Luca G., el universitario de 20 años de nacionalidad francesa que en la noche del pasado viernes se precipitó accidentalmente desde un sexto piso al suelo del patio de luces del edificio donde residía, evoluciona favorablemente pese a la gravedad de las lesiones.
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Los facultativos ... del hospital Clínico Universitario dieron a conocer al mediodía de ayer a la familia el parte de su estado, y aunque en las primeras horas del sábado, cuando se le intervino urgentemente, se creía que podía registrar una paralización de sus cuatro extremidades, la evolución médica es ahora más optimista. Los médicos se han dado un plazo hasta este jueves para realizar una nueva intervención.
El suceso ocurrió a las 23:30 horas del día 14, en el piso 6º C de la sexta planta de la calle Tirso de Molina 4. En el interior de la vivienda se encontraba Luca y otro amigo francés, con el que había quedado para cenar y tomar algo en casa.
Según testimonios vecinales , el muchacho fue al baño de la casa y al salir se quedó atrapado porque el pestillo de la cerradura quedó bloqueado y la manilla muerta.
Después de avisar a su amigo, el joven optó por intentar salir por la ventana del baño, que da al patio de luces, y se encuentra a escasos 30 centímetros de una segunda ventana de la habitación contigua del piso.
Al ponerse de pie y pisar sobre la baldosa del servicio, esta se rompió por una parte que no está cimentada, con tan mala fortuna que perdió el equilibrio y se precipitó desde una altura de más de 15 metros hasta el suelo del patio. Una vecina dio aviso rápidamente al 112, y tanto dotaciones policiales como una ambulancia acudieron al lugar.
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Testigos que se encontraban en el bar La Brisa indicaron ayer que el joven «salió consciente en una camilla con los brazos muy hinchados y morados, y decía a los sanitarios que no sentía las piernas. El compañero francés se encontraba muy afectado». Las cuerdas de varios tendederos de ropa amortiguaron la intensidad del golpe hasta el suelo.
El rescate se realizó con celeridad al estar un vecino del primero en su casa, que era el único que poseía la llave de la puerta que permite acceder al patio interior.
Otro testimonio recordaba que Luca llevaba apenas una semana en Valladolid, donde iba a proseguir sus estudios universitarios. El francés había logrado alquilar una habitación en ese piso del barrio de la Rondilla, en donde residía con una pareja de jóvenes que se había ido de fin de semana. Tanto ellos, como el propietario del piso de Tirso de Molina, fueron avisados de lo sucedido.
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Tras lo sucedido, los facultativos del hospital Clínico trataban ayer de evitar que desarrolle una tetraplejía, lo que supondría la pérdida de movimiento y sensación en las extremidades superiores e inferiores de su cuerpo. Esta lesión se localiza en el área cervical, que es la de mayor daño que registraría por el golpe de la caída.
En la mañana de ayer, los padres del joven francés, de 20 años, acudieron de nuevo a la UVI, donde se encuentra ingresado para seguir de cerca la evolución de su hijo. Los médicos le diagnosticaron inicialmente rotura de cadera, fracturas del fémur y lesiones en el pulmón, bazo y estómago.
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