El cementerio de Las Contiendas sumará 2.630 sepulturas y garantiza espacio hasta 2028

La firma funeraria municipal ha encargado al estudio de arquitectos Bobillo y Asociados el diseño de esta expansión, que se desarrollará en una parcela de 13.433 metros cuadrados. Una inversión de 2,4 millones de euros, la más cuantiosa desde su inauguración, permitirá adecuar el terreno para albergar 700 tumbas de tres, cuatro y cinco cuerpos (2.150 plazas en total), así como 480 columbarios para depositar las urnas de otros tantos fallecidos incinerados.

La obra conllevará también la apertura de un vial de comunicación para vehículos y peatones, que permitirá acceder a la nueva zona, además de la creación de 36 plazas de aparcamiento. Santos González, gerente de la compañía municipal, destaca que la intención de esta intervención es mantener la esencia del cementerio-jardín con la que nació el camposanto, con amplias zonas verdes bien tratadas, que doten al espacio de un clima lo más acogedor posible.

Según las previsiones de Nevasa, con esta nueva ampliación, la novena desde que el cementerio se inauguró a finales de 1994, habría disponibilidad de unidades de enterramiento para unos cinco años más, con lo que se aseguraría espacio funerario en la ciudad hasta 2028. No obstante, dependerá del ritmo de ventas y también de la evolución en las costumbres. Y es que en los últimos años son cada vez más las familias que optan por la incineración de los suyos frente a la tradicional inhumación, lo que repercute en la ocupación de las tumbas tradicionales.

La presidenta de Nevasa, la concejala María Sánchez, avanza la intención de continuar con la mejora de las instalaciones una vez concluya la ampliación. «Queremos intervenir en la zona de las salas de velatorio para hacerlas más amplias y diáfanas», anuncia la edil, «satisfecha» con la nueva gestión pública de la empresa en los primeros seis meses de funcionamiento.

Las Contiendas ocupa una superficie de 32 hectáreas, de las que el 60% ya están construidas. En este espacio, descansan ahora más de 12.000 inhumados, mientras que de las 10.400 unidades de enterramiento construidas siguen vacantes 1.200. En el caso de los columbarios, cuenta con 1.600, de los que 1.200 están ocupados. Aunque aún queda espacio, en este negocio conviene ser previsor porque los clientes seguirán llegando sin duda alguna. La obra comenzará después del verano y se prolongará durante un año aproximadamente.

Las Contiendas es pues la necrópolis de futuro de Valladolid y en ella se centrarán las inversiones más importantes a partir de ahora, aunque también se acometan obras de mejora en los otros dos cementerios públicos. En de El Carmen se estima que hay unos 200.000 fallecidos, inhumados en 40.000 tumbas y panteones. La actividad continúa en el cementerio histórico, que cada año registra una media de mil enterramientos, aunque ya no hay superficie para ampliarlo. La última obra funeraria se acometió hace ya tiempo. Se construyó un cuadro de sepulturas, que se adjudicaron a los titulares de tumbas en tierra que optaron a ellas.

En el caso de Puente Duero, únicamente está disponible para los vecinos de ese barrio y acoge una media de diez enterramientos anuales. María Sánchez subraya que en estos primeros seis meses de gestión municipal se están abordando mejoras dentro de los camposantos para favorecer la accesibilidad y mejorar los servicios. Entre ellas, destaca el arreglo inminente de los cuatro aseos del cementerio de El Carmen.

Fue en 2021 cuando el equipo de gobierno del PSOE y Toma la Palabra decidieron hacerse con el 49% de las acciones que estaban en manos de la empresa Ferrovial. El Consistorio pagó 4,7 millones por los títulos de esta compañía al considerar que su adquisición suponía una «oportunidad» para avanzar en la gestión municipal de un servicio esencial, que en 2019 generó un beneficio después de impuestos de 733.760 euros. No obstante, el ejecutivo local ya comenzó, a partir de finales de 2015, a introducir iniciativas sociales en la empresa, como los servicios gratuitos para desempleados o familias que acrediten que no pueden hacer frente a los gastos de un entierro.