La construcción de unas viviendas saca a relucir restos de un palacio del siglo XV en Alonso Pesquera

Nada, ni un solo vestigio, quedó de aquel histórico inmueble, sobre cuyos terrenos se levantó en 1911 el actual inmueble de los antiguos Almacenes Calabaza. A su lado se encontraba el almacén de maderas y construcción Siro García, cuyo edificio también fue víctima de un voraz incendio en 1993 y demolido en el año 2000. Este solar, que presumiblemente se asienta sobre el patio interior de la desaparecida Casa del Cordón, aún lucía el logotipo de Siro García en el muro que protegía el terreno, que fue derribado hace dos meses para instalar las vallas de obra.

El terreno, dada su relevancia histórica, contaba de por sí con un elevado grado de protección fruto debido a sus antecedentes y bastaron los primeros movimientos de tierras para sacar a relucir restos de cimentación y distintos tramos de empedrado a distintos niveles que a todas luces pudieron pertenecer a la Casa del Cordón. «Las obras comenzaron a principios de año y enseguida se paralizaron», relatan los vecinos, que la semana pasada vieron cómo regresaban al solar de Siro García una máquina y tres operarios. Estos últimos son arqueólogos, de la empresa Patrimonio Inteligente, que desde entonces han excavado con mimo sobre el terreno para descubrir a golpe de piqueta, pala y cepillo los restos que van surgiendo de sus entrañas.

«Los restos se encuentran a distintos niveles y presumiblemente pertenezcan a distintas épocas, aunque lo más visible por el momento son los suelos de cantos que presumiblemente pertenecieron a la Casa del Cordón», apuntan los arqueólogos a pie de obra, quienes anticipan que su labor consistirá en descubrir y catalogar los restos que vayan surgiendo. Después será Patrimonio quien decida las condiciones en la que tendrá que retomarse la obra de construcción del bloque proyectado en el histórico terreno.

El futuro edificio de viviendas, que tendrá una fachada de baja altura con vistas a la calle Alonso Pesquera, para dar continuidad al bloque rehabilitado (sin uso aún) de los antiguos Almacenes Calabaza, y una interior de siete alturas, contará con 51 viviendas con garaje y trastero. Una inmobiliaria comercializa ya su venta sobre plano en el bautizado como 'Edificio Plaza', en el que están reservadas ya prácticamente todos sus pisos.

Su estética será moderna y nada recordará la historia de los terrenos sobre los que asienta, en los que Pedro de Castilla, obispo de Osma y de Palencia, levantó en 1461 el palacete original. Distintas vicisitudes, y reformas, llevaron al complejo a pasar por las manos del Condestable de Castilla Álvaro de Luna y de la familia del marques de Aguilafuente. Esta última acabó vendiendo el edificio al Ayuntamiento en 1847 y allí estuvo instalado hasta 1898, cuando un incendio lo borró literalmente del callejero de la capital, el manicomio provincial. Su presencia en la ciudad queda reflejada en litografías y en el plano de Ventura Seco (1738), donde muestra la planta cuadrada del edificio, con entrada por la entonces denominada calle de los Herradores (actual Alonso Pesquera) y que contaba con una amplia huerta adosada, que llegaba hasta las calles de la Merced y Don Sancho.

El principal rasgo distintivo del palacete, del que tomó su nombre, era «un monumental cordón de San Francisco» labrado en piedra, recreado por Juan Carlos Urueña en su trabajo 'Rincones con fantasma', un guiño a la leyenda de su emplazamiento, en el que las leyendas apuntaban a que San Francisco de Asís (siglos XI y XII) durmió en la casa que allí se asentaba con anterioridad.

La Casa del Cordón, una denominación que recibieron otras muchas edificaciones existentes en distintas ciudades por su distintivo cordón de San Francisco, era «en su mayor parte de ladrillo, con zócalo de sillería caliza, salvo la cimentación y la portada, que eran de piedra. Constaba de dos pisos y su patio principal disponía de tres crujías sobre pilares de ladrillo y madera en sus antepechos. Algunas de sus cámaras estaban cubiertas por artesonados. La escalera era de severas y elegantes proporciones. La portada se hallaba descentrada y se adornaba con el monumental cordón de San Francisco que dio nombre a la vivienda. A los lados de la puerta principal estaban colocados los escudos de la familia», según recoge la descripción del palacete publicado en 1999 en la revista, editada por el Ayuntamiento, 'Conoce tu ciudad', y recogida en la página valladolidweb.