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Vista del interior de la iglesia de la Vera Cruz. Alberto Mingueza

Valladolid

Compuestos y sin iglesia por el derrumbe en la Vera Cruz

El colapso en la cúpula de la Vera Cruz deja a siete parejas de novios sin templo para casarse. Desde la Iglesia se les han ofrecido alternativas como San Miguel

Laura Negro

Valladolid

Viernes, 5 de julio 2024, 19:36

El pasado 25 de junio, la cúpula de la emblemática iglesia de la Vera Cruz (s. XVI) se derrumbó conmocionando a todos los vallisoletanos. Con este repentino colapso se hundieron también los sueños de siete parejas de novios que planeaban celebrar su boda en este ... histórico templo a lo largo de este año. Para ellos, la Vera Cruz era el lugar más especial en el que celebrar su unión, bien por ser cofrades, feligreses de la parroquia o por amor al arte que en ella se albergaba. Ahora se enfrentan a la difícil tarea de encontrar un nuevo lugar para su boda y reorganizar todos los planes que conlleva un evento tan importante.

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De las siete bodas pendientes, una estaba prevista para el mes de agosto y el resto se entre septiembre y octubre. Por el momento no se sabe cuándo se podrán retomar los oficios en este templo sito en la calle Platerías. En vista de la situación, los responsables de la iglesia enseguida contactaron con las parejas afectadas para informarles de la cancelación de sus bodas en el templo y ofrecerles algunas alternativas. «El colapso de la cúpula no se podía prever. Los novios lo han entendido perfectamente y la cofradía lo siente en el alma porque sabemos que el que viene aquí a casarse es porque realmente tiene devoción y le gusta. Todos los novios han sido muy comprensivos con la situación y han tenido una respuesta muy positiva», destaca Beatriz Tovar, secretaria de la Cofradía de la Vera Cruz. Entre las alternativas propuestas, la principal la iglesia de San Miguel, donde se pueden llevar a cabo las ceremonias. «Lo más importante es que no ha habido desgracias personales. Retomar la normalidad es sólo cuestión de tiempo. Agradecemos muchísimo la comprensión de todos los novios», añade Tovar.

Ana del Fraile y Hugo Prieto se casan el 19 de octubre

«El derrumbe de la cúpula ha sido una faena, pero no nos ha quitado la ilusión por nuestra boda»

Hugo y Ana paseando por la plaza del Viejo Coso en Valladolid Lutton Gant

Ana del Fraile (38) y Hugo Prieto (44) se conocieron a través de amigos comunes. Enseguida surgió la química entre ellos. Llevan dos años de relación, uno de los cuales ya prometidos. Enseguida comenzaron a hablar de matrimonio. Lo tenían muy claro y tras una romántica pedida de mano en Nueva York, se pusieron manos a la obra con los preparativos. Octubre era el mes ideal para ambos. Para ella porque la mayor parte de los acontecimientos especiales de su vida le han sucedido en ese mes otoñal, incluido su cumpleaños. Para él, porque no quería perderse ninguna fecha clave de su amado Real Valladolid. «Abril, mayo y junio estaban descartados, porque si me casaba mientras el equipo se jugaba el ascenso lo más probable es que el día de la boda perdiera al novio a la mitad de los amigos», bromea ella. Otra cosa que tenían muy clara era la iglesia en la que querían casarse: la Vera Cruz. Él es cofrade del Descendimiento y le hacía muchísima ilusión celebrarlo junto al paso que ha sacado tantas veces en Semana Santa.

