Los doctores Carlos Dueñas (internista), Jara Valtueña (dermatóloga) y Gerardo Martínez (anatomopatólogo), en el Clínico de Valladolid.. Alberto Mingueza
Coronavirus en Valladolid

El Clínico descubre que el coronavirus inflama la pared de los vasos sanguíneos hasta obstruirlos

El hospital realiza por primera vez biopsias en pacientes infectados vivos para explicar la coincidencia de trombos con hemorragias

Ana Santiago

Valladolid

Sábado, 13 de febrero 2021, 07:40

Lesiones en la piel de muchos pacientes covid. Una clínica confusa porque se producen trombos, obstrucciones por coágulos y, a la vez, hemorragias. Algo desconocido. ¿Qué mecanismos fisiopatológicos subyacentes provoca el coronavirus? ¿Por qué tantos edemas en manos y pies? ¿Por qué ... un efecto parecido a la gota? Hasta ahora se pensaba que lo primero que tenía lugar en un enfermo covid para provocar tales alteraciones cutáneas era un trombo y no que este coágulo fuera en realidad una consecuencia.

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Pero ahora un equipo de investigación del hospital Clínico de Valladolid ha descubierto las causas que provocan que los vasos sanguíneos de la piel se obstruyan y, a la vez, sean permeables. Un hallazgo que abre caminos a estudios sobre tratamientos y a un posible empleo diferente de la heparina (anticoagulante) como terapia para algunos pacientes y que, además, resulta extendible a lo que puede estar ocurriendo en otros órganos como el pulmón o el corazón. «El daño del coronavirus no es solo respiratorio, y conocer este proceso en la piel ayuda a entender lo que pasa en los pulmones», explica el doctor Carlos Dueñas,coordinador de la atención covid y especialista en Medicina Interna del Clínico vallisoletano.

Apenas había antecedentes sobre las afecciones de la piel que provocaba el coronavirus y el poco material científico que existía al respecto se había realizado en autopsias de pacientes fallecidos. El Clínico aborda por primera vez una investigación con tejido vivo que no solo sirve para identificar como síntoma esta enfermedad sino que, al entender su mecanismo en algo tan visible y accesible como es la piel, «tomar muestras resulta mucho más fácil y menos cruel, y con un riesgo mucho menor para el paciente que si hubiera que hacer una biopsia del pulmón», explica el doctor Dueñas.

La investigación nace de la inquietud de la especialista en Dermatología del Clínico Jara Valtueña. El trabajo comenzó su andadura con la pandemia y ha logrado demostrar que no es el trombo lo que produce complicaciones, no es lo primero, sino una inflamación de las paredes internas de los vasos y arterias los que terminan por provocar ese coágulo, salvo que –conociendo el proceso fisiopatológico– un tratamiento lo evite. La doctora Valtueña se había contagiado del virus en marzo y las entonces tres semanas de aislamiento las tradujo en estudio e investigación de cuanto se había escrito sobre lesiones cutáneas y la covid y sobre la enfermedad en sí. «Veíamos que afectaba mucho al sistema respiratorio, pero al dar otros signos y síntomas en otras partes del cuerpo, ¿de dónde venía todo? ¿cuál era la diana del virus? La piel también tenía lesiones y es un órgano accesible y directo para ver lo que estaba pasando a nivel sistémico». Con lo cual, «esos pulmones 'sucios' pueden estar así por el daño de los vasos».

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Cuando se incorporó al hospital, al equipo covid que dirigía el doctor Dueñas, al haber pasado la enfermedad, Jara Valtueña tomó muestras de la piel de enfermos ingresados, un acercamiento a la realidad de los tejidos que abrió puertas a la investigación.

