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Tomar un cóctel siempre es un buen plan. Las opciones son infinitas y cada vez más creativas. Los bartenders vallisoletanos desafían el ingenio para sorprender a sus clientes con sabores, texturas y presentaciones de lo más originales, creando tragos llenos de personalidad y de carácter. ... Licor de pino, guisante, soda de rábano, hidromiel, nitrógeno líquido, pimienta… son algunos de los ingredientes que componen las recetas de estas bebidas que se han convertido en las nuevas reinas del tardeo y el terraceo pucelanos.
El Norte, ha recorrido las mejores barras de la ciudad para conocer sus cartas líquidas y sus propuestas más especiales y deliciosas, que están llenas de elegancia y sofisticación. Las altas temperaturas hacen que beberse un buen cóctel, siempre sea un plan genial. Tendrás que probarlos todos. ¿Te apuntas?
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Éste es uno de los santuarios de la coctelería vallisoletana. Es un espacio escondido en una pequeña calle sin salida. Un auténtico refugio para los que quieren pasar un buen rato tranquilos y en buena compañía. Su atmósfera nos lleva al cine de los años 50 con una decoración en colores oscuros y luces indirectas. Tras la barra, desde hace 14 años (6 meses con la nueva gerencia), está José Ortiz, un auténtico mixólogo que desarrolla, crea y prepara cocteles de lo más complejos. Su carta se compone de 30 tragos, 28 de ellos con alcohol y 2 sin alcohol. La suya es una coctelería divertida y muy cuidada. Es un auténtico gustazo verle trabajar, volcando los líquidos en el vaso mezclador con los elegantes gestos que caracterizan a su singular oficio. Su estación de trabajo está a ras de barra para hacer partícipe al cliente de la preparación. «Tenemos muchos cócteles clásicos en carta, pero nuestro fuerte son los cócteles de autor diseñados por nosotros. También hacemos coctelería con champán. El resultado siempre es muy vistoso y con sabores espectaculares», anticipa este experimentado barman.
Su propuesta se llama 'Old Sherry', con una base de whisky escocés de 12 años. «El whisky no es uno de los sabores favoritos de la gente, sin embargo, con esta receta hemos logrado que guste muchísimo. En nuestro caso, todos los ingredientes, excepto la base alcohólica, los preparamos nosotros mismos y son totalmente naturales. Hacemos todos los siropes, cordiales, mieles y líquidos para infusionar en nuestra cocina. Nos gusta que la gente valore todo el trabajo que hay detrás del coctel y que no se ve», dice Jose mientras coge el vaso mezclador. «Lo primero es enfriarlo. Al ser de acero, enfría muy rápido. A la base de whisky, le añadimos un cordial de pimienta, té negro que infusionamos nosotros y vino de jerez. Mezclamos todo y lo diluimos un poquito. Aportamos frescor con una hoja de lima kaffir y con un ahumador en el que utilizamos serrín de madera de olivo, le damos combustión. Después de servirlo lo tapamos y justo delante del cliente lo destapamos para que vea salir el humo. Siempre aconsejamos que al cliente que sople, para que la primera sensación no sea el humo en la nariz. Es fácil percibir las notas de cata de la madera ahumada impregnadas en la copa», invita. El resultado en boca es un coctel muy equilibrado, suave y muy rico. Una bomba de sabor. No es de extrañar que sea uno de los favoritos del público.
Dirección: C/ Alegría, 4
Precio: 8 euros
2
Es uno de los locales con más personalidad de la ciudad. Tiene 33 años de historia, 3 de ellos en su actual ubicación. Sus dueños, Domingo Bernardo, padre e hijo, son concienzudos artistas de las mezclas. Sus cócteles son todo un espectáculo visual y de sabor. Están especializados en coctelería tiki, que es aquella que da a las bebidas con base de ron, un toque polinesio o hawaiano. Lo más característico de este local es su impresionante decoración tropical que padre e hijo han realizado a mano, igual que los originales vasos que utilizan para servir sus combinados.
