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El colectivo de Mujeres Abolicionistas Libres de Valladolid (MALVA) nace con un objetivo claro: luchar por el fin de la prostitución, de los vientres de alquiler y de la pornografía. Se agruparon a comienzos de año cuando, en los meses previos y preparativos de la movilización del 8 de marzo, se dieron cuenta de que no se trataban ciertos mensajes. «Había muchos temas que no podíamos llevar a ninguna asamblea ni colectivo», explica Rocío Mielgo, de MALVA, quien detalla que se trata de «poder hablar y tratar el tema del abolicionismo de los vientres de alquiler y de la pornografía». Eso les motivó a agruparse, crear una pancarta para el día de la movilización y repartir folletos informativos desde un colectivo que actualmente está integrado por medio centenar de mujeres, aunque esperan que crezca exponencialmente en los próximos meses.
De momento, las acciones del colectivo MALVA estarán destinadas a «visibilizar» las problemáticas que tratan de erradicar. Para ello, explican que acudirán a dar charlas a los barrios, irán a institutos y organizarán mesas redondas como la que se celebra hoy, contando con mujeres protagonistas del movimiento feminista. Por ejemplo, actualmente organizan para el mes de octubre una actividad divulgativa con autoras feministas que han escrito libros importantes para el movimiento. Con todo esto, en MALVA pretenden ejercer «feminismo de base, feminismo popular» y guiarse por el principio de que «cuanto más feminista sea una sociedad, más feliz será esa sociedad».
La presentación del colectivo ante los medios ha estado dirigida por otra miembro de MALVA, Ana Bataller, quien indica que los vientres de alquiler, la pornografía «vejatoria» y la prostitución «atentan contra la dignidad». Bataller presentó a las dos protagonistas del día que formarían parte de la primera charla debate organizada por MALVA, que se celebra en La Molinera. Por un lado, la abogada experta en violencia de género Elena Rábade, quien ha hablado de los avances feministas en los últimos tiempos, pues recordó que hace no tanto «a las mujeres no se les permitía estudiar, votar, administrar sus propios bienes o tener la potestad de sus hijos». Explica que «todo esto se acabó en 1982» en términos legales, pero «la ideología persiste en la sociedad».
En cuanto a los casos de violencia de género llevados a los juzgados, Rábade lamenta que la labor de los jueces es «comprobar que la mujer no miente, en lugar de comprobar que lo que dice sea cierto». Respecto a las problemáticas tratadas por el nuevo colectivo abolicionista vallisoletano, Rábade hace especial énfasis en la lucha contra los vientres de alquiler, pues «es la comercialización de la capacidad reproductiva de la mujer».
Además, en la mesa redonda está presente la creadora de la plataforma Gafas Moradas, Zuriñe Ojeda, un colectivo que nació hace cuatro años en Bilbao. «Si el feminismo es la resistencia, las abolicionistas somos la resistencia de la resistencia», considera Ojeda. Aunque «no se trata de repartir carnets», explica que «nos venden que hay muchos feminismos» y con ello «nos están colando el neoliberalismo». Y avisa Ojeda que de momento es cosa de mujeres, pero «estamos empezando por 'El cuento de la criada', aunque vamos a acabar con 'Santos Inocentes'».
En estos días en los que se forman los gobiernos municipales, regionales y el estatal, Mielgo quiso lanzar un dardo a Vox porque «quieren arrasar con el movimiento feminista». «En Andalucía tienen una caza de brujas con los trabajadores de asistencia en la violencia de género», añade la activista de MALVA, quien también quiso recordar que hay partidos que pretenden «normalizar y legalizar la pornografía, los vientres de alquiler y la prostitución».
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