Convencen a un joven de no saltar desde una grúa a 45 metros en La Rondilla

Los hechos han ocurrido a las 11:15 horas, cuando los primeros testigos han observado cómo el hombre comenzaba a trepar por el poste de la grúa de obra en el solar vallado del antiguo colegio San Juan de la Cruz. «Un montón de vecinos hemos empezado a pedirle que bajara, después han llegado policías locales, bomberos, ambulancias..., pero no atendía a razones», relata una testigo del incidente.

El caso es que el hombre, que después relataría que atravesaba distintos «problemas personales», acabó caminando por la pluma de la estructura hasta llegar hasta el extremo mismo del brazo horizontal, donde permaneció durante más de media hora de pie e, incluso, llegó a colgarse de las barras. Eran ya las doce del mediodía y a lo alto de la grúa se encaramó el jefe de la dotación de bomberos desplegada en el lugar junto a otros compañeros. Fue él el que logró entablar conversación con el hombre y el que finalmente, después de quince angustiosos minutos, logró convencerle de que llegará hasta el eje de la estructura y bajara, ya ayudado por él mismo, de la grúa.

Al filo de la una de la tarde, el hombre, junto al bombero, descendía por la escalerilla del poste de la grúa hasta el solar del antiguo colegio San Juan de la Cruz, donde solo se encuentra edificado el chasis de las futuras oficinas de la Seguridad Social. Allí le esperaban ya una legión de sanitarios, policías locales y efectivos del Servicio de Extinción de Incendios.

El hombre salió ileso del solar en obras, acompañado por los efectivos desplegados en el lugar, a la acera de la calle Cardenal Torquemada, donde le esperaba una psicóloga, quien continuó tranquilizándole hasta que finalmente él mismo accedió a entrar en una ambulancia para ser trasladado al Clínico a las 13:40 horas.

El tramo de la calle Cardenal Torquemada situado entre Tirso de Molina y la Rondilla de Santa Teresa permaneció cortado al tráfico durante el rescate. «Hemos pasado ratos muy malos al verle colgando del brazo de la grúa, pero gracias a Dios le han podido convencer y el chico ha acabado bajando», coincidieron en señalar las decenas de vecinos que asistieron desde la distancia a la intervención.