Su propuesta para esta ruta es 'Ruso blanco' y la elabora Nacho Nogales, empleado de este mítico establecimiento. «Normalmente, este cóctel se prepara con el método de removido, sin embargo, nosotros lo hacemos con el método de agitado, porque el licor de café que empleamos para prepararlo queda más espumoso, lo cual, mejora el resultado final», dice Nacho mientras mezcla a partes iguales el vodka y el licor de café. «Agitamos la coctelera. Cada uno tiene su propio estilo», aclara al tiempo que sacude en seco el instrumental. Sirve la mezcla y encima echa una capa de nata montada. Se trata de un trago que, si bien existe desde los años 30 del siglo pasado, fue la película 'El Gran Lebowski', de los hermanos Coen, la que lo devolvió a todas las barras del mundo. «Lo rematamos con nuez moscada. Hay otras versiones que prefieren utilizar cacao en polvo o incluso canela, pero a nosotros particularmente nos gusta la nuez moscada. Lo ideal es tomarlo como si fuera una cerveza para que el líquido filtre a través de la crema, sin embargo, mucha gente prefiere removerlo y tomarlo todo mezclado», dice.
Domingo hijo presenta también 'Dom Tiki', el cóctel buque insignia del local, del que no quiere desvelar su receta. «Sólo diremos que la base alcohólica es el ron que nosotros mismos maceramos y que lleva una mezcla de frutos rojos y frutos tropicales y toques cítricos y especiados», dice Domingo mientras lo sirve en un original vaso de elaboración propia. El resultado es espectacular y riquísimo.
Dirección: C/ Empecinado 23
Precio: 6,5 euros
3
Este local es un auténtico paraíso para los entusiastas de la coctelería. Los responsables de su carta son Ricky Izquierdo y Pedro Morillas, quienes pueden presumir de ingenio e imaginación a la hora de realizar las mezclas. Su dominio del jigger, del vaso mezclador, y del strainer (colador), no tiene parangón. «Valladolid es una ciudad de combinados, del cubata de siempre, pero cada vez más, el público tiende a arriesgarse con los cócteles y el que los prueba, ya no lo deja», dice Ricky Izquierdo, mientras prepara todos los ingredientes necesarios para elaborar 'Primal Spring', un trago de temporada de su carta recién estrenada. El concepto que Izquierdo y Morillas tienen de la coctelería es similar al de la alta cocina, en la que se preparan las elaboraciones con antelación. Su proceso va mucho más allá de la mera mezcla de licores, ya que incorpora complicadas técnicas, que luego se notan en el resultado final. «Lo primero es enfriar el vaso mezclador y eliminar el agua sobrante. Echamos 5 centilitros de ginebra», dice mientras vuelca el jigger con unos movimientos muy estéticos. Es consciente de que preparar un coctel es todo un ritual que se convierte en una experiencia para el cliente. «Todos los ingredientes que utilizamos son caseros. El licor de pino es totalmente natural y lo hemos elaborado nosotros. Valladolid es tierra de pinares e intentamos trabajar con productos del entorno. También utilizamos vermouth seco y un sirope casero cítrico que empleamos para equilibrar sabores», dice mientras agita la mezcla. «Rematamos con una corteza sobre la que vertemos polvo con pino deshidratado y un aire elaborado con miel de pino casera que hacemos con piñas verdes». Lo suyo es un cuidado 'emplatado' en el que no falta ni sobra un detalle, pero lo mejor, llega a la hora de probar el cóctel. En él se perciben notas de pino, de miel, resinas. Es un sabor suave, fresco y delicioso que hace que un coctel sepa a poco y haya que pedir otro.
