Comienza la reforma de la casa cuartel de Puente Colgante para 63 pisos de alquiler joven a 200 euros al mes

La Consejería de Fomento y Medio Ambiente ha comprometido una importante inversión en esta reforma –6,2 millones de euros– para acabar con las patologías estructurales que afectan a la construcción. Desde el pasado 2 de agosto, las labores se centran en las demoliciones interiores y el desescombro.

Son ocho portales que dan a las calles Puente Colgante, avenida de los Reyes Católicos y Juan Sebastián Elcano. En su parte interior se abre un gran patio acotado por estas edificaciones en forma de 'u'. En este espacio, con salida hacia el Paseo del Cid (ribera del Pisuerga) se habilitarán zonas ajardinadas y de recreo para los más pequeños, así como un aparcamiento para bicicletas.

El proyecto en marcha es importante porque ofrecerá otra posibilidad para que el colectivo con más problemas de acceso a la vivienda en la capital encuentre un hogar a un precio asequible. Fuentes del departamento que gestiona Juan Carlos Suárez-Quiñones estiman que los futuros inquilinos, que deben estar inscritos en el registro oficial de demandantes de vivienda protegida en alquiler, pagarán de media 200 euros al mes por el piso, aunque dependerá de las superficies de las casas –de dos y tres dormitorios–, que oscilan entre los 66 y los 100 metros cuadrados.

También se ofrecerán 63 trasteros para que los residentes almacenen en ellos sus trastos. Su alquiler no se incluye en el precio del piso. Por el contrario, la cocina se entregará totalmente equipada, con campana, horno, lavadora, frigorífico y lavavajillas. Todos estos electrodomésticos serán eficientes desde el punto de vista energético.

Durante los próximos veinte meses –se prevé que la rehabilitación concluya en junio de 2023– los trabajos se centrarán en restaurar la salud de este inmueble, tan tocado que llevó al desalojo urgente de las familias de los guardias civiles que vivían en él ante el hundimiento de los forjados de algunas de las casas. Varios ocupantes se resistieron a abandonar sus pisos hasta el último momento, pero finalmente se vieron obligados a hacerlo ante los riesgos que, según los informes técnicos, presentaban los bloques de viviendas.

El proyecto contempla la renovación completa de la envolvente de las construcciones para obtener unos bloques eficientes desde el punto de vista energético. No se modificará su aspecto exterior con el fin de mantener una imagen en concordancia con los edificios próximos que forman este conjunto urbanístico. La rehabilitación incluye un sistema térmico de calderas centralizadas de biomasa para la calefacción y el agua caliente, mientras que los sistemas de ventilación serán individuales.

Esta obra, que ha sufrido varios retrasos, es uno de los proyectos estrella de la Junta de Castilla y León para Valladolid en materia de vivienda y se suma a otro del Ayuntamiento de la ciudad, a través de la Sociedad VIVA. En este caso, se trata de un bloque de 25 viviendas de alquiler, que ya se ha concluido en el nuevo desarrollo residencial situado entre la avenida de Burgos y Puente Jardín. En este momento, se está en el proceso de selección de los inquilinos, que tienen que tener entre 18 y 35 años. La superficie media de los pisos es de sesenta metros cuadrados y el precio de la renta se sitúa en 330 euros mensuales de media. Ambas actuaciones buscan contribuir a la emancipación de la población juvenil de la ciudad, que lo sigue teniendo complicado en el mercado libre del alquiler.