Una de las clases del Ponce de León, en fila india para acceder a su aula. GABRIEL VILLAMIL

Castilla y León supera la vuelta al cole sin sobresaltos en torno a los protocolos de seguridad

Las colas a las puertas de los colegios y las entradas escalonadas han sido la imagen principal del primer día de clase

Víctor Vela

Valladolid

Miércoles, 9 de septiembre 2020, 13:54

«No corras, no corras», dice una madre a las puertas del colegio de las Teresianas. En realidad, podría ser cualquier madre este lunes por la mañana, en torno a las 8:45 horas, cuando los escolares de Castilla y León se reencontraron, a las ... puertas de los colegios, con compañeros que hacía seis meses que no veían. «No corras», repite. Y la carrera se frena en seco para dar paso a saludos con el codo y los tobillos.

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Fotos de la jornada

Estampas así se han vivido este lunes por la mañana en los accesos a los centros educativos, donde las familias han podido comprobar la primera gran medida del protocolo diseñado entre el Gobierno y las comunidades autónomas para el regreso seguro a las aulas: accesos escalonados, por grupos, en fila y, en algunos centros, con toma de temperatura.

La entrada en los colegios ha puesto a prueba este lunes por la mañana la capacidad orgnanizativa de los centros y la responsabilidad de las familias. Y todos han aprobado con nota, pese a que en alguno ha sido casi inevitable la aglomeración, ante el elevado número de alumnos. No ha habido graves problemas en los accesos, con filas organizadas, los padres en las puertas (tienen prohibido el acceso al centro escolar) y escolares (casi 175.000 de Infantil y Primaria en toda la comunidad) organizados por grupos para acceder a las aulas.

En el interior, pupitres con metro y medio de separación, frecuente lavado de manos, ventilación de las aulas entre clase y clase, y la presencia de personal de limpieza, que se ha encargado de la desinfección de baños y espacios comunes.

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Los primeros encuentros de los alumnos con sus profesores se han dedicado a «transmitir tranquilidad». Los docentes han aprovechado esta jornada para «trabajar las emociones y quitar posibles miedos», con indicaciones además sobre normas de higiene y cómo afrontar un curso incierto en el que será importante el compromiso de los chavales.

Y todo ello, para insistir en la necesidad de que la enseñanza sea presencial. Este lunes lo ha vuelto a recalcar Leandro Roldán, secretario autonómico de Escuelas Católicas (entidad que agrupa a 179 centros concertados de la comunidad, con 99.887 alumnos, desde Infantil a Bachillerato). «La presencialidad es necesaria e indispensable al ser la fórmula más justa y equitativa con el alumnado. La educación es mucho más que una clase 'on line', un vídeo explicativo o unas tareas sin supervisión docente. La enseñanza presencial es más rica en matices educativas, tanto a nivel curricular de adquisición de conocimientos y conocimientos sino, sobre todo, de convivencia», consideró Roldán.

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El director del colegio público Ponce de León, en Valladolid, Gregorio Pérez, ya reconoció en el vídeo de la vuelta al cole, grabado para las familias, que este curso que iba a ser de una «normalidad un poco extraña». No en vano, apuntó que el inicio iba a estar marcado por los «continuos» cambios ya que las administraciones educativa y sanitaria se adaptan «día a día» a la realidad cambiante. Hasta el punto que precisó que el protocolo elaborado por los centros se modificará sobre la marcha, de cara a su mejora continua, para garantizar la seguridad en las aulas.

Las estampas más extrañas se han vivido en los recreos, donde se han limitado al máximo los juegos de contacto (como el fútbol). Y también hay medidas especiales de distancia y seguridad para los estudiantes que a mediodía se queden en el comedor escolar.

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En Valladolid, las principales incidencias se han dado en centros en los que, de forma habitual, antes de la pandemia, ya combatían contra el absentismo escolar. En el Cristóbal Colón, en Pajarillos, solo han acudido a clase diez estudiantes. De un total de casi 200. El centro ha organizado charlas con las familias para «mostrarles que el colegio es un entorno seguro». «En nuestro caso, son hogares en los que los protocolos enviados por Internet no tienen mucho éxito. Hay que dar la información cara a cara», asegura Alberto Rodríguez 'Bertoni', director del centro, donde la casi totalidad de sus alumnos son de minorías étnicas.

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