El acceso al colegio Marina Escobar, aún sin vallas a primera hora de la mañana, y (debajo) ya con las vallas colocadas antes de las dos de la tarde. J. Sanz

Valladolid

Al cole por la carretera en Parquesol... hasta que se quejen los padres

Las obras de la red de calor han obligado a escolares y familias a transitar por la calzada para acceder al colegio Marina Escobar durante una semana

J. Sanz

Valladolid

Miércoles, 20 de marzo 2024, 00:03

Vaya por delante que la solución ha llegado, por fin, una semana después de que comenzara el problema. Pero ha sido necesaria una semana, con sus siete días, para que operarios, Ayuntamiento y policías municipales llegaran a la conclusión que los padres y madres del ... colegio público Marina Escobar de Parquesol vieron desde el primer minuto en el que las obras de la red de calor obligaron a escolares (todos menores de edad) y familias a caminar por la calzada, entre los coches, para acceder al edificio que alberga el ciclo de Primaria en el centro educativo de la calle Eusebio González Suárez.

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El problema, que lo ha sido, comenzó la semana pasada, cuando la zanja abierta sobre la acera en el punto exacto que separa los dos aularios del Marina Escobar, el de Infantil (3-6) y Primaria (6-12), obligó a cortar la acera del lado exterior de la valla y también el pasadizo peatonal interior del centro escolar. «La acera se cortó con las vallas y desde entonces hemos tenido que salir a la calzada (la calle lleva abierta al tráfico y al aparcamiento desde el 4 de marzo) para llegar a la entrada», criticaban este martes por la mañana los progenitores de los escolares antes de advertir de que, al menos, en dos ocasiones (el pasado viernes y el lunes) se ha advertido de esta situación a la Policía Municipal y por extensión al Ayuntamiento.

«Primero nos dijeron que estaba bien y después que vendrían a mirarlo después de reclamarles que elaboraran un informe sobre la falta de seguridad para toda la comunidad educativa», recuerdan los progenitores. Y no les faltaba razón. El tramo de la acera cortado al tránsito peatonal carecía de señalización alguna que lo indicara con anterioridad y obligaba a padres y menores a pasar por la calzada, con coches pasando justo al lado y aparcando en las plazas habilitadas o en doble fila (un mal endémico de esta calle), para llegar a los aularios tanto por uno como por otro lado.

Una mujer para una coche que daba marcha atrás a la salida del colegio Marina Escobar a primera hora de la mañana (antes de la colocación de las vallas del pasillo peatonal). J. S.

«Es un peligro y esperamos que hagan algo de una vez», coincidían en criticar los padres a la hora de entrada al colegio de la mañana. Y la solución llegaría por fin pasado el mediodía de este mismo martes a tiempo para la hora de salida de los alumnos (a partir de las dos de la tarde). Las quejas de los padres encontraron finalmente respuesta y los operarios solventaron la situación, y el riesgo de atropellos, con la colocación de unos conos y cuatro vallas amarillas colocadas a continuación de las vallas de obra para abrir un pasillo peatonal sobre la calzada y evitar así las escenas de padres y menores desfilando por la carretera sin protección alguna que venía repitiéndose desde hacía una semana.

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«Primero nos dijeron que estaba bien y luego que vendrían a mirarlo porque era un peligro para todos»

Los incovenientes, este último claramente evitable, ocasionados por el despliegue de la red de calor en Parquesol comenzaron precisamente en la calle Eusebio González Suárez en el mes de septiembre, cuando comenzaron a colocarse las vallas de obras. Aún pasaría un mes para que los trabajos como tal empezaran y se suprimieran las primeras ochenta (de doscientas) plazas de aparcamiento en batería de la vía. Y ya en noviembre se cerraría por completo la calle al tráfico, y se suprimirían también las doscientas plazas de estacionamiento de la vía pública.

Después llegarían los retrasos. Inicialmente se fijó el 30 de noviembre como primera fecha para la conclusión de las obras destinadas a llevar las tuberías de la red de biomasa al instituto Julián Marías y al colegio Marina Escobar, así como al centro cívico y al centro de salud, situados a continuación, y a un bloque de viviendas. Pero no fue así. Los posteriores plazos fueron ampliándose sucesivamente y el último, fijado hace menos de un mes, apunta al 30 de abril como fecha límite para que la calle Eusebio González Suárez recupere por completo la normalidad.

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Esta calle, por ahora, cuenta con un carril abierto en sentido de salida hacia José Garrote Tebar y la plaza Marcos Fernández y otro cerrado, en el sentido opuesto, solo en el tramo inicial entre el cruce con Federico Landrove Moiño y el inicio (justo antes) del colegio Marina Escobar. Los coches, eso sí, pueden estacionar ya en las plazas de prácticamente toda la calle, incluidas las situadas ante el centro escolar, y circular en ambos sentidos (al salir de los aparcamientos o de los vados) por el tramo abierto también hacia el otro cruce con Federico Landrove Moiño (hacia Amadeo Arias).

Las obras de la red de calor alcanzan también al tramo peatonal que conduce a Ciudad de la Habana, donde se encuentran los centros cívico (ahora solo se puede entrar por la parte posterior) y de salud (a él se accede por una pasarela provisional sobre la zanja).

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