Valladolid

Churros, jotas y «frío» en una multitudinaria procesión de San Isidro

Los 250 asientos disponibles en el interior de la ermita se quedaron pequeños para acoger a todos los fieles y devotos que quisieron acercarse a escuchar la misa en honor al santo. Algunos incluso se agolpaban en la puerta de entrada afinando el oído para intentar escuchar las palabras del sacerdote. Mauricio Robledo, vecino del barrio, señalaba a los pies del arco de entrada a la ermita: «Todos los años consigo entrar pero este año se me ha pasado la hora y tengo que conformarme con estar aquí. Llevo viniendo muchos años ya». San Isidro se ha festejado también por toda la provincia, con procesiones y misas, en una jornada que ha generado un prolijo álbum de fotos.

José Valbuena, uno de los devotos que esperaba el sonido de las dulzainas como punto final a la misa previa a la procesión, confesaba venir en nombre de su padre. «Siempre hemos venido juntos porque ambos nos dedicamos al campo y la agricultura. Este año no ha podido venir porque está recién operado y tenía la necesidad de venir yo en nombre de los dos», señalaba el devoto, quien confesaba «pediré salud, trabajo y una pronta recuperación para mi padre». Adoración, Sara y Gregoria aguardaban sentadas en un banco al sol «porque hace mucho frío». El grupo de tres amigas no recuerda la cantidad de veces que ha venido a ver a San Isidro cada 15 de mayo: «Hemos quedado a desayunar previamente, ahora venimos a ver la procesión y después nos vamos a tomar un vino y comer en un resturante. Hemos convertido algo tan simple en una tradición. Lo malo es que este año tenemos frío y por eso estamos aquí esperando en el sol», comparten risueñas las tres amigas vecinas del barrio de San Isidro.

Finalizada la misa ha llegado el turno de la tradicional romería, que ha discurrido por los alrededores de la iglesia paseando la imagen de San Isidro Labrador. Las dulzainas han puesto la banda sonora al recorrido y algún rayo de sol se dejaba ver en torno a las 12 del mediodía. Quienes tampoco han faltado a la cita han sido los artesanos y vendedores que han endulzado la mañana en los aledaños de la ermita. Obleas, almendras garrapiñadas, rosquillas y churros recién hechos llenaban la velada del olor propio de la temporada. «Siempre vendemos mucho el día de San Isidro, la gente tiene tradición en el barrio y es una fecha señalada para nosotros», señala la vendedora del puesto de churros.

Unas 650 personas, según la Policía Municipal, han asistido a la procesión, que también ha contado con bailes propios de la romería en honor al santo. Las fiestas del barrio de San Isidro, que dieron comienzo el viernes 10 de mayo continúan durante toda la semana con exposiciones de fotografías, degustación de dulces tradicionales o el décimo campeonato de rana. Además, la Asociación de Feriantes ha instalado atracciones en el barrio después de que durante el año pasado no pudieran participar en las fiestas debido a la obras de la calle Cigüeña.