Clientes aguardan frente a una pescadería del Mercado del Val, este jueves por la mañana. Alberto Mingueza

Las compras de última hora llenan el centro y animan la Nochebuena en Valladolid

Los mercados y las tiendas de la ciudad reciben este jueves por la mañana gran afluencia de clientes que apuran las adquisiciones de regalos durante los instantes previos a la primera gran cena de Navidad

Eva Esteban

Valladolid

Jueves, 24 de diciembre 2020, 14:52

Eran las diez de la mañana de este jueves y el tiempo empezaba a correr en contra. Aparecieron las prisas. Un matrimonio de unos sesenta años (ella abrigo 'beige' y media melena en tonos castaños; él cazadora azul oscura, gafas redondeadas y cabello canoso ... que se adivinaba recién rasurado) apresuraba el paso por el pasillo central del céntrico Mercado del Val de Valladolid. Iban directos hacia una de las pescaderías. Pero no fueron los únicos. Decenas de clientes siguieron su misma estrategia, la de dejar para última hora las compras navideñas y apurar durante los instantes previos a la primera gran cena de Navidad, la de Nochebuena, la adquisición de regalos y parte del menú que degustarán por la noche. Se toparon, a su llegada a la meta, con una retahíla de parroquianos que aguardaban pacientemente su turno para, o bien recoger los pedidos previamente reservados, o bien probar suerte y hacerse con un 'pellizco' de género fresco.

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En los mercados de abastos de la capital vallisoletana se vivió una mañana «ajetreadísima». Similar a la de años anteriores. Así lo consideraba José Luis Mañanes, el propietario Pescadería Alonso, uno de los despachos de pescado y marisco de estas instalaciones, aunque su opinión puede hacerse extensible a prácticamente cualquiera de los dueños de estos puestos, que vieron cómo este jueves por la mañana los vallisoletanos se echaron a la calle para ultimar detalles, tanto en alimentación como en regalos. «La gente se ha animado y no nos podemos quejar, para nada. Pensábamos que este año, al no poder juntarse grandes grupos y con el miedo, no íbamos a tener mucho jaleo, pero no hemos parado, ni hoy ni estos días anteriores», apuntaba Mañanes, sin apenas levantar la vista de una bandeja de marisco que estaba preparando para servir a domicilio (y que se sumaría a la veintena que entonces tenía apiladas, en una esquina, a punto para llegar a su destino en cualquier momento).

Las compras de última hora son «inevitables». Siempre hay algo que comprar, algún detalle que pulir. Y hay quienes ya lo han asumido como una tradición. Como Félix Muñoz, de 66 años, que «desde siempre» visita el mercado en la mañana de Nochebuena para «coger algo de carne». «Todos los años lo dejo para última hora, no sé por qué. Hoy he cogido algo de carne, aunque menos que otros años porque no nos podremos juntar todos. Somos 26 y este año únicamente seremos seis, hay que tener cuidado para volver a disfrutar sin miedos de esas comidas y cenas», explicaba este vallisoletano.

A Rosa Fernández, vecina de Arroyo de la Encomienda de 72 años, le «gusta» hacer coincidir la compra semanal con esta jornada festiva. Aprovecha para llenar el carro y tomar un café con unos conocidos. «De toda la vida hemos venido este día y aprovechado para comprar. No es que compre algo de última hora, es que nos gusta ver el ambiente que hay y ya aprovechamos y hacemos la compra de la semana», argumentaba.

Quienes también tenían a decenas de personas (convenientemente separadas, parapetadas bajo la mascarilla y con el gel hidroalcohólico a mano) frente a sus mostradores fueron los carniceros y charcuteros. Para hacerse con un lechazo -«es sin duda el producto estrella en Valladolid estos días», coincidían varios profesionales del sector- o llevarse una bandeja de embutido para servir en sus mesas. Uno de ellos, Juan Carlos Tordera, de carnicería J. C. Tordera, estimaba que estos últimos días había dado salida a cerca de 600 lechazos, una cifra «muy parecida» a la de otras Navidades. «Estamos rematando el género que hemos traído esta mañana. Estamos teniendo mucho jaleo, damos el último golpecito a la mañana y a casa, que hoy es día de estar con la familia», afirmaba, mientras admitía que «todos los años es la misma situación, hay gente que lo deja todo para el último momento».

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«Me lo esperaba peor de gente»

A todo lo necesario para lucirse gastronómicamente en Nochebuena también había que sumar los regalos. Especialmente juguetes, para los más pequeños de la casa. En tiendas como Justo Muñoz, el goteo de 'elfos de Papá Noel' para terminar de llenar el saco fue constante durante toda la mañana, como señaló uno de sus propietarios, Pedro Muñoz, quien declaró que, aunque tradicionalmente la mañana de Nochebuena «no es una de las más fuertes para nosotros», sus trabajadores no pararon ni un segundo. «Estamos viviendo una mañana y unos días en general con mucho estrés, hay mucha gente que viene a por los regalos a última hora, pero como todos los años».

Había quien ya tenía cubierto el cupo de sorpresas desde hace semanas, como María Luisa Quintana, a quien siempre le gusta «cumplir con la familia, sobre todo con mis nietos». Pero paseaba por Teresa Gil y le resultó inevitable entrar en una tienda de juguetes y accesorios para niños para «comprarles algo más a los nietos». «Normalmente lo compro antes, pero pasaba por aquí y vi una cosa de Harry Potter y se lo he cogido». También como Sofía Luengo, que a media mañana regresaba a su domicilio con las tareas hechas y un buen sabor de boca porque «me lo esperaba peor de gente». «Salí pronto de casa para coger algo de alimentación, ahora he pasado a por algún detalle que siempre queda y la verdad es que ha estado bien de gente, me lo esperaba bastante peor y por eso salí pronto», indicó.

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Las mesas serán más reducidas estas fiestas, pero no faltarán los dulces navideños. Tampoco el pan. Y es que el hecho de tener que hacerse con barras para dos días -el día de Navidad no se distribuye- se tradujo en largas colas frente a panaderías y reposterías como Dulces Veyma, en el mercado municipal El Campillo. «Este año, todo el tema de polvorones, pastas, turrones... Se ha comprado antes. Hoy sobre todo estamos vendiendo muchísimo pan. La gente no solo compra para esta noche, sino también para mañana, pero bastante más que si fuera un día cualquiera», reveló su dueña, Sofía Ortega.

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