La Chica Yeyé semafórica de Valladolid se une a Mortadelo, Chiquito y Elvis Presley

También la vecina León personalizó en 2022 uno de sus semáforos, el ubicado en la calle Arcos de Ánima, colindante a la Avenida Independencia, con la figura de un león rampante, el animal que representa a todos los Reyes que en algún momento ostentaron el poder del antiguo Reino de León.

A esa lista cuya última incorporación es la de la actriz que encarnó a Teresa de Jesús en la serie de TVE -igual habría sido más difícil escoger este personaje para preservar el recuerdo de la Velasco en un semáforo- podrían unirse los iconos de otras ciudades, como demuestra la buena acogida que tuvo hace unos meses la encuesta que puso en marcha El Heraldo de Aragón entre los zaragozanos para elegir figura semafórica maña, en la que resultó ganador Paco Martínez Soria, seguramente con boina, por encima de estrellas del imaginario local como Enrique Bunbury o el mismo Nayim, aquel del gol desde su casa en la final de la Recopa de 1995 ante el Arsenal. Pero la cosa no fue a más, se quedó en propuesta.

Si hay que buscar antecedentes a este movimiento de homenajes urbanos a símbolos propios a través de elementos de la seguridad vial, es difícil no pensar en Ampelmännchen, que se traduce del alemán como 'hombrecillo del semáforo', convertido 'per se' en icono a partir de su creación en los años 50 en Berlín oriental por el psicólogo Karl Peglau, quien defendía que los tonos habituales de los semáforos (rojo, ámbar y verde) no eran de utilidad para ciudadanos incapaces de diferenciar los colores. Cuatro décadas después, el viejo Ampel sobrevivió a la unificación alemana y al derribo del Muro y se extendió a la 'otra Berlín' cuando desapareció la Alemania comunista.

Este antecedente puede ser la raíz de que Alemania sea uno de los países en los que más se ha desarrollado esta tendencia. Así, desde 2018, Friedberg, en el estado de Hesse, rinde homenaje con sus semáforos a Elvis Presley, vecino temporal de esa localidad próxima a una base militar estadounidense entre 1958 y 1959, cuando el Rey del Rock cumplió el servicio militar. Por cierto, el de Tupelo se comió una mili standard de dos años por la renuncia de su manager, el insaciable coronel Parker, que se negó a que su pupilo -para él, gallina de los huevos de oro con meneo de caderas- cumpliera un periodo menor y en casa a cambio de actuar gratis para insuflar moral a las tropas del Tío Sam.

Alemana también, pero de la Baja Sajonia, es la ciudad de Hamelín que sí, como cabe suponer, a quien recuerda en sus luces de tráfico es a su flautista, una leyenda alemana que se remonta al XIII y que fue inmortalizada por los Hermanos Grimm siglos después. Y Mainz, Maguncia por su nombre del latín, en el land teutón de Renania-Palatinado tiene desde 2013 un recuerdo a un personaje muy conocido de los dibujos animados de la tele pública ZDF.

Más arriba en el mapa, Dinamarca cuenta con ejemplos como el vikingo de la ciudad de Aarchus, instalado en 2019 y once años antes, Frederecia, también danesa, inauguró semáforo con un soldado, Landsoldaten. Los Países Bajos cuentan con otro personaje de dibujo, la conejita Misffy, en la ciudad de Utrecht. Subiendo aún más, hasta Akureyri, en el litoral de la región de Norðurland Eystra de Islandia, un semáforo colocado en 2008, en plena depresión por la gran crisis económica, representa un corazón.