Cincuenta tractores bloquean Valladolid para reivindicar el arreglo de una tubería de riego

Y con una reivindicación precisa. Solo piden una cosa, porque por mucho que apoyen y se adhieran a las manifestaciones de las últimas semanas, quieren que la tubería general de aquella modernización de 2005 sea reemplazada por una nueva por su estado «lamentable». Aseguran que no podrán regar este año y que las reparaciones de las mismas generan un sobrecoste inasumible para la comarca y, por lo relatado, para la aseguradora. «Ya nos ha comunicado que no seguirá cubriendo los daños generados por esta tubería al considerar que han dejado de ser imprevisibles y accidentales. La situación de hoy es insostenible», ha recalcado el presidente de la comunidad de regantes, Jesús Carro, al término del recorrido previsto por Valladolid.

Portavoz improvisado de la manifestación de este jueves, Carro ha hablado por las 600 familias que dependen del «arreglo de esa tubería». «Está en peligro el sustento de esas personas», ha continuado Carro para afirmar que esta campaña no podrán regar debido al «lamentable estado de la tubería», cuyas imágenes, como fragmentos de la misma, estuvieron presente durante todo el recorrido. Hasta algunos agricultores invitaban a los reporteros gráficos a que buscaran el detalle del deterioro de la canalización. «Llevamos regando desde 1959, y este año será el primero sin poder hacerlo. El motivo es denunciar el lamentable estado de la tubería general, cuya responsabilidad y propiedad es de Seiasa. Fue la promotora y la responsable de la ejecución de las obras de modernización. Y estas no se hicieron conforme a proyecto», lamentaba el presidente de los regantes.

Y en este 2024 la situación, al parecer, es insostenible. Afirma que tuvieron que hacer frente a reparaciones por valor de 156.000 euros, «sin contar las pérdidas en los cultivos ni las indemnizaciones por daños a terceros cubiertas por la aseguradora». «La comunidad de regantes no puede asumir ni los costes de explotación y mantenimiento de las instalaciones ni el riesgo de ocasionar un daño irreparable al inundar la carretera de Medina de Rioseco, como ha pasado en dos ocasiones el año pasado», ha agregado Carro, que ha recibido una gran ovación al concluir su intervención.

Así que ante la puerta de la sede de Seiasa, blindada por al menos diez agentes de la Policía Nacional, Carro ha implorado soluciones. No quiere reuniones (solo ha habido una) ni mandar más burofax. Piden una renovación de la tubería para poder volver a regar. «Abordar este problema es urgente. No nos podemos permitir estar una campaña sin regar. Queremos que las instituciones den prioridad a este problema. Esto no va de colores políticos», ha insistido a la par que lamentaba que no sabían quién asumirá los gastos de esta campaña.

Fueron las últimas palabras de Carro, porque a partir de ahí le dio el testigo a la exconsejera de Agricultura y diputada nacional por Palencia Milagros Marcos (PP), que mostró su apoyó a los agricultores, aunque gran parte de su intervención se centró en cargar contra el gobierno de Pedro Sánchez. Esto propició que al término de su explicación se oyera «y de los tubos, ¿qué?» por parte de algún agricultor en alusión a que poco había enfatizado sobre su problemática.

Con los medios atendidos, los agricultores solo querían acceder a la sede para ser escuchados. Pero no había opciones. Se les informaba de que no había ningún representante, aunque mientras tanto sus tractores seguían aparcados en la vía pública y con el carril de salida hacia Laguna de Duero cortado. Retenciones subsanadas al desviar la Policía Local el tráfico por calles adyacentes. Eran más de las 12:00 horas y de allí tenían claro que no se iban a mover hasta las 23:00 horas, aunque finalmente se han retirado a las 21:00 horas.

Y esa larga espera, aderezada con algún café y pincho de tortilla en bares de la zona, apareció en escena y sin esperarlo el nuevo subdelegado del Gobierno en Valladolid, Jacinto Canales, acompañado por el comisario provincial de la Policía Nacional, Francisco Oterino. Encuentro escueto para calmar la situación y que agradeció el propio Carro, aunque este insistió en que lo que necesitan son soluciones y que «no se pasen la pelota de tejado en tejado».

Desde ese momento hasta que se retiraron del paseo Arco de Ladrillo (se estima que estén hasta las 22:00 horas), el día se convirtió en un encuentro de afectados. Llevaron empanadillas, embutidos y refrescos para almorzar, aunque lo peor de la jornada fue la lluvia que hizo acto de presencia más tarde. Se resguardaron de la misma para seguir consumiendo minutos y horas hasta que llegara el momento de retornar hacia sus municipios.

Los mismos que dejaron este jueves a primera hora de la mañana. Estaban convocados en La Mudarra para 'bajar' a Valladolid y a ritmo lento iniciaron el trayecto. Su presencia generó retenciones en las carreteras, mientras que en la ciudad las complicaciones de tráfico fueron nimias. Tan solo se detuvieron un par de ocasiones para hacer alguna fotografía.

De esta forma, completaron Padre José Acosta, Hospital Militar y Arco de Ladrillo sin incidencias. Iban en fila de a uno y con sus cláxones en funcionamiento. Recibían aplausos de viandantes y algún improperio de aquellos que iban en coche y eran desviados para evitar la manifestación. Fue una nueva manifestación del campo, pero esta ocasión para pedir reparaciones.