Tres años y medio de cárcel por estampar un vaso en la cara a otro en una discoteca
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La Audiencia aplica el agravante de reincidencia al autor de las lesiones, a quien le impone una indemnización para el agredido de 13.580 eurostribunales ·
La Audiencia aplica el agravante de reincidencia al autor de las lesiones, a quien le impone una indemnización para el agredido de 13.580 eurosLa Audiencia de Valladolid ha condenado a Cristian San José Díez a tres años y seis meses de prisión como autor de las lesiones causadas «con instrumento peligroso» a su primo, a quien estampó un vaso de cristal en la cara en la puerta ... de una discoteca de la Cistérniga. La sentencia, que está en tiempo de ser recurrida ante el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León, aplica la circunstancia agravante de reincidencia y le impone el pago de una indemnización a la víctima de 13.580 euros y el abono al Sacyl de los gastos de las curas, 101 euros por la primera asistencia en el servicio de urgencias más «la que se acredite en ejecución de sentencia por la totalidad de los gastos generados, con intereses».
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Según refiere el fallo, Cristian San José, que ya había sido condenado y tiene antecedentes por robo con violencia e intimidación y lesiones, se encontraba sobre las dos de la tarde del 19 de enero de 2020 en la discoteca Cister Sunday de La Cistérniga, en la que coincidió con Ó. S. A., un primo lejano con quien ya se había encontrado en ese mismo local otras veces sin que se hubiera producido ningún incidente. Ese día, Ó. se acercó al acusado para felicitarle el año y este le contestó que «no hablaba con mariconas y chivatos y que salieran a hablar fuera». Ya en el exterior del establecimiento, cuando el primo le preguntó que le ocurría, Cristian San José «movió hacia atrás el brazo izquierdo en el que llevaba un vaso de cristal y lo llevó con fuerza hacia adelante contra el rostro de Ó. y le impactó de lleno en la cara, rompiéndose el vaso».
Juicios en Valladolid
Como consecuencia del impacto, la víctima sufrió una herida en la boca por la que fue asistido en primera consulta en el Hospital Río Hortega y se le tuvo que practicar cirugía maxilofacial. Además tuvo fractura de la mandíbula derecha y estuvo ingresado tres días en el centro hospitalario. Requirió más de un mes de asistencia y en marzo se le tuvo que practicar otra intervención quirúrgica. No recibió el alta médica hasta junio de 2020, tras 136 días de curas. La herida le ha dejado una cicatriz oblícua de dos centímetros bajo la mejilla derecha que el forense califica de perjuicio estético ligero.
El acusado negó en sus declaraciones anteriores que estuviera en la discoteca de La Cistérniga el día en el que su primo sufrió las lesiones, sino que se encontraba en casa de una chica con un amigo. Respecto de sus relaciones con el denunciante, indicó entonces que mantiene con él enemistad desde hace muchos años porque Ó. «dice que le debe 80 euros» y que se lo está reclamando siempre y que cree que por este motivo «le ha puesto la denuncia y además le amenaza por Facebook».
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Durante el juicio, no aludió a esa deuda de 80 euros. Durante la vista, celebrada el pasado 27 de septiembre, el acusado solo contestó a las preguntas de su defensa e insistió en que él no se encontraba en el local, que no tiene relación con Ó. pero que sabe «que no está bien y tiene problemas mentales y que sabe que está detrás de su pareja desde hace tiempo», lo que apuntó como motivo de la denuncia. Respecto de los «pantallazos» de una conversación entre ambos aportado por la acusación particular, dijo que no usaba redes sociales, «únicamente Whatsapp». Por el contrario, Ó. S. A ., señala la sentencia, «narró en el juicio de igual forma que el día de la denuncia todos los hechos y los detalles» y considera que su testimonio es totalmente creíble.
De todos los testigos, destaca el tribunal el testimonio «peculiar» de la joven que acompañó al herido al hospital. Esta manifestó que conocía al acusado por tener amigos en común e insistió durante la vista que «no podía decir quién estaba ese día en la discoteca porque era su cumpleaños y había mucha gente, que entró Ó. con la cara ensangrentada y le acompañó a urgencias pero no le preguntó cómo se había causado las lesiones». Negó que hubiera visto al acusado golpearle (aunque el denunciante declaró que ella le dijo que lo había visto entre las dos puertas de la salida y que entró a reriinar el comportamiento a Cristian). La testigo declaró que estuvo con el herido diez horas en urgencias. «Es evidente que carece de sentido que si la testigo como reconoce, fue con Ó. a la discoteca, se hizo fotos con la tarta y de pronto entra él sangrando por la cara no le preguntara por la forma en que se había causado la lesión, ni en el trayecto al centro de salud, el hospital ni durante las diez horas que manifestó que estuvieron juntos, máxime cuando se trata de lesiones que provocan un sangrado muy abundante», indica el tribunal. Para los magistrados, «la negativa de la testigo revela de forma inequívoca su falta de interés en relatar lo que realmente vio y supo, resultando ilogica la narración que hizo en el juicio».
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