en la capital burgalesa. Sus organizadores ya han anunciado en redes sociales que se celebrará los días 26, 27 y 28 de marzo de 2021.
Los bailadores vallisoletanos esperan que septiembre sea un punto de inflexión que aclare el horizonte y les permita diseñar sus calendarios para el próximo curso. «A ver qué ocurre en las fiestas de San Lorenzo, Vamos a presentar al Ayuntamiento el programa del Danzaolid, con la mitad de aforo de otros años y repartido en dos días», anuncia Óscar Pérez, deseoso de recuperar este encuentro, que reúne en San Benito, como broche final de curso, a un millar de apasionados del baile de todas las edades, de cincuenta escuelas y de todas las disciplinas.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.