Valladolid

Concedida la licencia para construir 202 viviendas colaborativas destinadas a alquiler social

El principal objetivo es la puesta en valor de solares dotacionales municipales que actualmente no albergan ningún uso, de tal forma que quienes tengan un proyecto social o empresarial, puedan implantarse en estas parcelas.

Por medio de este proyecto se han puesto a disposición de la Junta de Castilla y León cuatro parcelas municipales para la ejecución de 365 'viviendas colaborativas', una figura residencial regulada en la Ley de Vivienda y en el PGOU de Valladolid.

La primera de estas actuaciones se compone de 59 viviendas colaborativas que se van a realizar en la Calle Jardines de Sabatini, en Viveros, la cual ya contaba con licencia. La segunda y la tercera son las 202 viviendas colaborativas cuyos proyectos básicos aprueba la Junta de Gobierno de este lunes.

El proyecto básico de 50 viviendas de la calle Mieses, nº 5, cuenta con un presupuesto de 4,2 millones de euros. Describe una obra nueva para un bloque, en régimen de protección y destinadas al alquiler social público. Cuenta con planta baja, primera y segunda para viviendas y zonas comunes, además de planta de sótano para garaje y trasteros. La edificabilidad total consumida es de 3.554 metros cuadrados.

La parcela tiene acceso desde la calle Mieses, en Huerta del Rey. Consta de dos portales. En las tres plantas del edificio, en la articulación de la 'L', se han dispuesto las zonas comunes destinadas a lavandería y coworking y uno para aparcamiento de bicicletas y coches de niños. Se prevé dotar al patio de la comunidad de zona de esparcimiento y descanso, así como zona de juegos infantiles. Todos los portales tienen acceso a las plantas sótano donde se distribuyen las plazas de aparcamiento y los trasteros.

La configuración de la parcela es triangular, adaptándose al Este y al Oeste con las alineaciones a la calle Mieses. La medianera Norte está constituida por un solar. La intención del proyecto es la construcción de un edificio en forma de 'L' formado por dos piezas lineales donde se ubican las viviendas y una articulación de estas dos piezas donde se sitúan las zonas comunes y coworking. La plaza interior que se crea sirve de disfrute, esparcimiento y elemento conector entre los habitantes de la comunidad.

El otro proyecto, de 152 viviendas, se encuentra en la calle Campo Charro s/n, en el barrio de Covaresa, con un presupuesto de 12,3 millones. Describe una obra nueva en régimen de protección y destinadas al alquiler social público. Se reparten en ocho bloques iguales de planta baja, primera, segunda y ático para viviendas, un bloque para zonas comunes de planta baja y primera, además de planta de sótano para garaje y trasteros. La edificabilidad total es de 12.756 metros cuadrados.

El programa es de ocho edificios iguales de viviendas colaborativas multifamiliares en disposición de bloques para acoger un total de 152 viviendas de dos dormitorios, con sus respectivas zonas comunitarias, zona de tendido y espacios comunitarios en planta ático y cuarto de coworking en planta baja.

Con un aparcamiento subterráneo para dotar de plazas para vehículos en la zona norte de la parcela, además de ser aprovechado para situar trasteros que sirvan a parte de las viviendas del conjunto. Se han dispuesto aparcamientos para bicicletas en marquesinas exteriores distribuidas en diferentes puntos de la urbanización. Las viviendas son carácter colaborativo y social de alquiler en el régimen de calificación de vivienda protegida pública como VPP.

¿Qué es una vivienda colaborativa?

La denominada vivienda colaborativa no es un fenómeno nuevo en el mundo ni tampoco en España. Lleva implantado desde los años 60 en países del norte de Europa y desde algunos años más tarde en Estados Unidos y permite a que las personas vivan en comunidad y compartan espacios y servicios básicos.

En España este modelo está en expansión con modelos como el cohousing, coliving, viviendas colaborativas o unidades de convivencia. En resumen, algún tipo de residencial colectivo de titularidad única que se sitúe a medio camino entre la vivienda clásica en régimen de propiedad horizontal y las residencias de jóvenes o de mayores. Unidades privadas del entorno de 80-90 metros cuadrados en el caso de la vivienda y que se pueden reducir al entorno de los 20-30 metros cuadrados en el caso de las residencias de estudiantes o de ancianos.

En este tipo de edificaciones no existe la vivienda convencional como espacio privativo, sino que se dispone de estancias privadas y servicios comunes tales como lavanderías, comedor, gimnasios u otros de los que los inquilinos pueden hacer uso, incluyendo la posibilidad de realizar actividades sociales o recreativas y así fomentar la convivencia y la pertenencia a una comunidad. En todo caso, se reduce la superficie privativa de alojamiento y se incrementa la superficie de interrelación en comparación con las soluciones habituales de viviendas.