Valladolid
Cierran la investigación del hombre maniatado en su coche al no ratificar este su versiónLa víctima, que fue liberada por la Policía Municipal, rechaza declarar ante el Grupo de Homicidios y Desaparecidos de la Nacional
No habrá investigación. Y no existirá porque principalmente la víctima ha desistido, a tenor de los hechos, de ratificar su versión. El caso del hombre ... que apareció maniatado con bridas en su vehículo en la calle Celtas Cortos ya está cerrado después de las últimas intentonas del Grupo de Homicidios y Desaparecidos de la Policía Nacional. Desde esa unidad se pusieron en contacto con la víctima una vez que el pasado 14 de mayo fuera liberado por agentes de la Policía Municipal en su propio coche.
En ese momento, J. M. D. B., de 62 años, tras ser rescatado, ofreció un relato que nunca más fue ratificado para que se iniciara la investigación ante un posible delito de retención ilegal. Y sin denuncia ni declaración ante la Policía Nacional no hay pesquisas.
Los hechos, a tenor de la declaración 'in situ' de la víctima, empezaron sobre las 22:00 horas del 13 de mayo. A esa hora, el hombre se encaminó hacia la calle Celtas Cortos a recoger unos papeles que había dejado en su turismo, un Kia Río de color oro. Anduvo alrededor de unos 300 metros, abrió el coche y, según su testifical inicial, sobre él se abalanzó un grupo de seis o siete personas, de las que él mismo reconoció a cinco al ser vecinos del mismo inmueble en el que reside. «Me dijeron que entrara en el vehículo. Primero me sentaron en la parte del copiloto, pero me pasaron a la parte de atrás. Me decían que me iban a dar un escarmiento», agregó al día siguiente a este medio, a la par que apuntaba que todo venía precedido por unas denuncias tras un supuesta okupación en el inmueble en el que reside.
Le introdujeron en el coche, siempre según su testimonio, para inicialmente enganchar con bridas la mano derecha al agarradero izquierdo de la parte trasera y, posteriormente, sujetar la parte del pecho y estómago con los cinturones de seguridad. Le dejaron con escasa movilidad. A pesar de todo, el hombre de 62 años pudo coger su teléfono y activar con la voz el buscador de Google. De esta forma, pudo llamar al número de emergencias y trasladar su estado. Eso fue a las 2:30 horas del día siguiente. Cuatro horas y media después de que supuestamente pusiera rumbo a su coche a por documentación. «No salía ni decía nada porque tenía miedo de que estuvieran en el exterior», incidía el hombre de 62 años.
«Advertencia»
A la llegada de los agentes municipales, estos comprobaron que la alerta que les habían transmitido era cierta, así que cortaron las bridas y los cinturones para liberar a J. M. D. B. Asimismo, también se encontraron unas llaves colgadas en el agarradero de la puerta trasera del lado izquierdo.
Ya al final de la intervención, la víctima aseveró que existe un conflicto vecinal en su inmueble y que tanto él como los presuntos secuestradores tienen denuncias cruzadas. «Me han atado como advertencia para que retire esas denuncias», concluía en una versión que nunca más fue ratificada, a pesar de los intentos de la Policía Nacional por aclarar lo sucedido.
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