La Universidad de Valladolid concentra 64 de las 111 ideas de empresas tecnológicas en un plan regional

Un balance inicial abrumador debido, también, a que cuenta con su propia herramienta de potenciación de estos proyectos, el Parque Científico. Allí se instaló, cuando nació, Aenium, por entonces simplemente Additive Systems. Una empresa que quería convertirse en fabricante para todo tipo de empresas a través de un proceso de 'fabricación aditiva'. Esto es, producir piezas a medida gracias a los materiales plásticos y la impresión 3D, por ejemplo, pero a un nivel cada vez más industrial. Hasta tal punto que Aenium, ahora, se ha instalado en el Parque Tecnológico de Boecillo porque necesitaba más espacio.

A su lado aparecía Nomad, también centrado en impresión 3D o recorte de piezas previo diseño por ordenador. O Ecogeo, una empresa de drones que ofrece soluciones muy interesantes para el sector agrícola, por ejemplo, y que de forma simultánea investiga en otras líneas de actuación muy diversas. También Flashds, que ofrece pantallas publicitarias personalizables con contenidos propios o externos a través de un gestor, con servidor propio o ajeno, que han calado, por de pronto, en hoteles, agencias inmobiliarias –ya hay un ejemplo en Valladolid, cerca del túnel de Labradores– y clínicas dentales. Su potencial para combinar las encuestas de satisfacción habituales con los contenidos que se desean mostrar resulta muy interesante desde el punto de vista del marketing.

«Es el primer año de este plan de emprendimiento e innovación de autónomos», explicaba Pilar del Olmo, consejera de Hacienda, para quien el plan tiene el «afán de retener el talento de los jóvenes que estudian en Castilla y León».

Así que el plan se ha dotado con 1,5 millones de euros, de los que la Universidad de Valladolid ha recibido 850.000 euros. «El objetivo es que las ideas que nacen en la universidad se puedan convertir en empresas, en proyectos viables, todas con carácter innovador y centradas en nuevas tecnologías». El proceso no es sencillo.De hecho, ni siquiera se ha concluido el proceso de formación. Porque cualquier idea brillante puede quedarse en nada si fallan el cálculo de costes, la mercadotecnia, el plan de negocio, la escalabilidad... «Las personas involucradas en los proyectos articulados en torno al Parque Científico han recibido más de 700 horas de formación, la mitad de ellas de manera individualizada», señalaba el rector, Antonio Largo. «Se inició esta actividad el 1 de enero de 2018, ahora se ha completado el primer año de andadura y todavía hay un recorrido por delante, porque se completará en junio de 2020. Todavía se está en el proceso de apoyo, de complementar con formación a estas ideas», señalaba.

Pilar del Olmo resumió ese proceso formativo intenso de los emprendedores. «Primero se analiza la idea, que puede ser incipiente, lejos de llegar al mercado, y si es buena se le hace avanzar. Primero se enseña al emprendedor gestión empresarial, para que esa idea se haga realidad, se convierta en una empresa y se queden aquí con ella».Eso incluye apoyo financiero a través de una lanzadera y de un fondo «de capital semilla, dotado con un millón de euros, del que se han gastado ya 460.000 euros». Además estas potenciales empresas podrán optar «a ayudas a fondo perdido gestionados a través del Instituto para la Competitividad Empresarial», así como «suelo gratis los primeros años en los parques tecnológicos de Boecillo y León». De ahí pueden pasar «al ADE2020 y se les tutorizará durante cinco años para que cojan dimensión de mercado. Porque hace falta que los buenos proyectos crezcan y se consoliden».