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Un paquete de seis rollos en la mano izquierda y otro más, aparatoso y suave, asoma del carrito de la compra azul que arrastra Carmen, 67 años, por la calle Cigüeña después de salir del Gadis. «Bueno, es que hay que estar preparados, por si ... no podemos salir de casa en una temporada», asegura, después de pasar más de media hora en la kilométrica cola del súper y de conseguir uno de los últimos paquetes de papel higiénico que quedaban en los estantes. Y son apenas las diez y cuarto de la mañana. Hace tan solo unos minutos que han abierto las tiendas y ya se ha agotado el papel higiénico.
¿Qué está pasando? ¿Por qué el coronavirus ha despertado una contagiosa fiebre por conseguir papel higiénico? Y ojo, porque no es algo que suceda solo aquí, en Valladolid. O en el resto de España. Los medios de comunicación alertan también de esta situación en Estados Unidos (hay supermercados de Nueva York sin existencias) y Australia (lo mismo ha ocurrido en Sydney).
«Ver lineales vacíos es muy llamativo, pero es consecuencia de una concentración muy grande de consumidores que hace que las tiendas no tengan tiempo de reponer, pero no es un problema de desabastecimiento», insiste el especialista de la consultora Nielsen, Ignacio Biedma. Yañade –según informa Efe– una razón que explica por qué hay tan poco papel higiénico: «La tienda no puede tener muchos rollos en el lineal porque ocupan mucho más que otras categorías, como las botellas de aceite o las bebidas. Y si te entran cincuenta personas y compran todas...». Entonces, no hay existencias a la vista, parece que el comercio está desabastecido y se compra, no sea que yo sea el último y ya no quede más.
Porque en el caso del papel higiénico –y no solo en este producto– se ha producido un impresionante efecto llamada. Se vende mucho, sí. Como la pasta de dientes. «Pero el papel higiénico se nota más en los carritos. Y si ves que el de al lado lo lleva, tú haces lo mismo», explicaba este viernes por la mañana la cajera de un supermercado, quien destacó que la afluencia de clientes se ha notado, sobre todo, desde el miércoles por la tarde. Ayer, por ejemplo, a primera hora, había colas de más de media hora de espera en el Mercadona de la calle Cigüeña.
Hace una semana esta misma fiebre se desató en Australia. El día 4, la BBCpublicó una información con declaraciones de Rohan Milley, experto en consumo de la Universidad de Sydney. Y decía: «El papel higiénico está lejos de ser un producto de primera necesidad. Al menos, si lo comparamos con otros, como la comida o el agua, pero es algo que la sociedad moderna y urbana considera como un mínimo estándar de bienestar».
«La verdad es que no lo entiendo mucho. Si hay bidés, con agua y jabón, ¿no?», se preguntaba Luis Antonio, 69 años, vecino de Pajarillos, a las puertas de un supermercado Día, donde los estantes de papel higiénico (también los de carne envasada y pizzas congeladas) estaban medio vacíos.
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«La gente no tiene que sobreactuar», asegura Fernando Simón, director del Centro de Coordinación y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad, quien añade: «Las grandes superficies y supermercados han informado claramente de que no hay problemas de abastecimiento. Pero si van mil personas a comprar todas el mismo producto...». La realidad es que, a determinadas horas del día (sobre todo según avanza la jornada)hay decenas de personas en los lineales y carencias en los estantes de las tiendas. Se nota en las galletas, la fruta, la leche, el agua embotellada.
Y el papel higiénico. También porque hay personas que lo usan para fabricarse mascarillas casera (de poca eficacia). O como alternativa a los pañuelos. Y porque, en un momento en el que se subraya la importancia de la limpieza y la higiene, se percibe este producto como básico para conseguir este objetivo. «Lo más higiénico para no transmitirlo es limpiarse con agua. Pero para secarse, sí que es mejor que las toallas», específica María Pardo, doctora del Hospital La Princesa (Madrid).
Claro, que ya puestos, y si hay posibilidad de elegir, ¿cuál llevarse a casa? La Organización de Consumidores y Usuarios se sumó ayer a la fiebre de la celulosa y recordó que el de dos capas es el más vendido (supone dos tercios del mercado). Los últimos datos de la asociación española de fabricantes de pasta, papel y cartón (Aspapel), correspondientes al año 2018, dicen que en España se consumieron 713.600 toneladas de papeles sanitarios (donde se incluye el papel higiénico, pero también los rollos de cocina, pañuelos y servilletas). Esto supone en torno a los quince kilos por habitante. Empresas productoras, como la fábrica de la multinacional sueca Essity en la localidad de Puigpelat (Tarragona), anunciaron que han tenido que incrementar su producción para atender la demanda.
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