Valladolid
El claustro abierto de las Huelgas enmarca ya las vistas inéditas al monasterio del siglo XVIValladolid
El claustro abierto de las Huelgas enmarca ya las vistas inéditas al monasterio del siglo XVILa nueva plaza en forma de claustro abierto enclavada en un pequeño picón entre las calles Alamillos y Ramón y Cajal luce ya prácticamente el resultado final de una singular intervención urbanística ideada hace veinte años y que cobrará vida en pocas semanas para sumar ... un singular atractivo turístico más a la capital. El espacio, que recibirá el nombre del arquitecto Francisco de Praves (1586-1637), enmarca las vistas inéditas a la fachada este del monasterio de las Huelgas Reales y a una puerta gemela a la principal que llevaba atrapada entre naves de hormigón y uralita desde 1967.
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Este coqueto espacio, de apenas cuatrocientos metros cuadrados y de un encanto innegable, muestra los marcos decorativos que simulan un moderno claustro en un guiño al que será el titular de la plaza, Francisco de Praves, que fue el autor precisamente del claustro que amplió el cenobio del XVI a comienzos del siglo siguiente. Dichos marcos ornamentales, de tonos blancos, están situados en la pared que cierra este rinconcito y, los más llamativos, en el murete de acceso al ágora por el pasadizo que linda con la entrada al garaje del bloque de viviendas de los números 5 y 7 de la calle Alamillos. Estos últimos, de mayor tamaño, son los que enmarcas las vistas inéditas al monasterio.
El segundo acceso a la nueva plaza se encuentra a la vuelta de la esquina, por el lateral del propio templo y al borde del bar El Tío Molonio, en el jardín situado entre Alamillos y Ramón y Cajal. Allí se dibuja un estrecho pasadizo iluminado por farolas que conduce al corazón del espacio. Esta entrada contará con una cancela para cerrar la plaza por las noches, al igual que ocurrirá con el acceso por el garaje de Alamillos –allí ya se colocó una puerta independiente a la del aparcamiento cuando se construyó el bloque hace diez años–, en una fórmula idéntica a la empleada en la plazoleta de uso público que se encuentra entre un bloque de viviendas con accesos por Encarnación y San Ignacio.
«Esperemos que quede bien cerrado porque aún no está acabada y ya hemos tenido algún susto de chavales que se han colado por la noche», coinciden en desear los vecinos de las viviendas que rodean este rinconcito.
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En cuanto al corazón de la plaza de Francisco de Praves, los marcos cierran un espacio estancial iluminado por postes de farolas led, círculos dibujados en el suelo -en uno de ellos se colocarán juegos infantiles- y bancos de bloques de granito con respaldos de madera colocados con vistas a la puerta, gemela a la principal y que fue cegada en el siglo XVIII para colocar un retablo barroco en el interior del templo, y a la fachada este del monasterio. En su entorno se habilitará un pequeño parterre ajardinado y un árbol que ya crece en su lugar.
Cronología
Siglo XVI Construcción del actual Monasterio de las Huelgas Reales (1579 a 1599) sobre los restos de dos conventos anteriores y del desaparecido palacio real de María de Molina. En la posterior construcción del claustro, ya en el siglo XVII, participaría el arquitecto vallisoletano Francisco de Praves.
Siglo XVIII La puerta del lateral este se ciega y se coloca un retablo de estilo barroco en el interior del templo.
Siglo XX La construcción de un edificio de viviendas y de un almacén de maderas en 1967 ciega por completo el lateral este y la puerta cegada en el XVIII del monasterio.
Todo ello busca resaltar las vistas inéditas del monasterio, construido entre los años 1579 y 1599, para «generar un claustro moderno imaginando la composición que hubiera podido tener en su momento con el fin de poner en valor (la parte) del monumento que se recupera», tal y como resumía el arquitecto Álvaro Finat, autor del proyecto, que fue aprobado en enero del año pasado.
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El proyecto para crear esta plaza de uso público se remonta a un lejano 2004 y fue recogido en el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) con la idea, ahora, por fin, plasmada en la realidad a expensas de su próxima apertura, de recuperar la fachada del monasterio, gemela a la principal, que cegó la construcción del bloque de pisos de los números 9 y 11 de Alamillos y un almacén de maderas, utilizado en los últimos años como garaje, a finales de los años sesenta.
La demolición de dicho almacén, ejecutada a finales del año pasado, abrió el hueco que ahora ocupa la nueva plaza y el pasadizo junto a El Tío Molonio que servirá como singular entrada a la misma. La otra vía de entrada ya se contempló cuando se construyó el moderno bloque de pisos.
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