Cazados cinco encapuchados cuando realizaban otra enorme pintada en el túnel de San Isidro de Valladolid

Las continuas críticas de los vecinos por la realización de las enormes pintadas que desde la noche misma de su reapertura (el día 16) afean el túnel peatonal de San Isidro (une Pajarillos y Delicias con La Circular) no parecen haberles afectado demasiado a los grafiteros que anoche, de nuevo, dibujaron una descomunal rúbrica en la pared del subterráneo que hasta ahora se había librado de los borratajos.

Pero la casualidad, o no tanto, ya que la vigilancia allí se ha convertido en habitual, quiso que una patrulla camuflada de la Policía Local pasará por la boca del túnel y los agentes observaran a un encachupado en actitud vigilante. Fueron a por él y descubrieron que dentro había otros tres grafiteros, además de un quinto vigilando la otra boca.

Los cinco fueron alcanzados, identificados y sancionados, en principio, con multas que oscilan entre los 750 y los 1.500 euros, conforme a una infracción grave recogida en el artículo 19B de la Ordenanza de Protección del Medio Urbano. Los agentes, además, realizaron una comparecencia en la Comisaría de la Policía Nacional con los datos de los infractores por si los hechos pudieran ser constitutivos, aunque no es lo habitual, de un delito y ser juzgados por la vía penal.

Los hechos han tenido lugar en torno a las dos de la madrugada de este jueves, cuando los autores del enorme grafiti, en el que se puede leer la firma'Gorilas', con una segunda rúbrica más pequeña de 'Gorilas en la niebla', que quizá indique el nombre del grupo.

Dos de los sospechosos vigilaban las bocas mientras los otros tres, según todos los indicios, realizaban la pintada en la pared opuesta a la que ya fue embadurnada de grafitis en la madrugada del 16 de noviembre (aquellos los firmaron 'Noes' y Tazo'), tan solo seis horas después de la reapertura del remozado paso peatonal de San Isidro, en el que se han invertido más de treinta mil euros precisamente para eliminar pintadas.

Los grafiteros, al observar la llegada de los policías, intentaron huir por la boca que da a la calle Vía, si bien fueron interceptados poco después en la calle La Cistérniga, una perpendicular que conduce a la plaza de La Circular. Los cinco encapuchados, tres varones y dos chicas, tenían aún «restos de pintura en sus manos» y llevaban encima cinco aerosoles de distintos colores, según han confirmado fuentes policiales.