Las casas de apuestas consolidan el 'boom' y alertan a las asociaciones

Empiezan a llegar voces de alerta. Asociaciones como Ajupareva, sindicatos como Csif o grupos políticos como Valladolid Toma la Palabra se han sumado a la corriente que señala a las apuestas deportivas como el nuevo gran problema que se avecina. Que ya está aquí, en realidad, porque las calles de la capital se han llenado de establecimientos en los que se puede apostar, pero que irá a más si, como vaticinan desde el Centro de Tratamiento y Rehabilitación de Adicciones (Cetras), comienzan a atraer a los más jóvenes hacia un sector que puede derivar en actitudes ludópatas.

Reguladas por la Junta de Castilla y León en noviembre de 2014, en abril de 2016 ya existían 21 locales de apuestas en Valladolid, incluido el Casino Roxy, que se trasladó desde Boecillo hasta la capital. Aunque entonces, en un reportaje de El Norte, el director general del casino desconfiaba de que hubiera «mercado para todos», lo cierto es que dos años después no solo se mantiene la cifra, sino que ha aumentado a 23. A día de hoy Luckia, la casa de apuestas más numerosa desde el principio, cuenta con un punto de apuestas más. Ha evolucionado, sin embargo, de tener 9 córners y 5 establecimientos a tener 7 córners, siete locales en la capital y otro más en Laguna de Duero.

Los córners son espacios en los que se habilitan terminales para apostar. Los locales están dedicados exclusivamente a las apuestas. En Castilla y León no se puede, aún, incluir estas máquinas de apuestas deportivas en bares, por lo que no ha traído una de sus modalidades, los Sport Café.

Codere, otra de las grandes casas, ha pasado de cinco puntos en 2016 a seis en la actualidad y Sportium, de 2 a 3.

Cetras señalaba ayer, informa Europa Press, que «del total de 60 nuevos ingresos por adicciones sociales que ha registrado la organización en Valladolid, entre los meses de junio y septiembre, 19 son casos de ludopatía, que mantiene su posición hegemónica con el mayor número de ingresos: un total de 2.623 casos clínicos, con una edad media que ha descendido hasta los 25 años», según explicó el presidente de Ajupareva, Ángel Aranzana.

Aranzana tiene claro que este aumento de afectados por la ludopatía tiene su origen en el «creciente número de casas de apuestas», que además se han visto «favorecidas» por la nueva Ley de Juego. Dicha ley contempla que los operadores deben llevar a cabo «acciones preventivas» dirigidas «a la sensibilización, información y difusión de las buenas prácticas del juego, así como de los posibles efectos que una práctica no adecuada del juego puede producir». Sin embargo, el único requisito que se fija para permitir que las casas de apuestas publiciten el juego es que cuenten con un título habilitante que, por supuesto, obtienen en cuanto reciben la autorización para operar.

El caso es tan serio que ha llegado este martes al Pleno del Ayuntamiento. Valladolid Toma la Palabra critica en su moción que desde la Junta de Castilla y León se hayan flexibilizado las condiciones que debe cumplir un operador para instalarse en la región. Dentro de las competencias que tiene el Ayuntamiento, propone al resto de grupos que el Ayuntamiento pueda analizar «en el marco de revisión del Plan General de Ordenación Urbana, las posibles limitaciones urbanísticas a la implantación de locales de apuestas en las inmediaciones de espacios frecuentados por la infancia, la adolescencia y la juventud, como los centros educativos, culturales o juveniles».

Además, propone que se realicen campañas de concienciación dirigidas a los más jóvenes y a sus familias. Tener al alcance del móvil la posibilidad de apostar provoca que muchos de ellos sean presa fácil.