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La apertura del túnel de Panaderos ha devuelto la actividad sin vallas, máquinas ni molestias a los dueños de los comercios de la zona, que llevaban soportando meses unas obras que les han afectado en lo económico, ya que la bajada del tránsito de ... personas por el lugar se ha traducido en una rebaja notable de las ventas en la mayoría de los casos, tal y como asegura Alejandro Fernández Pellitero, que regenta una tienda de colchones junto al túnel recientemente inaugurado. «Nuestras ventas han caído un 37% entre marzo de 2022 y marzo de 2023, cuando en esta tienda teníamos la misma cifra de ventas cada año, incluso con crecimientos. Se han notado mucho las obras», indica.
El corte de la calle Panaderos se llevó a efecto en abril del año pasado, aunque los comerciantes recalcan que el mero anuncio del corte del tráfico en marzo de 2022 ya supuso una merma en las ventas. Ante estos perjuicios, los negocios pueden presentar una reclamación de responsabilidad patrimonial a la Sociedad Valladolid Alta Velocidad. Las solicitudes se pueden entregar, como máximo, un año después del hecho causante, aunque hasta ahora son tres las reclamaciones que se han presentado: la de una empresa dedicada al alquiler de garajes, la de una tienda de ropa y la de una mujer que sufrió desperfectos en una batería después de dejar su vehículo a la intemperie.
La tienda de ropa que ha presentado la reclamación es 'Zapateando', ubicada en la calle Labradores y su dueña, Eva Egido, no oculta que los últimos meses en su negocio han sido «un calvario» por culpa de las obras. «Hemos hecho un balance y hemos reclamado unos 6.000 euros», indica la gerente de esta tienda. «Los gastos siguen igual. He seguido pagando todo, pero los ingresos han sido menores. Después de seis o siete meses toqué fondo y tuve que pedir un préstamo para salvar mi negocio», revela esta comerciante que, una vez acabadas las obras, asegura que su calle no ha cambiado nada. «Van a dejar muy bonito Panaderos, pero Labradores está igual. Nuestra calle ha estado abierta para meter una tubería nueva y ahora tenemos el mismo túnel, la misma acera y el mismo paso», concluye.
La bajada del volumen de clientes ha desencadenado un reguero de problemas para los comerciantes de la zona, quienes jamás pensaron que las obras pudieran dilatarse tanto. Como prueba de que los dueños de los negocios confiaban en que las obras acabarían mucho antes se puede atender a las palabras de Tania Arcos, que inauguró el bar La Pequeña, en la calle Labradores, cuando la entrada a su nuevo negocio estaba flanqueada por vallas de obra. «Estaba estipulada la apertura de la calle para el 20 de noviembre, lo pospusieron al 20 de enero, pero tampoco se abrió y el tramo nuestro no se abrió hasta finales de febrero y ahí empezamos a funcionar», explica Tania, que decidió abrir su negocio la última semana de diciembre y reconoce que los primeros meses han sido duros. «Hemos reformado el bar, con el desembolso que conlleva y he tenido que aguantar los gastos», explica.
El sentimiento de impotencia ha marcado los días de los comerciantes durante el largo proceso de obras, pero en la calle Panaderos ahora, con el túnel abierto, algunos ven el vaso medio lleno, como el peluquero Pedro Pascual, de Pedro y Jorge Peluqueros. «Tengo grandes esperanzas en que esto funcione, de que el flujo de gente con el nuevo paso peatonal transcurra por esta calle y sea un espaldarazo importante para los comerciantes de la zona. Para hacer tortillas hay que romper huevos», indica Pedro Pascual, que no reclamará. «En nuestro caso, manejamos algo intangible. Que haya habido menos gente puede estar condicionado por las obras o por nosotros mismos. No voy a reclamar», asegura.
Diego Sanz regenta junto a otro socio la ortopedia Geratec, en la calle Panaderos. Los clientes que acuden a su establecimiento tienen problemas de movilidad y las obras les impedían acudir a su tienda. Así que tuvo que adaptarse para poder seguir ofreciendo sus servicios. «Nuestros usuarios necesitan aparcar a la puerta para venir. Había vallas, camiones y la calle estaba cortada. Así que nos ha tocado desplazarnos a los domicilios o a los centros de los usuarios porque ellos no podían venir», indica Sanz, que es escéptico sobre los beneficios que tendrá el comercio de la zona con el nuevo túnel. «El tiempo dirá, pero esta calle se ha convertido en una vía rápida. Creo que el Ayuntamiento lo que quiere es poner más calles peatonales y eso está afectando al comercio. Nos obligan a irnos a la periferia y el comercio se está perdiendo. Aunque nosotros llevamos 23 años en Panaderos y no nos planteamos irnos de aquí», concluye Diego Sanz en una disertación en la que deja bien claro que, a su parecer, la apertura del túnel de Panaderos no alivia los problemas de los comerciantes de la zona.
Los vecinos con plaza de garaje que no pudieron entrar y salir a sus aparcamientos por culpa de las obras recibieron una autorización para poder aparcar gratis en zona azul no solo en la zona 4, a la que pertenecen, sino también en las zonas aledañas 5 (desde el Campo Grande hacia El Corte Inglés), 6 y 7 (hacia la Circular). Ahora que las obras han finalizado, esa autorización caduca y desde el próximo lunes aquellos que podían aparcar sin pagar en zona azul tendrán que usar de nuevo la aplicación Telpark o los parquímetros instalados en la calle para poder estacionar su vehículo en estos lugares.
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