«Con las biopsias de pacientes fallecidos no se logra una idea real de lo que está pasando. Necesitaba trabajar con tejido de vivos para ver qué ocurría a nivel interno, veíamos lesiones de tipo hemorragias, perniosis en manos y pies, tipo vasculitis. Dedos amoratados... y me bajé a hablar con el patólogo, Gerardo Martínez. Le comenté que me parecía que era un problema vascular y que no había que centrarnos tanto en lo respiratorio. Algo está pasando en el vaso sanguíneo para que se produzcan esta especie de trombos raros con hemorragias», cometa esta dermatóloga. Entonces, añade, hicieron técnicas distintas en el laboratorio para ver qué pasaba «y vimos que se trataba de una inflamación del endotelio, que es la pared del vaso sanguíneo, esto era en la piel pero se podía extrapolar a otros órganos, una inflamación de las células del vaso que lo que hacían era cerrarlo no por un problema de trombo, sino porque hace las venas más gordas, más hinchadas y se ocluye el vaso. Por eso veíamos esos trombos pero que, en realidad, se debían a un estadío anterior, a una inflamación mantenida. Y ¿qué pasa?, que si no se corta llega a ser un trombo, se hace un coágulo de sangre, pero el inicio no es ese. Y, a la vez, al estar el vaso sanguíneo dañado, la pared deteriorada se producía una salida de sangre, por eso veíamos cierre y hemorragias, ambos fenómenos juntos».

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El doctor Gerardo Martínez, un gran anatomopatólogo y de referencia en patología cutánea de nuestro hospital, supo evidenciar con numerosas técnicas las distintas partes del vaso sanguíneo que se veían afectadas, y ver el mecanismo fisiopatológico del virus. Con imágenes muy claras. Éramos de los primeros que analizábamos en profundidad a pacientes vivos», explica esta dermatóloga.

Recomendado por la OMS

Desde que comenzó la pandemia, este grupo de profesionales no ha dejado de investigar. «El primer artículo supuso días y días de escritura, noches.... para contar los resultados que habíamos obtenido, compartirlos con el resto del mundo para intentar contribuir en la lucha contra el virus». Valoraron resultados con Carlos Dueñas y José María Prieto, y con la jefa de Dermatología, la doctora Pilar Manchado. Y envió en mayo el artículo a la revista 'Nature' para su publicación. «Informaron de nuestros resultados a la OMS y nos hablaron de colgarlo en abierto en la red para que todo el mundo pudiera acceder a él». Tardaron tanto que les escribieron profesionales, científicos e, incluso, de la OMS valorando la relevancia, pero 'Nature' tardó. «Lo colgamos en abierto porque nos parecía lo más ético. El artículo se publicó finalmente bajo el título de 'Obliteración vascular debido al crecimiento endotelial y miointimal en pacientes con COVID-19' pero en la revista «International Journal of Dermatology'», destaca esta especialista.

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El trabajo sugiere un nuevo tratamiento con fármacos que inhiben el crecimiento celular

Conocer el mecanismo de ataque del coronavirus y su diana, las paredes de los vasos sanguíneos, ayudará a adecuar los tratamientos y a abrir nuevos caminos terapéuticos. «Esta investigación nos ha servido para entender la fisiopatología de los trombos que veíamos y ahora la propuesta es usar fármacos antiangiogénicos que inhiben o reducen el crecimiento de las células endoteliales (recubre el interior de los vasos sanguíneos y sobre todo de los capilares, formando parte de su pared) y probar a ver si funciona en los casos de infección por coronavirus.De esta forma se evita que crezcan las paredes de vasos y que terminen por formar un trombo», explica el doctor Carlos Dueñas.

Ahora –añade la doctora Jara Valtueña– estamos investigando su empleo para tratar el coronavirus. Es un fármaco que lo usan mucho los ofltalmólogos en pacientes que tiene problemas oculares, de retina. Se pincha directamente dentro del ojo. El doctor Dueñas habló con los oftalmólogos para analizar su base de datos de pacientes que durante la pandemia, entre marzo y junio, habían sido tratados con ello. Fueron casi 500 que usando este fármaco para otra cosa parecen haber estado protegidos frente al virus. Eran pacientes con una media edad de 80 años que iban al hospital, en plena pandemia y riesgo, a tratarse y solo cuatro fueron positivos de coronavirus y solo dos ingresados y a los siete días fueron dados de alta. Prácticamente ninguno enfermó. ¿Casualidad? No se sabe pero la prevalencia de infección fue mucho más baja que la población general de Valladolid. Está pendiente de publicación por si pudiese ayudar a contribuir al tratamiento o nuevos estudios», explica la doctora Valtueña.

Además, el trabajo también hace reconsiderar los tratamientos con heparina, al ser anticoagulante, dadas las hemorragias también detectadas.

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