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Niños del colegio Corazonistas actuando en el salón de actos de la residencia Cardenal Marcelo L. Negro

Valladolid

Los Corazonistas llevan la Navidad a la residencia Cardenal Marcelo

31 alumnos del coro acuden a cantar villancicos y a intercambiar postales navideñas con los residentes

Laura Negro

Valladolid

Jueves, 12 de diciembre 2024, 21:09

La magia de la Navidad se adelantó este año en la residencia de mayores Cardenal Marcelo, de la Diputación de Valladolid, gracias a una visita muy especial. Un grupo de 31 alumnos y sus profesores, integrantes del coro del colegio Corazonistas, llevaron la música y ... la alegría a los 155 residentes y a los trabajadores. Lo que comenzó como un simple recital de villancicos se convirtió en una tarde inolvidable llena de emociones y gestos de cariño.

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Los ojos de los mayores empezaron a brillar cuando los alumnos se arrancaron con los primeros acordes de la guitarra y el cajón. Para calentar, una alegre versión del americano 'Jingle Bells', que llevaban ensayando desde octubre. Sin embargo, los aplausos más entusiastas por parte de los abuelos se los llevaron otros clásicos en castellano, como 'Campana sobre campana' y 'Arre Borriquito'. La emoción se dejaba sentir en el ambiente ya que muchos de ellos no pudieron evitar tararear las canciones que habían aprendido en su infancia. «Me recuerda a mi juventud en mi pueblo, Villaverde de Medina», comentaba Teófila Gutiérrez, de 88 años, quien no dejó de aplaudir en toda la velada. Su compañera de residencia, Casimira Téllez, se mostraba igual de encantada. «Ha sido precioso. He disfrutado muchísimo. Es una alegría que estos niños hayan tenido el detalle de venir a vernos y a cantarnos», comentaba esta veterana, natural de Bobadilla del Campo.

Los residentes durante la actuación de los niños L. Negro

Uno de los momentos más especiales fue el intercambio de postales navideñas. Cada alumno entregó a un residente una tarjeta personalizada con mensajes de cariño y buenos deseos para estas fiestas. Los niños, de entre 8 y 16 años, se tomaron su tiempo para conversar con los mayores, quienes les devolvieron el gesto entregándoles también unas bonitas postales que habían escrito durante los talleres de manualidades. En ellas expresaban sus mejores deseos para esta próxima Navidad. «Me he emocionado mucho. Es una alegría ver a todos estos niños con nosotros, que somos tan mayores. He sentido como si regresara a mi infancia en el pueblo. Da gusto escucharles cantar», decía muy ilusionada Carmen Sampedro, de 88 años y natural de Torrelobatón.

Carmen Sampedro, una de las residentes, intercambiando postales navideñas con los niños L. N.

Desde este centro de mayores de la Diputación Provincial valoran muy positivamente este tipo de iniciativas. «Es fabuloso que las personas mayores participen en estas actividades intergeneracionales. En la pandemia se vieron todos muy restringidos y les afectó tanto emocionalmente y cognitivamente, que ahora recibir a los niños es una auténtica alegría», comenta Susana Higuera, animadora sociocultural de esta residencia. «Con estos encuentros se emocionan mucho y les ayuda a sacar una sonrisa. Estas actividades son muy gratificantes, especialmente para aquellos que no reciben visitas muy a menudo», añade.

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Esta iniciativa, organizada por el colegio Corazonistas, tiene como objetivo sensibilizar a los alumnos sobre la importancia de acompañar y valorar a las personas mayores, especialmente en la etapa final de sus vidas. «Nuestro deseo es que nuestros alumnos tomen conciencia de la necesidad que tienen las personas mayores de sentirse queridas y acompañadas en la etapa final de sus vidas y qué mejor manera que llevarles unas canciones que les recuerde la venida de Jesús», señalan desde el centro educativo. «Queríamos hacer una actividad de voluntariado y nos pareció una muy buena idea venir a la residencia a alegrar a los mayores», completa la directora del coro y profesora de música Gaia Gómez.

Los niños actuaron en el salón de actos y en otras salas especiales para los usuarios con movilidad más reducida L.N.

Los villancicos no se limitaron al salón de actos. Los alumnos de Corazonistas también llevaron su música a otras salas adaptadas a los residentes con movilidad reducida, asegurándose de que nadie se quedara sin disfrutar del espíritu navideño. Muchos de ellos estaban acompañados por sus familias, como Agustina, que recibió la visita de su hija Ana Yagüe, quien opina que es una iniciativa «preciosa» y «muy emocionante tanto para los niños como para los ancianos. Les motiva muchísimo y les viene fenomenal».

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