Valladolid

El consumo de drogas y alcohol al volante repunta un 30%

«El año pasado hemos intervenido en un total de 138 accidentes, cifra que suele entrar dentro de la media. Esclarecermos la mayoría de ellos con la mayor rapidez que podemos», asegura Alfredo Pérez, responsable del grupo policial, en el que trabajan 20 agentes divididos en cinco grupos.

En los despachos de investigación de accidentes de la Jefatura de Policía de la Avenida de Burgos, se encuentran en un momento de cambio, de transición tecnológica necesaria. «Disponemos de bases de datos con las que trabajamos y programas específicos para la investigación de accidentes, pero en un mes procederemos a trabajar con otras fuentes y aplicaciones en gestión de datos que optimizarán nuestro trabajo. Incluiremos, además, un croquizador específico para atestados a siniestros viales», celebra el responsable de la unidad desde hace dos años.

Mejorarán, por tanto, el programa de dibujo vectorial con el que cuentan para realizar los croquis en accidentes que habitualmente acompañan a los atestados y que se presenta ante la Autoridad Judicial acompañando las diligencias realizadas en los siniestros que investigan.

«Este 2023 hemos realizado ya 190 atestados policiales», determina Pérez, quien ha notado un preocupante aumento de alcoholemias y positivos por droga al volante. «Estos dos últimos meses, en concreto abril y mayo, ha aumentado un 30% la cantidad de conductores que hemos detectado con resultados positivos por consumo de sustancias. Nos llama la atención, además, que se produzcan de forma aleatoria, a cualquier momento del día. Como un lunes por la noche, que nos podemos topar con una alcoholemia grave, o un martes a las cinco de la tarde», señala.

En caso de accidente el primer paso es la recogida de datos de todos los factores que hayan podido causarlo, como son la vía, los vehículos y las personas implicadas en el mismo. Inspeccionan la señalización, la visibilidad o la pendiente y el estado de la carretera, toman nota de la posición de los vehículos tras la colisión, la huellas o marcas que hayan producido en el asfalto o los restos que hayan quedado tirados por la calzada. Investigan el estado de los vehículos, los elementos de seguridad y también las condiciones en las que se encontraban los implicados en el accidente en el momento en el que se produjo.

«Nos ayudamos también de las cámaras que hay en la ciudad, tenemos hilo directo con grandes empresas, factorías o supermercados para acceder a las imágenes. Además, en estos casos la colaboración ciudadana responde muy bien y es magnífica en ese sentido», explica el agente.

Usan cámaras de alta resolución para analizar los escenarios, percatarse de los brillos, las frenadas o cualquier marca en el asfalto que arroje algún dato, «hemos heho incluso mediciones por fotogramas para esclarecer accidentes, pero que la gente no se lleve a engaño esto no es C.S.I.», advierte Pérez.

En un par de años van a incluir nuevas herramientas tecnológicas que harán que su trabajo sea si cabe más preciso. «Incorporaremos un reconstructor de accidentes que permitirá simular fielmente la escena de un siniestro vial».

Asimismo, está previsto que poco a poco se vayan introduciendo nuevas aplicaciones como el láser escáner, un dipositivo capaz de hacer un barrido de imágenes de un lugar y digitalizar en tres dimensiones el lugar donde se ha producido el accidente.