José Miguel Prieto era «nuestro comodín», bromea, pero con cierto desazón en la voz, José Alberto Bartolomé, compañero de escalada, y que como el resto de su círculo de amigos y familiares no dan crédito a lo sucedido. «Si se trataba de escalar, yo ... le llamaba; si se trataba de hacer montañismo, lo hacía con Tascón; si era bici, con la grupeta del Ejército... Y lo de correr, ya nada, porque le operaron de la cadera, pero era de los que salía por el Pinar desde las piscinas de Fasa», señala Bartolomé, quien recuerda que su amigo había sido subcampeón de España en los 10 kilómetros, dentro del regimiento de Artillería.
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Juan J. López
A Josemi, «un deportista de otro nivel, al que los chicos y las chicas jóvenes se le quedaban mirando las piernas de lo fuertes que las tenía», Valladolid le despedirá este sábado en el Tanatorio de Las Contiendas, donde será incinerado a las 16:00 horas tras su fatídico accidente en los Picos de Europa el pasado jueves.
«Todos estamos en shock, pero no solo en Valladolid, en Palencia también se han acordado mucho desde que se conoció la noticia. El pasado viernes estuvimos escalando en La Roca... Y tú ibas, y todo el mundo le conocía», señala Bartolomé, compañero de Josemi en el Grupo de Montaña Picos de Valladolid, del que era federado y miembro desde 2018.
Un club de 160 miembros que no da crédito a la pérdida de su deportista, que llegó de la mano de su hija hace seis años. «Era ella la que era del club, y con ella vino Josemi, que tenía mucha relación con Tascón, con Bartolomé...», expresa el presidente de la entidad, Javier García, que no descarta algún tipo de homenaje al montañero vallisoletano fallecido cuando hacía lo que más le gustaba.
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Aunque natural de Valladolid, el exmilitar, capitán de Artillería del Ejército de Tierra ya jubilado, tenía una casa en San Salvador de Cantamuda (Palencia), a la que iba con asiduidad. Además, su hijo reside en la propia pedanía de la La Pernía, desde la que acortaba tiempos para desplazarse a la montaña «a hacer actividad», señalan sus amigos.
«Él y Tascón tenían entre ceja y ceja hacer la arista de Cabrones-Torre Cerredo. La habían pospuesto ya varias veces, pero estaban en ello», explica Bartolomé en relación a una de las cordadas más difíciles de los Picos de Europa, al tratarse de una ruta muy exigente, aérea y con zonas con la roca muy fragmentada.
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Es precisamente en el grado de dificultad, en el que compañeros, amigos y miembros del club de montaña, así como otros escaladores, no dan crédito al fallecimiento de Josemi. «En teoría, el pico y la ruta en la que ha sucedido todo son sencillos para un montañero o escalador del nivel de Josemi», agregan, mientras esperan a que Tascón, quien acompañaba al fallecido en el momento de la caída, se recupere del trauma para explicar lo sucedido.
La ruta en el Pico San Carlos, así como los entrenamientos asiduos de escalada de los últimos meses en Cantalejo, formaban parte de esa preparación para Torre Cerredo de los dos montañeros, una preparación exigente, pero que formaba parte de la forma de vida de los dos deportistas.
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Pequeños retos que el veterano deportista vallisoletano se ponía desde que se jubiló del Ejército, «del que le costó salir, pero luego estaba encantado», y que le había llevado a estar destinado en Burgos y Mallorca. «Le conocían en todos los sitios, y esa forma de ser, vitalista y optimista, hacía que todo el mundo le tuviera mucho aprecio. Nos hemos quedado sin nuestro comodín... Ese que siempre estaba ahí cuando lo necesitabas. Que la montaña le guarde», concluyen desde el Grupo de Montaña Picos.
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