El coleccionista de robos en Vadillos entra en prisión tras seis delitos en un mes

Su último atraco, según apunta la Policía Nacional, se produjo el 27 de mayo. Ese día R.S.R. fue 'pillado' mientras intentaba acceder, apoyado en una tabla de planchar, por la ventana de un bar de la calle Málaga. Se quedó en un intento de robo porque los agentes de la Policía Nacional le detuvieron, hasta el momento, por última vez. Ese 27 de mayo fue trasladado a dependencias policiales y a su llegada, cuando se bajó del vehículo, intentó agredir a uno de los policías con un cabezazo profiriendo multitud de insultos y amenazas contra los agentes tales como «os van a llevar flores al cementerio».

Porque hasta esa fecha, los vecinos de Vadillos no entendían que el presunto autor de los robos sucedidos entre abril y mayo siguiera en la calle. Este viernes, antes de que se conociera la detención, en el bar Jamay, en la calle Maravillas, se mostraban anonadados. La sorpresa de esa libertad se palpaba en un corrillo entre clientes y propietario. «No entendemos que, después de que nos robara a nosotros, siguiera en libertad. A él le pillaron y ya sabemos que ha actuado en otros puntos de la zona. Nos sentimos inseguros, cerramos nuestros locales por la noche y estamos preocupados», recalcaban a la hora del vermú sin conocer la noticia de su detención.

En el Jamay, R.S.R. entró en la madrugada del 19 de mayo tras romper una cadena de una ventana y llevarse 880 euros de la máquina registradora. Esa tarde, aunque no hay denuncia ante la Policía Nacional, accedió a la farmacia de la misma calle. «Le vimos salir corriendo de la farmacia con una mochila y pasó por delante de nuestro bar», detallan en el corrillo formado en el Jamay.

Cinco días antes, el 14 de mayo, y acompañado por otro varón (L.M.F.R.), intentó robar en una tienda de alimentación en la calle Nueva del Carmen. Desde ese día, la Policía Nacional montó un operativo especial por Vadillos y la Circular, que sirvió para que se dieran unas nuevas detenciones a mediados de mayo, con la intervención de varias herramientas como una miniprensa metálica, espadines metálicos y una chapa metálica. Tras una nueva detención por esas fechas, quedó en libertad con cargos, a pesar de contar en ese momento con doce antecedentes.

El 11 de mayo se le detuvo por un delito de quebrantamiento de condena, pues fue identificado cuando portaba una navaja de 8,5 centímetros de hoja, con la circunstancia de que R.S.R. tenía vigente una privación del derecho de tenencia y porte de armas.

El historial de detenciones se amplía al 29 de abril tras robar dos tablets de un bar, mientras que el 9 de mayo fue sorprendido cuando robaba en un establecimiento de la zona tras romper el cristal de la puerta de acceso. Ese mismo día se le imputó un hecho ocurrido el 23 de abril y del que fue identificado como autor. En este caso se le atribuyó el robo violento de un bolso a una anciana a la que llegó a tirar al suelo al arrebatarle el mismo bajo el método del tirón.

Seis detenciones en las últimas semanas, que coinciden con al menos otros robos que aún siguen sin esclarecerse y que aún no tienen una autoría clara. Sobre todo, los que sucedieron en el puente del 1 de mayo. La manzana de edificios conformada por las calles Higinio Mangas, Silio y Unión, en pleno Vadillos, sufrió durante el puente festivo hasta tres robos en pequeños locales comerciales de la zona. El mismo 'modus operandi', reventar ventanas o puertas de los negocios con piedras de grandes dimensiones, que hacía pensar en ese momento a la Policía que se trataba de la misma persona.

Los asaltos comenzaron en la noche del jueves al viernes en el bar El Paisa (calle Silio) y en la frutería Terra (calle Higinio Mangas). En el caso de la frutería, el acceso se produjo por una de las ventanas, ya reparada, del local. «Me han revuelto todo. Venían con la intención de llevarse el dinero y lo han buscado por todos los rincones. Ha sido un gran susto, pero solo se han llevado el dinero», recalcaba la propietaria del negocio. En ese puente, también asaltaron la peluquería Mónica Vercam, en la calle Unión.

Una historia delectiva que ha llegado a su fin esta semana, momento en el que el Juzgado de Instrucción Número Cinco de Valladolid ha decretado su entrada en prisión.