Valladolid recupera 11 de los 41 millones de euros que gastó en Lotería de Navidad

Pese a las descompensadas estadísticas de gastos y beneficios, la Lotería de Navidad ha inundado de alegría varios puntos de Castilla y León. El epicentro de la felicidad bien podría estar en la administración del Centro Comercial Río Shopping, en Arroyo, que vendió diez décimos del Gordo, otros diez del 38454, agraciado con un quinto premio, y un boleto más del segundo cuarto, el 25296; también se podría ubicar en el bar Moderno de Columbrianos, en la provincia de León, que repartió otros diez boletos del primer premio; e incluso se podría trasladar hasta el bar Tunnel del vallisoletano barrio de Las Delicias, donde una persona compró, a través de máquina, un décimo del ahora codiciado 05490. Es muy complicado señalar el punto en el que se ha vivido una explosión de júbilo más justificada si uno mira de reojo lo que se ha vivido en el barrio vallisoletano de Parquesol, donde la administración de la calle Juan Martínez Villergas ha repartido más siete millones de euros tras vender 120 series del 24492, que obtuvo el quinto premio.

El sorteo comenzó con algo de retraso sobre el horario previsto. Trece minutos después de las 9:00 horas se extrajo la primera bola del bombo. Los niños de San Ildefonso comenzaron su particular soniquete en el Teatro Real de Madrid y todo el país permanecía atento a sus movimientos. El tiempo iba pasando y los premios se hacían esperar. Un alambre, otro y otro más hasta completar la primera tabla, pero nada. Ni un premio. Lo mismo sucedió con la segunda tabla y la gente se empezó a impacientar. Parecía que en un año con tan pocas alegrías, hasta a la lotería le costaba hacer feliz a alguien. Pero por fin llegó el primer premio.

Eran las 10:25 horas y Yesica Paola Valencia Gómez y Ainhoa Rosero Gómez abrieron la caja de las esencias de la diosa Fortuna cuando mostraron la bola con el número 62391. El primer quinto premio había salido a la luz y el hecho de que se había vendido en Benidorm y Villajoyosa hizo que muchos comenzaran a fantasear con que ese número que compraron en vacaciones pudiese tener recompensa. Pero quedaba mucho sorteo por delante y Castilla y León tuvo su cota de protagonismo sin necesidad de carambolas cuando se cantó el Gordo.

Faltaban unos minutos para que el reloj marcase las 11:30 y los pequeños Alonso Dávalos y Ángel Abaga acapararon la atención de todo el país cuando cantaron el 5490 seguido de un enérgico «cuatro millones de euros». El Gordo ya estaba aquí. Pronto se supo que estaba muy repartido y que Castilla y León se encontraba entre las agraciadas. El lotero Luis Vázquez, de la administración de Río Shopping, comenzó de esta manera su día triunfal, en el que repartió 4.080.000 euros en tres premios diferentes en una hora. También fue un día grande en el bar Moderno de Columbrianos (León), que repartió entre sus clientes tres series del primer premio, y también en el bar Tunnel, del barrio vallisoletano de Las Delicias, en el que se vendió un décimo por máquina.

Mientras en Castilla y León comenzaban a descorcharse botellas de champán, en el Teatro Real de Madrid se vivía una de las anécdotas de la jornada. Perla, una desempleada que había acudido a ver el sorteo, con 92 décimos en el bolso, compró el décimo ganador en Cantabria. Fue uno de sus dos hijos el que le tuvo que decir que habían ganado el Gordo. Los nervios y la alegría fueron tales que tuvo que ser atendida en el exterior del recinto por el Samur.

Perla fue tratada de su ataque de alegría y el goteo de premios en Castilla y León no cesaba. 120 series de un quinto premio dejaron más de siete millones en Parquesol. El 24492, vendido en la administración de Lotería de la calle Juan Martínez Villergas, fue agraciado con 6.000 euros al décimo. La mayoría de los boletos premiados fueron vendidos en el bar New York y fue allí dónde el espumoso corrió a raudales durante toda la mañana.

La alegría también invadió el despacho de la calle Lencería de Valladolid, junto a la Plaza Mayor, con un boleto del 25296, agraciado con 20.000 al décimo, y con dos boletos del 87.092, un quinto premio dotado con 6.000 euros al décimo. «Aquí venimos a repartir ilusión y lo hemos conseguido. El año pasado también dimos un quinto y se notó en las ventas para el sorteo del Niño. Esperamos que vuelva a pasar lo mismo», afirmó una ilusionada Esther Samaniego, lotera de esta céntrica administración.

Zamora, Salamanca y Soria capital también tuvieron algo que celebrar. En mayor o menor medida, todas las provincias de Castilla y León han tenido algún premio por el que descorchar una botella de champán menos dos de ellas. Segovia y Palencia se han quedado huérfanas de felicidad y allí el manido tópico de la salud ha vuelto a acaparar todas las conversaciones en una jornada en la que la felicidad ha ido por barrios y también por provincias.