Valladolid

El charco formado en la plaza del Esla proviene de aguas residuales

«No estamos hablando de un problema de la Red General de Saneamiento Municipal, estamos hablando de que el origen del problema probablemente se encuentra en una vivienda particular, en estos momentos vacía», aclara José Ignacio Zarandona, concejal de Urbanismo de la corporación, que junto a los ediles de Medio Ambiente, Servicios Sociales y Juventud, acudió a la zona el pasado miércoles para reunirse con los vecinos y abordar el problema, después de que se produjera la visita del portavoz socialista Pedro Herrero.

«Son problemas recurrentes que han ocurrido con anterioridad y que probablemente sigan sucediendo porque todos los bloques presentan una patología absolutamente similar», explica Zarandona, que señala las deficiencias de construcción que presentan las viviendas como una de las causas del atranque en la plaza del Esla: «La edificación es absolutamente obsoleta. Los sistemas constructivos que se emplearon ahora son absolutamente impensables». Las bajantes de saneamiento y la arqueta que recoge esas aguas fecales están en el interior de las viviendas: «No se puede operar en este atasco si no se accede a esta casa y se recupera desde ahí el saneamiento». Otro de los motivos para el edil es la falta de mantenimiento de las propiedades, «que hace que se produzcan estos incidentes absolutamente desagradables».

Para los vecinos el origen está en el mal estado de las tuberías a causa del hundimiento del suelo: «Como no tiene salida a la red de saneamiento la arqueta se atranca», cuenta Luis Miguel Trapote, portavoz de la Asociación de Vecinos Barrio Delicias (AVBD). Coinciden con el regidor de Urbanismo en que estos problemas son una constante, ya que hace año y medio se dio la misma situación en la calle que transcurre paralela a la plaza del Esla. La causa habría sido el hundimiento provocado por el paso de un vehículo municipal, que debido al deteriorado estado de la zona había dañado una arqueta de aguas fecales. Al intervenir sobre la avería también se habría dañado una tubería de la red de abastecimiento, generando humedades en las viviendas cercanas al foco de la fuga, un problema para el que los afectados continúan reclamando una solución.

«A mí me duele que se diga que esto lleva así seis o siete meses. No hay que llegar a estos extremos. Si esto se comunica con antelación, antes se resuelve», lamenta Zarandona, aunque advierte que la solución no será fácil debido a que implica actuar en una propiedad privada. Por el momento el consistorio está buscando la manera de «actuar desde fuera, sin acceder al interior». No obstante, ha querido lanzar un mensaje de tranquilidad a los vecinos: «El Ayuntamiento va a estar ahí y de hecho lo está y lo ha estado siempre en reparar y en resolver problemas que además a veces atañen a propietarios».

Desde la corporación apuntan a que la barriada requiere de una actuación compleja y ponen de ejemplo las obras del 29 de octubre, donde se han sacado las bajantes comunes de saneamiento y la arqueta del interior de los pisos intervenidos, pero advierten de que no se puede dar respuesta a corto plazo. «Habrá que sentarse, habrá que dar respuesta social. Desde luego que respuesta puntual se va a dar a cualquier incidente como este. Pero solo es el síntoma de una enfermedad que es mucho más grave y más profunda», argumenta Zarandona.

El plan de rehabilitación de Las Viudas lleva dando coletazos más de veinte años con distintas administraciones. No se ha ejecutado más allá de la reforma de dos edificios en la calle Hornija en 2005 y la reurbanización del entorno del centro Segundo Montes, en torno al que se concentran los bloques de viviendas del grupo Aramburu. Zarandona insiste en que no hay soluciones mágicas: «Esto requiere ingentes cantidades de dinero público y es muy difícil de resolver. No solo es un problema urbanístico o edificatorio, sino que va mucho más allá, hay que actuar en muchos frentes y eso nunca es fácil».