Dirección: C/Esgueva, 16
Precio: 8 euros
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Dani Pérez es el gerente de esta coctelería inaugurada hace unos meses, cuya decoración ya es un punto a favor. Las luces y los espejos están situados de forma estratégica para aportar calidez y un aire distinguido a la vez que acogedor. Pérez es todo un artista a la hora de combinar sabores. No tiene miedo de asumir riesgos y sus cócteles de autor son lo más. Su propuesta se llama 'Bonantony'. Es fresca y veraniega y en ella que predomina el sabor de la cereza. «Primero echamos lima, después el aperitivo de cereza y la ginebra. También añadimos un sirope para darle más textura. Lo coronamos con ralladura de frambuesa deshidratada», dice mientras hace las mezclas. Verle trabajar es un puro espectáculo. Lo hace con cuidado, elegancia y mucho respeto por el producto. De esta manera, el resultado final es un cóctel precioso de apariencia, y dulce y con un toque ácido muy agradable y refrescante, que permanece en boca. «Es peligroso», dice su compañero de barra Alex García. «Es un cóctel de graduación media. Parece que es más suave y entra bien, pero al final pega bastante», advierte con una sonrisa.
«El público vallisoletano cada vez pide más cócteles. Los fines de semana tira mucho de copas, cafés, pero los domingos, es el día del cóctel. Cuando alguien de pide uno, y la gente de al lado ve lo original de la presentación, enseguida todo el mundo se anima a probar», dice Pérez. «Muchos vienen pidiendo cócteles clásicos, como pueden ser los daikiris, pero cada vez más, optan por la originalidad y por probar nuevos sabores. Por eso, siempre nos preocupamos por averiguar sus gustos y preferencias antes. Así siempre acertamos con el sabor que les vamos a poner», añade este barman al que le gusta cuidar los detalles. «Lavamos la cristalería con ósmosis inversa para evitar manchas de cal y utilizamos cubitos de hielo japonés que elaboramos nosotros mismos. Se trata de un hielo más compacto, que dura más, que no tiene olores ni sabores y que visualmente resulta muy atractivo», informa.
Dirección: C/ Francisco Zarandona, 10
Precio: 8 euros
5
Elías Escudero es el gerente de este local. Sorprender al cliente y convertir cada cóctel en una experiencia única e inolvidable es su filosofía de trabajo. En este céntrico local inaugurado hace 5 años se pueden tomar todo tipo de combinados y copas, aunque su especialidad son los cócteles de autor y versionados de los clásicos. Su propuesta para esta ruta es 'Mexican gimlet de tequila', una versión del tradicional gimlet en el que ha sustituido la ginebra por el tequila, para darle un toque mexicano. «Lo primero es enfriar el vaso mezclador, retirando el agua sobrante. A la vez, enfrío el vaso en el que se va a servir. Como base utilizo dos partes de tequila tradicional 100% agave. Añadimos una parte un cordial de albahaca que hacemos casero, un toque de licor de pera con base de ginebra, y un toque de manzanilla de jerez que aportará unos matices salinos super-ricos a la mezcla. Terminamos sirviéndolo en vaso y lo decoramos con una hoja de albahaca. Lo coronamos todo con una sutil pompa de glicerina vegetal ahumada», explica mientras lo prepara.
La presentación no puede ser más espectacular y su sabor resulta muy equilibrado, afrutado, con un toque herbáceo y un retrogusto largo e intenso. «Es una opción deliciosa dentro de nuestra carta, pero sin duda ninguna, el coctel más vendido de todos es el 'Espresso Martini', que es de corte clásico. Gracias a este trago pudimos salvar los meses más duros de la pandemia. Es un trago de primera hora, hicimos una promoción muy fuerte y conseguimos que cuando abríamos el local a las 15:30 horas, teníamos un montón de gente para degustarlo», remata.
Dirección: C/ Cánovas del Castillo, 4
Precio: 8 euros
No te quedes con las ganas de más. El Norte te propone otras muchas rutas que te resultarán de lo más deliciosas. Aquí te recomendamos los mejores gin-tonics, las hamburguesas más exóticas o las mejores tartas de queso de la ciudad. Todo, en nuestro espacio dedicado a los mejores sitios para comer y beber en Valladolid.
Y en tu opinión, ¿cuál es el mejor cóctel que te has tomado en Valladolid? Puedes dejarnos tu recomendación en los comentarios de la noticia.
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