Del derrumbe se enteraron prácticamente en directo. «Una amiga mía es periodista y le llegó una alerta. Me avisó antes de que saliera en los medios de comunicación. Me impactó mucho y enseguida llamé a Hugo que se encontraba haciendo el Camino de Santiago. Quisimos darles tiempo. Que se ubicasen tras el desplome antes de llamarles. Nos temíamos no podríamos celebrar allí la boda y dos días más tarde nos lo confirmaron. Fueron encantadores y nos dieron todas las facilidades del mundo», relata Ana. «No me lo podía creer. Sabía que la estaban restaurando, pero en ningún momento pensé que se pudiera caer. Me preocupé muchísimo por los pasos, que tienen un valor incalculable y afortunadamente no se han dañado», añade Hugo.

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La iglesia de San Miguel fue la alternativa que les propusieron desde la Vera Cruz. Ellos han barajado también la catedral, que es donde estará el paso del Descendimiento que es tan especial para esta pareja. «La catedral estaba disponible, pero justo en esas fechas inaugura una exposición y sólo podríamos utilizar una parte del templo. Así que lo hemos descartado. Como Hugo acaba de hacer el Camino de Santiago por una causa solidaria muy especial para nosotros, miramos también la Iglesia de Santiago. Es posible que podamos celebrarlo allí», comenta esta pareja. Ambos son positivos y muy optimistas y están seguros de que, a pesar de no poder celebrar su enlace en su iglesia favorita, el 19 de octubre será el día más «especial y divertido» de sus vidas. «Ha sido una faena pero que tiene fácil solución. Esto no nos ha quitado la ilusión», afirma él. «Yo me llevé mucho disgusto, porque los dos nos hemos emocionado muchas veces al pasar por la calle Platerías e imaginarnos allí ese día. Lo pasé mal el día del derrumbe, pero enseguida pensé que la iglesia que finalmente elijamos será también muy especial», concluye Ana.

Laura Dulce y Enrique de Inés se casan el 26 de octubre

«En Valladolid hay más de 50 iglesias y… se tiene que caer la nuestra»

Laura Dulce y Enrique de Inés en la calle Platerías. José C.Castillo

Los sueños de Laura Dulce (32) y Enrique de Inés (34) se vinieron abajo, literalmente, el pasado 25 de junio cuando se enteraron de que la cúpula de la iglesia que habían elegido para su boda se había derrumbado inesperadamente. Pasados unos días, están más animados y buscando una alternativa para su gran día.

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Ambos se conocieron en Salamanca, en un primer encuentro que ambos recuerdan como «desastroso». Tras dos años coincidiendo en la facultad, pero sin tener apenas contacto, empezaron a quedar y pronto surgió el amor. De eso hace ocho años. El pasado 30 de diciembre, él se le declaró durante un concierto de Lori Meyers, uno de sus grupos favoritos. Enseguida comenzaron los preparativos y lo primero que hicieron fue contactar con la iglesia de la Vera Cruz. «Enrique me dejó elegir la iglesia y para mí ésta era mi favorita. Me encanta la Semana Santa de Valladolid y creo que este templo representa muy bien la ciudad. Además, ninguno de nuestros amigos se había casado allí, algo que también era importante para nosotros. Hicimos una prereserva con la fecha que habíamos elegido, el 26 de octubre y continuamos con el resto de los preparativos. La reserva formal la hicimos en abril», comenta Laura. «Estaba comiendo y me saltó una noticia al móvil cuyo titular mencionaba el derrumbe de una cúpula. En ningún momento pensé que sería en la Vera Cruz. Me imaginé que habría sido en alguna mezquita en algún otro país, pero enseguida me llamó Quique al trabajo y me contó que lo sucedido era en Valladolid y en nuestra iglesia», prosigue esta vallisoletana.

Reconocen que aquellos primeros momentos fueron «horrorosos», pero que una vez pasado el susto inicial, empezaron a ver todo con más perspectiva. «Llamamos a Luis, el secretario de la cofradía y nos confirmó lo que temíamos, que no podríamos celebrar allí la boda. El disgusto fue monumental. En Valladolid hay más de cincuenta iglesias y se tiene que caer la nuestra…», prosigue esta novia con incredulidad.

