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Arriba: Patricia y Mercedes Martínez (Peppa) y Juan José Viloria (Mentaberry). Abajo: Germán Zurro (Zurro) y Ricardo Sanz (Virto) Rodrigo Jiménez

El comercio centenario de Valladolid da el salto a la venta por Internet

Tras décadas de experiencia en el trato personal, algunos de los negocios vallisoletanos más clásicos se adaptan a las nuevas tecnologías por el parón de la pandemia

Berta Pontes

Valladolid

Sábado, 5 de junio 2021

«Las clientas vienen para que orientemos su compra, pero también para pasar un rato charlando en un ambiente agradable. Y eso no es posible en la web». Mercedes Martínez, propietaria de la tienda de moda infantil y juvenil Peppa, lo tiene claro. « ... Cuando comenzamos, en 1978, apostamos por el trato personal». Pero ahora, tras una pandemia de 15 meses, tres de ellos con los vallisoletanos en casa, constata la importancia de adaptarse a los nuevos tiempos: «Antes nunca habríamos imaginado que llegaríamos a vender tanto 'on-line', pero nos vimos obligadas a potenciarla al tenerla como único punto de venta», asegura. Su página web lleva activa varios años pero, a raíz de la pandemia, han conseguido llegar a más público a través de este servicio. «En nuestro caso ha merecido la pena porque se vende más a través de la tienda 'on-line'», asegura Patricia Martínez, quien, no obstante, admite que es costoso mantenerla actualizada porque son muchas horas de trabajo.

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Su caso es uno de los varios que existen en Valladolid, ciudad que aún contabiliza un buen puñado de comercios que nacieron hace décadas. Son tiendas tradicionales, que ofrecen un trato personalizado y 'de tú a tú', y que han tenido que acelerar su adaptación a las nuevas tecnologías ante una situación inesperada. En su memoria todavía habitan los recuerdos que sus familiares les han transmitido sobre los primeros pasos para abrir sus negocios. Dificultades y quebraderos de cabeza que forman parte del pasado pero que resurgieron a raíz de la pandemia cuando, durante la obligatoriedad de permanecer en casa, les fue arrebatada su principal característica: una atención personalizada en la tienda física.

El interés por abrirse paso en Internet lo constata la Cámara de Comercio de Valladolid, en cuyas oficinas se han incrementado «considerablemente» las consultas sobre comercio 'on-line' y 'ecommerce' en el último año: «Sin duda, la situación ocasionada por la covid lo ha acelerado».

Mercedes y Patricia Martínez, Moda infantil Peppa

«Hay que adaptarse a las nuevas tecnologías, pero una ciudad sin pequeño comercio es una ciudad muerta»

Germán Zurro, Joyería Zurro

«La pandemia ha mermado las ventas, pero la gente ha sido fiel a nosotros y gracias a la web nos hemos mantenido»

Atendiendo al público desde 1935, la joyería Zurro, situada en la calle Teresa Gil de Valladolid, aprovechó el confinamiento para poner en marcha su página web y poder continuar con las ventas, algo que supuso «un duro esfuerzo para el equipo, pero que ha merecido la pena», según valora ahora su propietario, Germán Zurro. «Contratamos una empresa para hacerla hace años, pero no se encontraba activa cuando llegó la pandemia, por lo que tuvimos que reabrirla, actualizarla para incluir todos los productos disponibles y añadir la pasarela de pago 'on-line'», relata. Las ventas a través de la página web suponen alrededor de un 5% de la facturación mensual de este negocio tradicional y cerca de un 40% de los clientes que acuden a la tienda física es para preguntar o adquirir un producto que han visto en la web. «Cuesta bastante vender a través de Internet y más para un comercio pequeño tan localizado como el nuestro, pero en unos años será mucho más atractivo para los clientes. Hemos hecho alguna venta en Finlandia o Alemania, pero la mayoría son de aquí», comenta. Asegura que la página web es un «escaparate» de lo que existe en la tienda física, «y eso viene muy bien tenerlo». Además, reconoce que el gasto en la nueva web «es asumible para un negocio pequeño, porque basta con la cuota del dominio y, como no actualizamos continuamente, es un gasto bastante razonable».

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La web, una aliada

Pero no solo basta con tener un punto de venta en la Red, sino que muchos de los pequeños negocios de la ciudad que ya disponían del servicio se dieron cuenta de que no estaba lo suficientemente actualizado o no era atractivo para el cliente. Fue el caso de la juguetería Mentaberry. Abierta desde 1940 y con Juan José Viloria como actual responsable, recuerda que su portal «no estaba lo suficientemente actualizado como para hacer frente a esa situación», por lo que, una vez superada la fase crítica, ha optado por mejorarlo.

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Son varios los ejemplos que la Cámara de Comercio se ha encontrado durante los últimos meses. Pues a pesar de que sirve como escaparate, aún existen muchos negocios que no disponen de un punto de venta en la Red lo suficientemente atractiva. La solución, asegura la institución, pasa por ofrecer asesoramiento a las empresas que precisen ayuda sobre trámites y procesos necesarios para salir al mercado 'on-line'. Trabajan así, principalmente, con pequeños comercios como los tradicionales, ayudándoles en múltiples escenarios, desde consultoría en la creación de páginas webs, hasta planificación de marketing digital, redes sociales y posicionamiento.

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Sin ayuda, en cambio, dieron el salto a lo digital las hermanas Martínez, que crearon su página web ellas mismas. «No contamos con ninguna empresa externa que gestione la web y es cierto que da muchísimo trabajo porque está rodeada por otros puntos, como las redes sociales, el contacto con el cliente o la preparación de los paquetes que se envían», explica Patricia. «Pero merece la pena tenerla». Son conscientes de que su boutique ha sobrevivido a estos meses de pandemia «gracias a este sistema».

Juan José Viloria, Juguetería Mentaberry

«Ofrecemos al cliente especialización y un trato cercano; es lo que nos diferencia de las grandes franquicias»

Ricardo Sanz, Casa Virto

«Los vallisoletanos siguen demandando una atención personalizada cuando acuden a comprar cosas precisas»

Una nueva realidad

Porque, a veces, no basta con abrir una página web; debe estar actualizada. El «reto» de incluir todos los productos de la tienda física en Internet es un «quebradero de cabeza» para el propietario de Mentaberry, que encuentra «complicado poder reflejar al cien por cien la esencia del negocio en la página web», aunque es consciente de que debe dar un impulso al portal de Internet..

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De cara a los próximos meses, Juan José Viloria divisa un futuro «incierto», pero tiene las cosas claras: «la forma de comprar ha cambiado a raíz de la pandemia; la gente ha optado por adquirir lo que necesita a través de Internet porque fue casi obligatorio durante el confinamiento, pero cuando nos dejaron abrir se notó que muchos echaban de menos nuestra tienda y una atención personalizada. Y eso es de agradecer», sostiene sonriente tras el mostrador.

Es la cercanía, el asesoramiento y el trato personalizado por lo que también apuesta Casa Virto, del sector de la mercería desde 1898. Sufrieron directamente las consecuencias de no disponer de un punto de venta a través de Internet con un impacto negativo en las ventas, que cayeron a cero. «Nos vimos fuertemente perjudicados», afirma su propietario, Ricardo Sanz. Y aún así, confían en su futuro sin necesidad de nuevas tecnologías. Como los 123 años de historia a sus espaldas. «Pero lo que nosotros ofrecemos es un trato personalizado; la gente lo demanda así y en nuestros productos es necesario aconsejar al cliente», concluye.

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