Colón recluta marineros para las Indias en una ruta teatralizada en Valladolid

«Hay varios puntos de animación dedicados a la música, la vestimenta, la gastronomía y otras tradiciones de los países de habla hispana, con especial hincapié en el español como lengua común y en sus variaciones en los diferentes territorios que lo emplean», aseguran desde la Fundación Municipal de Cultura, organizadora de las actividades.

Unos paneles junto a una de las carpas informativas explicaban que casi 483 millones de personas tienen el español como lengua materna, que es el tercer idioma con más hablantes en el mundo (por detrás del inglés y del chino), pero que se trata del segundo más utilizado en las redes sociales. Y había además otros curiosidades que los visitantes a 'La aventura de la Mar Océana' (así se llamaba la oferta lúdica y festiva) pueden descubrir de 12:00 a 14:00 y de 16:00 a 19:00 horas.

Por ejemplo, que Cal Orcko, en Bolivia, es el lugar con huellas de dinosaurio más importante del mundo. O que la pupusa es un plato tradicional de El Salvador, que consiste en una tortilla de maíz o arroz rellena de pollo, queso y frijoles. O que la sopa paraguaya es sólida y la Ciudad de Panamá está considerada la Manhattan de Latinoamérica.

Además, junto a una pequeña carpa, un actor que interpretaba a Cristóbal Colón repartía de forma gratuita facsímiles con el testamento del almirante, fallecido en Valladolid el 20 de mayo de 1506.

Precisamente el navegante –y su llegada a América– se convirtió en el hilo conductor de la ruta teatralizada que durante tres días ha albergado la Casa de Colón. Este jueves, con tres pases (a las 10:30, 12:30 y 17:30 horas). El marinero, con acento italiano por su origen genovés, se acercaba a los visitantes inscritos en la visita turística con el objetivo de reclutarles como marineros y grumetes para su expedición a las Indias.

«Necesito personas valientes y experimentadas. Voy a realizar un viaje a través del Atlántico para buscar una ruta alternativa a la isla de Cipango, un territorio lleno de oro y de especias», explicaba el expedicionario, mientras desplegaba un mapamundi en uno de los bancos de piedra de acceso al museo, junto a los bustos de Isabel la Católica y Ponce de León. «La tierra no es plana, como muchos creen, y estoy seguro de que se puede llegar a las Indias por esta nueva ruta», defendía Colón, quien a lo largo de la visita guiada explicó sus muchas reuniones con Isabel de Castilla y Fernando de Aragón para plantearles su idea.

Muchas veces le dijeron que no hasta que finalmente, el 17 de abril de 1492, se decidieron a apoyar su empresa. El recorrido –junto a Colón, otro actor daba vida a Enrique, un joven reclutado para su tripulación– permitió a los visitantes conocer las vicisitudes del primero de los viajes (con 120 marineros y mucho nerviosisimo a bordo), las complicaciones del tornaviaje inicial (el regreso de nuevo a España)o las expediciones que llegaron después. Los visitantes, entre los que había muchos niños, ayudaron al almirante a bautizar sus tres barcos (la nao Santa María y las carabelas Niña y Pinta)o emular a Rodrigo de Triana cuando, el 12 de octubre de 1492, gritó aquello de «tierra a la vista».