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Desde la Vera Cruz les ofrecieron la posibilidad de celebrarla en San Miguel, aunque están barajando otras opciones como El Salvador o la de Santiago, aunque en esta última hay otra boda ese día y a esa hora. El mismo día del derrumbe, esta pareja acababa de confirmar las invitaciones de su boda. Afortunadamente les dio tiempo a cancelar su impresión. «Habíamos cerrado los autobuses para los invitados y otros detalles que quedaban especificados en la invitación. Ahora tenemos que todo organizarlo de nuevo», indica Laura. «Don Florentino, el párroco de la Vera Cruz nos lo ha puesto todo muy fácil, lo mismo que la cofradía. Nos desilusionamos bastante, pero tenemos un buen sabor de boca por lo bien que se han portado con nosotros», comenta esta pareja.

Angélica Domínguez y Cristian García se casan el 7 de septiembre

«El mismo día del derrumbe fuimos a la iglesia de las Angustias y la reservamos para casarnos»

Angélica Domínguez y Cristian García posan al lado de la Vera Cruz. José C. Castillo

Angélica Domínguez (36) y Cristian García (37) llevan juntos 12 años, prácticamente desde el mismo momento en que se conocieron a través de amigos comunes. A ella él «le hace sentir segura y le aporta tranquilidad. A él, le gustó de ella «lo guapísima que es y lo bien que le caía». Ambos forman un buen equipo. Llevaban tiempo hablando de la posibilidad de casarse y formalizar la pareja. La romántica pedida de mano que Cristian le preparó a Angélica en el Empire State de Nueva York, dio el pistoletazo de salida a todos los preparativos para el gran día.

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A Angélica le apasiona la Semana Santa de Valladolid y en especial las tallas de Gregorio Fernández. Cuando el pasado año fueron a una boda en la Vera Cruz y vieron todas las tallas que estaban allí expuestas, decidieron que querían casarse entre ellas. Ya tenían hecha una prereserva del restaurante y acudieron a preguntar a la iglesia si el 7 de septiembre estaba disponible y sí. Lo estaba. Así que empezaron a cerrar todos los detalles para el gran día. «Estaba feliz por casarme en la Vera Cruz, más que una iglesia, para mí era como casarme en un museo», comenta ella.

La hermana de Cristian fue la que les avisó por WhatsApp del colapso de la cúpula. «Me costó reaccionar. No concebía lo que había pasado. Tenía más de cuatro siglos de historia y justo se cae dos meses antes de casarnos nosotros», dice él. «Sabíamos que estaba de obras, pero nos quedamos en shock. Lo principal es que no haya habido daños personales y que las tallas estén bien. Lo demás tiene solución», agrega ella. No esperaron. Conscientes de que el templo tardaría en poder celebrar cultos en su interior, esa misma tarde acudieron a la iglesia de las Angustias a ver si el 7 de septiembre lo tenían libre para poder casarse. «Estábamos a dos meses de la boda y queríamos asegurarnos un lugar. Lo reservamos en ese mismo momento», cuentan estos novios que ya tenían todas las invitaciones enviadas. «La mayoría de los 80 invitados nos escribieron para ver cómo estábamos y ya les informamos del cambio de iglesia. También informamos al proveedor de las flores. Lo resolvimos todo muy rápidamente. En nuestro caso no nos han hecho falta alternativas por parte de la Vera Cruz, aunque sí que sabemos que a otras parejas se las han dado. Se han portado muy bien», añaden.

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Confiesan que, aunque fueron muy diligentes, ese día se encontraban un poco desanimados con la noticia. «Yo tenía clarísimo que quería casarme allí. Cada vez que pasaba por Platerías me paraba a mirar la iglesia pensando en mi boda. Pero hay que ser positivos. Las Angustias también nos encanta, porque es un templo pequeñito, de la misma época, que está cerca y que también tiene tallas muy bonitas, así que estamos muy contentos», remata Angélica.

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