Un céntrico piso de 76 metros cuadrados con mucho rollo en Valladolid

En el piso que visitamos hoy, la luz lo inunda todo, gracias a la apertura de los espacios tras una reforma integral. Esta vivienda de 76 metros cuadrados está ubicada una zona muy céntrica y emblemática de Valladolid, lo que la hace aún más encantadora. La responsable de este espectacular lavado de cara es Carolina Sánchez, de Comodoos Interiores quien, junto con la constructora Sánchez Romera, ha hecho una redistribución de todos los espacios y ha conseguido un interiorismo contemporáneo, elegante y atemporal.

Salo con ver el felpudo de la entrada, todo un homenaje a Star Wars, ya entramos con una gran sonrisa en la vivienda. Lo que vemos nos sorprende y nos encanta a partes iguales. La decoración es muy personal. Abundan las plantas, que están repartidas por todos los ambientes, muebles de muy diferentes estilos, papel que imita el hormigón, lámparas ornamentales de aluminio forradas en madera, cuadros muy modernos, detalles en fibra natural y una gran pared de ladrillo con mucho rollo industrial o rústico, según se mire. Un refugio perfecto y precioso.

«El piso, originalmente tenía tres dormitorios. Tras la reforma conseguimos ampliar espacios y ganar un baño más para hacerlo más funcional y práctico. La reforma ha estado muy marcada por el gusto por el estilo urbano e industrial de nuestro cliente, que quería conseguir que los espacios comunicaran entre sí, potenciando al máximo la luz y vistas de la vivienda desde cualquier ángulo», apunta Carolina Sánchez. «La estructura del edificio es muy particular. Es como que la planta estuviera girada. Encontramos ángulos muy complicados en la vivienda y nuestro principal objetivo era ganar amplitud y suprimir tantos quiebros como había en el pasillo. De esta manera conseguimos crear un espacio con unas vistas increíbles y una luz espectacular», prosigue.

El pavimento de laminado de madera de gran formato resulta muy llamativo. La dirección en la que están colocadas las lamas es lo que más sorprende. Dan la impresión de que van girando a medida que te desplazas por la vivienda. Tras un moderno parapeto de palillería de roble que sirve para crear una zona de entrada, vemos un pasillo del que salen todas las estancias y que está presidido por un pilar de hormigón. Lo primero que visitamos es el salón, decorado con un enorme gustazo. Destaca la pared de ladrillo sintético que comentábamos anteriormente. Una solución decorativa más informal y urbana que, además, contribuye a tener una mejor acústica en el espacio. Una apuesta segura, aunque muy atrevida que resulta un acierto. El salón cuenta con numerosas fotografías. Una muy grande, encima del sofá, en la que aparece un gran depósito de agua antiguo, que conjunta bien con el rollo industrial, y varias fotografías más pequeñas, realizadas en distintos países del mundo. Las vistas, espectaculares.

Enfrente está la cocina, a la que se accede por medio de una mampara de hierro negro, en total tendencia. Está amueblada en paralelo, es decir, el mobiliario se distribuye en dos lineales enfrentados. Una opción que resulta ideal para aquellas estancias que son largas y estrechas, como la que nos ocupa. El color empleado es el antracita. Oscuro, arriesgado y muy potente. Los muebles están resaltados por una tira de led que los ilumina en tonos azules. «Antes había una galería con balcón abierto que hemos incorporado a la cocina para aprovechar mejor el espacio. En ese rincón se ha instalado un desayunador desde el que se disfruta un buen amanecer. Para nosotros, la luz, tanto natural como artificial, es parte fundamental de la decoración y sirve para dar más potencia a la casa», apunta Carolina Sánchez. El suelo también es digno de mencionar. Imita a los antiguos terrazos y está en total tendencia.

Al final del pasillo está el aseo de cortesía, que es una auténtica fantasía. Está revestido en tonos negros y blancos, con alicatado hexagonal y papel pintado con motivos galácticos. Está presidido por un gran espejo retroiluminado con led que hace un efecto de luna. De nuevo, una apuesta arriesgada pero visualmente muy atractiva.

La habitación principal está dispuesta en modo suite. Destaca el cabecero de la cama, con motivos geométricos tipo tribal, sobre una pared revestida con papel que imita al hormigón. La estancia tiene mucho almacenaje. Se ha creado una gran zona de mural con consola en la que se ha ubicado la televisión y un armario con puertas de cristal. «No queríamos que fuera un elemento muy denso, con puertas ciegas, por eso apostamos por hacerlo en formato vitrina, con iluminación cuando se abre, lo cual sirve para crear una gran diferencia visual», prosigue esta profesional.

La segunda habitación es todo un santuario personal que refleja muy bien los gustos y principales aficiones de su propietario: el baloncesto y la música. Al entrar, lo primero que llama la atención es una pared completamente decorada con una impresionante colección de botas de baloncesto que están dispuestas meticulosamente, algunas de ellas en vitrinas. Este muro es una oda a la pasión por este deporte que su propietario ha cultivado a lo largo de los años. Es el sueño de cualquier coleccionista. El amor por la música queda también muy bien plasmado, con una mesa de mezclas y una batería eléctrica. «Este es el espacio y rincón favorito de nuestro cliente y a la vez sirve de habitación de invitados si en algún momento se necesita», dice Carolina.

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Características

Fecha construcción edificio: 1978

Fecha de remodelación: 2022

Dormitorios: 2

Baños: 2

Superficie: 76 metros cuadrados

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