Vaya por delante que la reducción de los límites de velocidad en las calles de la ciudad y en sus rondas (A-62, VA-30 y VA-20), activada por vez primera desde la aprobación hace dos años del protocolo contra la contaminación, resultó más ... virtual que real. Pero lo cierto es que este jueves sí se notó un evidente descenso de la circulación en el conjunto del casco urbano, y más aún en el entorno del área restringida del centro; así como un notable incremento del volumen de viajeros de los autobuses urbanos, que fueron gratuitos hasta la medianoche con las líneas más demandadas reforzadas con la incorporación de quince vehículos.
Publicidad
El caso es que fruto de las restricciones, con el casco histórico cerrado al tráfico por quinto día consecutivo y más vacío aún que en las jornadas precedentes, y de un pequeño empujoncito meteorológico en forma de descenso de la temperaturas y de un cambio del viento, que sopló de norte, los niveles de contaminación descendieron por debajo de los umbrales de riesgo y el Ayuntamiento desactivó finalmente desde esta noche «todas las restricciones». Así que la ciudad ha recuperado la normalidad con el centro abierto a la circulación, los límites de velocidad habituales y el cobro tanto de los billetes de Auvasa como de los tiques de los aparcamientos disuasorios. Se acabó la pesadilla. Pero no del todo. «Los niveles de contaminación aún son elevados» y por eso se mantiene la situación uno del protocolo con la recomendación, solo eso, de dejar el coche en casa y utilizar el transporte público en los desplazamientos.
«Queremos agradecer la comprensión y la colaboración a la ciudad de Valladolid para preservar la salud durante estos días», quiso trasladar ayer públicamente la concejala de Medio Ambiente, María Sánchez, quien reiteró «la necesidad de no bajar la guardia en las próximas jornadas para evitar que vuelva a repetirse esta situación». Y esto último debido a que los niveles de las partículas en suspensión (PM 10 y, sobre todo, PM2,5) «aún son altos».
Tanto ella como el edil de Movilidad, Luis Vélez, destacaron también «como fundamental la colaboración ciudadana» a la hora de lograr «una notable reducción de los desplazamientos en vehículos particulares», especialmente ayer, a lo largo de estos cinco días de restricciones que culminaron a las diez de la noche, cuando se retiraron las vallas del área restringida y se apagaron los avisos en los catorce paneles informativos, a los que se sumaron los de la DGT en las autovías, sobre las limitaciones de la velocidad a 30 kilómetros por hora en toda la ciudad, a 70 (no a 80 como lucieron las pantallas) en la ronda exterior, a 50 en la interior y a 100 en la autovía de Salamanca a Burgos. Prácticamente nadie, y bastaba circular por cualquiera de estas vías para comprobarlo, hizo caso a la restricción.
La ocupación de la zona azul en el centro, y sirva como dato del descenso de la circulación, cayó el 35% en el entorno del área restringida
0,99€ primer mes
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.