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El Juzgado de lo Penal número 2 de León ha condenado a C. P. M. a 16 meses de prisión por delitos de maltrato en ... el ámbito familiar y coacciones sobre la que en ese momento era su mujer, vallisoletana de nacimiento pero residente en un municipio de León.
Los hechos se desencadenaron en febrero de 2020, cuando esta pareja, casada y con dos hijos (uno de ellos dependiente), tuvieron una discusión. Según los hechos probados, la víctima cogió el teléfono del hombre y descubrió unas fotos de las que se desprendía que le estaba siendo infiel. Al pedir explicaciones al ahora condenado, su marido «le agarró fuertemente de los brazos y la empujó contra la pared, causándole hematomas en los brazos», si bien la víctima no acudió a ningún centro de salud esa jornada.
Días más tarde, en el mes de marzo, la pareja decidió separarse para quedarse con la custodia de los hijos la mujer y depender los tres de los ingresos del ahora condenado, transportista de profesión y unas mensualidades de 3.000 euros.
Con el paso de las semanas, según los hechos probados que se reflejan en la sentencia, la mujer inició una nueva relación sentimental y su nuevo novio empezó a convivir los fines de semana con la mujer y los dos hijos. De ese hecho se enteró C. P. M., quien «no aceptó que su mujer pudiera tener una nueva relación». Por ese motivo, y «con la finalidad de que rompieran», empezó a mandar mensajes a la víctima desde el 26 de julio de 2020. «Y no voy a casa y os saco a los dos a hostias porque soy bastante más señor y tengo más educación que tú» o «de momento sin dinero vas a estar, dile que vaya poniendo para el alquiler de su casa de fin de semana» eran los 'whatsapp' que se enviaron durante esas fechas.
Precisamente, el fallo incide en que C. P. M. «es perfectamente conocedor de la situación tan precaria que tiene la víctima por tener que cuidar de uno de sus hijos, lo que le impide trabajar». «Utiliza el tema del dinero para doblegar la voluntad, hecho que volvió a repetir cuando la víctima denunció a primeros de septiembre».
Finalmente, la víctima tuvo que solicitar ayuda a Cáritas para poder mantener a sus hijos.
Durante el juicio, acusado y víctima ofrecieron declaraciones contradictorias. Por su parte, el hombre incidió en que nunca empujó a su pareja, pero que sí la agarró «fuertemente» de los brazos. De ahí, los hematomas. Asimismo, aunque reconoció que le iba a quitar la pensión, aseguró que esos mensajes venían precedidos de que «llevaba cuatro meses sin ver a sus hijos».
Además de los 16 meses de prisión, C. P. M. ha sido condenado a prohibición de portar armas durante cuatro años y a acercarse a menos de 200 metros y comunicarse con la víctima durante otros cuatro años.
Esta es la segunda sentencia que dicta el Juzgado de lo Penal número 2 de León después de que hace medio año absolviera al ahora condenado. La defensa de la víctima, ejercida por la letrada Virginia Rodríguez Bardal (Armesto&Bardal Abogados), presentó un recurso de apelación ante la Audiencia de León que lo estimó al considerar un «razonamiento ilógico» de la sentencia, por lo que devolvió la causa al Juzgado de lo Penal para la redacción de una nueva sentencia. En este caso, condenatoria.
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