Las casas rurales más demandadas en Valladolid: con piscina y cerca de bodegas

«Vienen muchas familias con niños pequeños a pasar unos días y para ellos el agua es el ocio principal en verano», explica Luis Chico, presidente de la Asociación de Empresarios de Turismo Rural de Valladolid. Un aliciente imprescindible para los meses de calor, cuando los alojamientos rurales viven su temporada alta. El ocio que supone el agua es algo que los propietarios tienen presente, apunta el presidente de la asociación. De hecho, algunos alojamientos tienen acuerdos con piscinas municipales para que los inquilinos de las casas rurales puedan hacer uso de las mismas.

También existen otros factores clave que hace que los clientes se decanten por uno u otro alojamiento. Uno de ellos, y de especial importancia en Valladolid, es el vino. Aquí entran las rutas enológicas y las visitas a bodegas como uno de los atractivos para escoger destino. Un factor de relevancia no solo durante los meses de temporada alta, sino también en el resto del año. «En septiembre tenemos un incremento de demanda, especialmente extranjera, que viene a Valladolid a las vendimias», apunta el presidente.

No solo eso, también en verano reciben consultas sobre las actividades enológicas más cercanas al alojamiento. «El vino y la gastronomía son dos de los reclamos más importantes de las casas rurales», explica Chico. Además, las recreaciones históricas y las fiestas patronales de los municipios de la provincia también son otro de los factores en los que los viajeros se fijan a la hora de hacer sus reservas.

Las pernoctaciones de turismo rural cayeron en Castilla y León en mayo un 7,6% en comparación con el mismo mes del pasado, al pasar de las 131.998 a las 121.907. Valladolid es la única provincia, junto a Burgos, que se escapa a esta tendencia y presenta subidas, tanto en pernoctaciones como en viajeros.

De esta forma, el sector del turismo rural en Valladolid ha registrado un aumento del 9,2%, hasta alcanzar las 8.218 pernoctaciones, mientras que en el conjunto de Castilla y León se redujeron el 7,6%. Supone, además, un mejor registro que el incremento nacional, que fue del 3,5%. En lo referido al número de viajeros, la provincia acogió durante mayo a 4.314 personas, un 15,5% más que en 2022, mientras que en la comunidad se produjo un descenso del 9,7%. En el conjunto de España se alcanzaron las 875.834 pernoctaciones , según informa Ical.

En este sentido, Luis Chico analiza de forma positiva los datos reflejados en el INE. «Parece que las campañas que venimos realizando este año dan sus frutos. La temporada comenzó en Semana Santa y a pesar del incremento de los precios parece que la gente quiere irse de vacaciones y desconectar», explica.

La estancia media en Castilla y León se situó en 1,95 días, en su mayoría por la gran importancia que tienen los fines de semana en este tipo de alojamientos. Esto se refleja en el grado de ocupación de los establecimientos, que fue del 12,05% en días laborables y del 29,3% durante los fines de semana.

En el futuro más inmediato, y ya inmersos en la campaña de verano, el presidente asegura que las próximas semanas son prometedoras para el sector, que espera una gran afluencia de viajeros durante la última quincena de julio y la primera de agosto. «Las fechas con recreaciones históricas y fiestas patronales siempre son un seguro. Después se desinfla un poco, por eso es importante diversificar el negocio y buscar una oferta atractiva para todos los viajeros durante todo el año», finaliza Chico.